Cada año por estas fechas hago una entradita en la que resumo las ocurrencias más destacadas que he vivido como rolero, como bloguero o incluso como simple persona humana durante estos últimos doce meses. En la entrada del año pasado decía que lo único que le pedía a 2019 era tiempo para jugar más partidas y, por una vez, diría que mis deseos se han cumplido en cierta medida. Allá va, pues, mi repaso de este año que termina:
12. Números, números. En total he publicado 72 entradas a lo largo del año 2019, un número que parece más que razonable, aunque son algunas menos que en 2018. De las entradas publicadas durante el año, las más visitadas fueron las dos que dediqué a los cambios de SWADE respecto a Savage Worlds Deluxe (aquí y aquí), seguidas de las reseñas que hice de 1800: El Ocaso de la Humanidad y Titan Effect, y las «salvajizaciones» de La Patrulla-X y The Boys. Confieso que le he cogido el gustillo a eso de adaptar a Savage personajes de cómics o series; me gustaría haber hecho alguna más, en especial la de Carnival Row, pero al final no me dio tiempo. Igual para la segunda temporada me lío la manta a la cabeza…
11. La roláspora: Aunque parezca que ha pasado un siglo, hace solo algo más de un año que Google+ desapareció. Sin embargo, mi sensación personal es que la comunidad rolera sigue en una especie de extraña diáspora, dispersada por diferentes lugares. Algunos han encontrado refugio en MeWe, otros en Rol+ o en alguna otra red social similar, y aun otros han abandonado por completo las redes sociales, centrándose en blogs y en el contacto más directo. Todas las opciones son válidas, pero en mi caso lo que más me pesa es haber perdido el contacto con algunos roleros con los que había trabado una buena relación en G+ y a los que he perdido completamente el rastro casi sin darme cuenta. Supongo que es ley de vida y toca arremangarse y hacer un esfuerzo adicional si uno quiere seguir «haciendo comunidad» y salir de su pequeño rincón oscuro de vez en cuando… o a lo mejor debería quedarme en él y así me libro de según qué aspectos negativos de la comunidad que a veces asoman su fea cara por ahí…
10. La ruina rolera: No debería hacer esto, lo sé. Cada año digo que no me gastaré tanto dinero en rol, y cada año falto a mi palabra, gastándome lo mismo o más que otros años. Sobre todo en mecenazgos. Y aunque probablemente en 2019 haya participado en menos mecenazgos que el año pasado, muchos de ellos han «picado» bastante, y tardaré un tiempo en recuperar la confianza de mi cartera. Así a bote pronto, me metí en los mecenazgos de The Savage Sign, Hudson & Brand: Shadows of the Past, Torg Eternity Aysle (y Ciberpapado), el espectacular mecenazgo de Deepnight Revelation para Traveller y, por supuesto, el no menos espectacular, pero aún incompleto, Kickstarter de Fantasy Grounds Unity. No contento con hacer más ricas a las editoriales del otro lado del charco, en Verkami tampoco me he quedado manco: la edición española de Torg Eternity o el precioso (y recién llegado a los mecenas en versión digital) Wulin son solo algunos ejemplos. Sin olvidar, claro, el mecenazgo de SWADE y uno muy reciente que me hizo especial ilusión, Juegos para los que no tienen. Lo dicho, un disparate. Para 2020 me he prometido bajar un poco el pistón…
9. Partidas: A nivel de partidas, 2019 ha sido para mí una auténtica orgía de rol. En total, y si no me he descontado, he jugado 45 partidas, lo que para mí supone la mareante cifra de casi una partida a la semana. Lo mejor de todo es que por primera vez en muchos, muchos años (me atrevería a decir casi que por primera vez en mi vida de rolero), he jugado casi más partidas como jugador que como Director de Juego. Eso sí, debo decir que tampoco he salido demasiado de mi zona de seguridad en cuanto a variedad de juegos se refiere. Le he dado mucho a Savage y a Torg pero creo que lo más arriesgado a lo que he jugado ha sido una partida de Achtung! Cthulhu con sistema 2d20, no digo más (y sigue sin gustarme, lo siento…). Bueno, y Traveller. He vuelto a Traveller, y creo que eso significa que 2020 podría marcar también mi reconciliación con la ciencia ficción, aunque sea la ciencia ficción viejuna…
8. Partidas… en vivo: El punto anterior debería bastar para calificar el año de bueno, pero es que hay un detalle que no he comentado: después de varios años jugando casi únicamente online, este año he vuelto a jugar con cierta regularidad partidas en vivo, algo que casi me hace llorar de emoción. El rol online es un magnífico sucedáneo del rol presencial, pero hay cosas que no puede reemplazar, y cuando vuelves a experimentar esas cosas después de un tiempo con el sucedáneo, casi te sientes como un niño con zapatos nuevos… Por cierto que casi todas esas partidas presenciales las jugué en lo que ahora mismo es un nuevo club de rol en Barcelona, que se llama Ruta 66. Si vivís en la zona de Sant Antoni (o en cualquier otra zona) y buscáis un sitio donde jugar con regularidad, podéis pasaros por allí a ver qué se cuece, seguro que encontraréis buenas partidas. Este es su blog, y este su calendario de partidas para enero.
