Llega el final de un nuevo año (nueve ya en el caso de este blog) y, como suelo hacer casi siempre, hago una última entrada en la que repaso en doce puntos los detalles más relevantes de mi año rolero, desde números de este blog hasta partidas, pasando por reflexiones o deseos para el año que empieza. 2023 ha sido el año en el que he descubierto un puñado de juegos nuevos (algunos de los cuales me han gustado, otros no y otros… meh), en el que he jugado alguna partida en vivo más de lo que esperaba y en el que, una vez más, he confirmado que donde esté el rol presencial, que se quite el digital. Pero bueno, vamos al tema:
12. Ars Rolica en números. En 2023 se han estabilizado el número de visitas al blog, que llevaban unos años en claro descenso. No es que estas cosas me importen demasiado, pero oye, hay que llenar doce puntos y a veces uno tiene que meter relleno. En total he publicado 67 entradas durante este año, alguna más que el año pasado, de las cuales la más visitada ha sido (de forma bastante previsible) la dedicada a Los nueve sellos de Jalizar (del que hablo más abajo), aunque por algún motivo la entrada dedicada a Swords of the Serpentine (aún inédito en castellano) también tuvo bastante seguimiento. A ver si al final voy a tener que dedicar el blog a la espada y brujería como segundo tema principal por detrás del hermético… ah, no, que eso ya lo hago.
11. Partidas y formatos. El número de partidas que he jugado este año ha sufrido un ligerísimo bajón pero sigue siendo una cifra de lo más saludable: 53 partidas, o lo que es lo mismo, una miaja más de una por semana. De ellas, la gran mayoría han sido online y por Foundry, para bien o para mal; tengo totalmente olvidadas VTT que hace no demasiado eran de uso habitual para mí (como Fantasy Grounds) y durante el año incluso he vuelto a probar Roll20, confirmando, una vez más, que no me gusta, por mucho que desde su fusión con DTRPG se haya convertido en un jugador aún más potente en el tablero de los virtual tabletops. Es cierto que también he logrado colar algunas partidas en vivo más que otros años, y sabe Hermes que lo de tirar dados de verdad se echa de menos. Incluso he vuelto a probar con nuevas generaciones, dirigiendo una partidita de Hellfrost al mismo grupo al que inicié el año pasado, con muy buenos resultados (aunque esta no logramos acabarla).
10. Nuevos conocidos… Lo más llamativo de los números del punto anterior no es tanto la cantidad de partidas como la cantidad de juegos nuevos que he probado. Seis en total, que a priori pueden no parecen demasiados, pero para un rolero viejuno acostumbrado a moverse siempre por los mismos territorios conocidos, es una cifra más que respetable. Entre esas novedades ha habido de todo: juegos de los que no esperaba mucho pero que me sorprendieron para bien, como Degenesis o Vaesen, para mí casos casi idénticos en los que me alucinó la ambientación y me pareció que merecían un sistema un poco mejor; o juegos de los que esperaba más pero que me dejaron un poco a medias, como Feng Shui 2 (aunque en este caso pudo influir que éramos muy novatos en el sistema y su implementación en Foundry dejaba bastante que desear). Hubo incluso juegos de los que no sabía bien qué esperar, y de los que aún sigo sin saberlo después de haberlos probado, como The Strange y el sistema Cypher, al que no me importaría darle un nuevo tiento para salir de dudas, porque es de esos que te dejan con cara de póker y la inquietante sensación de que, si los controlas, pueden ser realmente potentes. La rareza del año fue sin duda Tricube Tales, al que jugué una partidita de ambientación victoriana. El juego es un genérico muy, muy sencillo (casi demasiado para mí), pero está claro que es adaptable a cualquier género imaginable…
9. …y viejos sospechosos. Además de esa media docena de juegos nuevos, por supuesto, hubo apariciones y reapariciones de mis viejos clásicos. Soy muy crítico con Savage Worlds pero sigue ocupando un lugar en mi corazón, y además de esa partida de Hellfrost tuve tiempo para dirigir la adaptación salvaje de Assault on the Führer’s Train, el prólogo de la campaña Forest of Fear, para Achtung! Cthulhu. También le he dado bastante a Torg Eternity, a Traveller (que cada vez me gusta más) y a Lex Arcana, del que volví a dirigir la aventura introductoria (creo que por cuarta vez), con buenos resultados. Pero si tuviera que quedarme con alguno de mis «viejos conocidos» este año, sin duda sería con el sistema Ubiquity, que en 2023 he probado en varias de sus iteraciones, y que cada vez me gusta más por su agilidad y dinamismo. Jugué una partida de Leagues of Adventure y dirigí un par de Todos para uno, del que estoy incluso preparando una aventura de cosecha propia que podría ser una de las primeras manualidades roleras de 2024, si logro testearla antes. De hecho, para mí una de las noticias del año ha sido la pequeña reactivación del sistema Ubiquity por parte de Triple Ace Games, con ese The Great Campaign que enlazo más abajo, campaña que me gustaría dirigir a poco que tenga hueco. Ah, y que no se me olvide, uno de los highlights del año ha sido poder jugar a Ars Magica como jugador, encarnando a un pesimista compañero en una maravillosa partida de la que hablé en su momento aquí. Además, gracias a la narradora, Clara, pude incluso disfrutar en primera persona de las maravillas de Iberia tal y como aparecen en Finis Terrae. Fue solo una aventurita corta y sin pretensiones pero, a veces, esas son las mejores. Vamos, que me lo pasé pipa, así que desde aquí vuelvo a agradecer a Clara, a Mario y a Álvaro haberme hecho un huequecito en su mesa para pasar ese buen rato.
8. Lecturas roleras. 2023 tampoco ha sido un mal año a nivel de lecturas, ya que he recuperado un poco el hábito que había perdido en años anteriores y me he ventilado casi cualquier cosa que ha caído en mis manos. Lo más interesante ya lo he ido reseñando aquí (por ejemplo, la serie de entradas dedicada a Household o ese The Shadow of the Sorcerer que fue el canto del cisne del Conan de Modiphius). De lo que no he reseñado aquí y me he quedado con las ganas de comentar, destacaría sin duda Paris Gothique, un suplemento para Todos para uno que desgrana todos los misterios de la capital francesa en el siglo XVII en el que se ambienta el juego. Me ha parecido una maravilla de manual, de esos que están tan repletos de información e ideas que no dejas de imaginar aventuras a medida que pasas las páginas: hermandades secretas, intrigas palaciegas, duelos a espada, amoríos de todos los colores… una joyita, vamos. También me han gustado bastante cosas como The Concert in Flames, una campaña para Victoriana que tenía pendiente desde hace mucho tiempo, o el Heirs to Heresy de Osprey, un juego en el que los personajes encarnan a templarios que tienen que escapar a la destrucción de su orden y poner a salvo el Santo Grial (más al respecto de este último en una próxima entrada).
7. Controlando el dispendio. Como ya vengo haciendo en los últimos años, he ido ajustando el gasto en nuevas compras roleras hasta límites que ni yo mismo me creo. De hecho, solo he entrado en dos mecenazgos en todo el año, The Great Campaign para Leagues of Adventure y All for One: Paris Gothique, la adaptación a Savage Worlds del manual homónimo, ya publicado para Ubiquity, del que hablo más arriba. La primera es una campaña en cuatro partes que lleva a los globetrotters desde las altas torres de Cambridge hasta las más altas y mucho más exóticas mesetas del Asia central en un viaje lleno de aventuras y peligros (más información al respecto en la reseña que publiqué en su momento). En cuanto a la segunda compra, confieso que fue un poco compulsiva, y propiciada más por la presencia de unas miniaturas de mosqueteros (variedad bastante complicada de encontrar) que por el manual propiamente dicho, que ya tenía en su edición anterior. Bueno, vale, y entré en un tercer mecenazgo de mapas, una nueva entrega de Meanders de ambientación egipcia, que me parecieron muy útiles para las partidas de Torg Eternity en el Nilo. Por supuesto, si nos salimos de lo que son estrictamente mecenazgos han caído más cosas, casi todas como regalos, aunque también he ido picando aquí y allá en digital. Para el año que entra tengo marcado en rojo el mecenazgo de Aegyptus para Lex Arcana (que en principio Cursed Ink anunció para febrero), así como la esperable edición de Swords of the Serpentine. Ahora mismo hay poco más que me llame. Pero claro, pronto se publicarán esas típicas listas de «Los juegos de rol más esperados de 2024», y seguro que mi lista de futuribles también crece exponencialmente…
6. Revista Aegis. Un año más (y van dos), no se ha publicado ningún número de la revista Aegis, algo que nunca es una buena noticia. La Vida Real (TM) se las ha arreglado para incompatibilizar de forma prodigiosa las agendas del ya de por sí reducido equipo de la revista. Pero eso cambiará pronto, si nada se tuerce. El proceso de maquetación del número 3 se reactivará pronto y, aunque no me atrevo a dar una fecha de publicación, quiero creer que ese tercer número verá la luz en un plazo relativamente corto. Además, es un número que traerá unas cuantas novedades que nos hacen bastante ilusión a todos los implicados, y que creo que enriquecen el formato. No solo eso sino que, gracias a la activísima comunidad hermética hispana, yo diría que tenemos ya material suficiente para encarar el número 4 inmediatamente después de la finalización del 3, de manera que la espera entre números se haga un poco más corta. Como siempre, os remito al blog de la publicación para manteneros al día de las noticias al respecto de Aegis.
5. «Manualidades» roleras. Aunque de nuevo ha sido un año con poquitas «manualidades» liberadas en el blog, lo poco que ha habido creo que ha merecido la pena. Y por «poco» me refiero, claro, a la campaña Los nueve sellos de Jalizar para Bestias y Bárbaros que solté por aquí en marzo. Un libro de 160 páginas a todo color y con dibujicos en el que se describe una larga y compleja campaña de espada y brujería ambientada en la Ciudad de los Ladrones. Así que aunque solo sea una manualidad, la verdad es que llevó su curro, pero el esfuerzo ha merecido la pena solo por ver por ahí alguna partida grabada de gente que ha decidido ponerla en mesa, y a alguien más que se ha imprimido una copia del manual. Ay, si ByB hubiera tenido un poquito más de suerte en su publicación… De cara al año que viene ya hay varias cosas en la cocina que me gustaría publicar por aquí, no en vano se cumplirán los diez años de Ars Rolica y me gustaría celebrarlo como merece. No sé cuántas cosas de ellas se podrán hacer realidad, pero vamos, la intención existe.
4. Noviembre hermético. Como cada año, tres blogs de habla hispana (el que aquí suscribe, la Leprosería Tytalus y el Arcaneum) hemos realizado el Noviembre hermético, dedicando una entrada cada día del mes a un tema concreto. Este año este blog y la Leprosería rizamos el rizo y publicamos 20 aprendices creados de manera conjunta (podéis encontrar los aparecidos en este blog aquí), en lo que me ha parecido una de las experiencias creativas más interesantes (y estresantes) de todas las realizadas dentro del marco de los Noviembres herméticos. Por su parte, Tadeln nos regaló 30 magníficos PNJ que podían usarse como maestros en nuestras sagas, y en el último tramo del mes, hubo un nuevo blog de temática hermética, El Libro de la Carpa Negra, que se unió también a la iniciativa aportando algunos aprendices con su propio estilo. En otras palabras, que este Noviembre hermético me ha parecido un rotundo éxito, El año que viene será ya la décima edición de esta iniciativa y habrá que celebrarlo por todo lo alto; aún estoy barruntando a qué lo dedicaré pero tengo un par de ideas en la cabeza, alguna de ellas especialmente chiflada…
3. El gusanillo hermético Como ya he comentado más arriba, este año he jugado una magnífica partida de Ars Magica como jugador. Tan magnífica, de hecho, que me ha metido el gusanillo de volver a dirigir. A eso hay que sumar que hace ya un tiempo (desde el final de cierta campaña bárbara) que no dirijo una partida mínimamente larga, una campaña, saga o como se quiera llamar; lo de jugar aventuras cortas está bien, sobre todo para descubrir nuevos juegos, pero yo soy más de formatos largos. En otras palabras, que me apetece volver a dirigir una saga de Ars. De hecho tengo ya un par de ideas al respecto en la cabeza, y una de ellas implica explotar en mesa el Finis Terrae. Las otras son más, digamos, exóticas. No sé si esa saga podrá hacerse realidad en cualquiera de sus versiones porque cualquiera que haya dirigido una saga sabe el trabajo de preparación y el tiempo que conlleva, pero la intención para 2024 está ahí. Y sí, sé que no es el primer año que lo digo y nunca lo cumplo, pero en algún momento tendrá que sonar la flauta, ¿no?
2. Esperando a Godot Ars. Lo confieso, hace tiempo que no entiendo nada de lo que está haciendo Atlas Games con Ars Magica. Llevan meses, si no años, mareando la perdiz con una ya nada confidencial «revisión» del manual básico del juego que se supone que debería publicarse próximamente (aunque no ha habido anuncio oficial, simplemente insinuaciones veladas de «un anuncio gordo que llegará en los próximos meses»). David Chart va soltando mensajes en los foros americanos en los que plantea posibles revisiones o aclaraciones de reglas, y durante el año han ido saliendo nuevas erratas, en algunos casos innecesarias o, en el peor de los casos, rotas. Entiendo que Atlas tiene el músculo editorial que tiene y que revisar un manual como el básico de quinta edición no es moco de pavo, pero no creo que así sea como se hacen las cosas. Sacar errata tras errata de un juego que lleva años muerto a nivel editorial no tiene mucho sentido, y hace que los jugadores que quieren mantenerse al día tengan que estar constantemente pendientes de novedades cuando lo normal sería dejar la quinta edición como está, anunciar esa 5.5 (por llamarla de alguna manera) cuando esté más o menos lista, y luego que cada uno elija si da el salto a la nueva versión y se queda como estaba. Sé que me repito bastante con este tema, pero parece que estemos en el mismo punto que hace uno o dos años…
1. Esperando a Godot la ORC. Decía en una de las primeras entradas de este año 2023 que, con todos los acontecimientos que habían rodeado el OGL-gate, el panorama estaba abierto a que compañías como Atlas Games liberaran parte de sus juegos amparándose en la licencia ORC, cuando esta apareciera. Los propios responsables de la editorial lo comentaron públicamente, dejando caer que Ars Magica podría acogerse a esa licencia. Como era de esperar, la realidad ha acabado imponiéndose, y todo aquel torbellino de actividad fue amainando y convirtiéndose en agua de borrajas. De hecho, aunque la licencia ORC ya es una realidad desde hace meses, muy pocas compañías han dado el paso de acogerse a ella. Atlas no ha sido una de ellas, lo que significa que Ars Magica sigue muerto a todos los efectos. Para mí esto no es algo menor, y por eso lo comento a estas alturas de la lista. Me parece, de hecho, más importante que esa revisión de reglas. Dudo que dicha revisión se vea acompañada por lanzamiento de material nuevo (ojalá). Sin embargo, abrir el juego y permitir la generación de contenido por parte de los fans insuflaría un soplo de aire fresco… incluso a ambos lados del charco. Es imaginarme Aegis o Una elección espinosa como productos «oficiales» y casi se me cae la lagrimita. Pero si lo de la 5.5 se está haciendo de rogar, creo que a estas alturas de la película, lo de la ORC es directamente una fantasía…
Y hasta aquí llegan mis batallitas (y pataletas) de 2023. Para 2024, pecando de original, volveré a pedir mantener el ritmo de partidas, sean presenciales u online, y también pediré tener el tiempo suficiente para hacer realidad todas esas manualidades roleras que andan cociéndose a fuego lento entre bambalinas. También estaría bien hacer realidad la idea de esa saga hermética que mencionaba más arriba, pero no sé si eso sería morder más de lo que puedo tragar. ¿Y vosotros, qué le pedís al nuevo año? Sea lo que sea, espero que se haga realidad… ¡Feliz 2024, y que estos doce meses os traigan salud y mucho, mucho rol!