7. Savage Con: Este año se ha celebrado la segunda edición de las Savage Con, las jornadas virtuales dedicadas íntegramente a Savage Worlds, de cuya organización he formado parte, como ocurrió el año pasado. En esta ocasión pude participar en cuatro partidas: dirigí una partida de Weird War I (que por desgracia no pude terminar por cuestión de tiempo) y tuve la oportunidad de probar tres ambientaciones a las que tenía ganas, como son Titan Effect, Wiseguys y Deadlands. La experiencia no pudo ser más positiva y me lo pasé pipa en todas y cada una de las partidas. Más Savage Con, por favor.
6. 50 Brazas: La primera mitad del año la pasé terminando de dirigir la campaña de las Brujas del Mar de 50 Brazas, para Savage Worlds, que nos ha tenido ocupados casi tres años. Ha sido, sin duda alguna, una de las mejores campañas que he jugado en mi vida, y una de las pocas (por no decir la única de esta duración) que he concluido satisfactoriamente. Pese a que los avatares de la vida real le dieron varios golpes a la campaña y estuvo a punto de pararse en más de una ocasión (como ya comenté aquí en su momento), al final muchos de los implicados hicieron un esfuerzo para llegar al final, y vaya si mereció la pena. La batalla final contra las pérfidas Brujas, a golpe de cañonazo, ha pasado por derecho propio al selecto grupo de sesiones más memorables de los últimos años. ¡Y eso que no me gustaban los piratas para jugar a rol! A efectos prácticos el final de la campaña también ha supuesto la entrada en coma de mi grupo de juego de toda la vida, que ahora mismo anda más muerto que vivo, lúdicamente hablando. Parece que se adivina una cierta reactivación en un futuro no demasiado lejano, veremos si hay suerte…
5. Noviembre hermético: Como cada año, y ya van cinco, el pasado mes este blog estuvo centrado en la iniciativa del Noviembre hermético, que dedica 30 entradas, una cada día, a un monográfico sobre un tema concreto de Ars Magica. El tema elegido para este año fueron los laboratorios herméticos. Debo confesar que al principio no tenía nada claro si la idea cuajaría y sería capaz de crear 30 laboratorios diferentes, pero al final la cosa salió francamente bien, y además conté con varias colaboraciones externas al blog que elevaron el nivel de calidad de esta iniciativa a cotas estratosféricas. Estoy terminando ahora mismo de maquetar esta nueva entrega del Noviembre hermético, y espero poder compartirla pronto con los aficionados al juego de Atlas Games, que me consta que no son pocos por aquí.
4. La Tetralogía sigue su curso: Todavía sin salir de Ars Magica, durante 2019 también pude publicar la traducción (fan) al español de la segunda parte de la célebre Tetralogía de las Cuatro Estaciones. Cuento de invierno narra el viaje de una alianza desde Otoño hasta Invierno, y es una saga de tintes apocalípticos y demoniacos como solo podría darse en los años noventa y dentro de la tercera edición de Ars. Es la continuación temática de La Tempestad, aunque evidentemente puede (y probablemente debe) jugarse de forma independiente a aquella. Aunque la siguiente parte de la Tetralogía fue El sueño de una noche de verano, ese libro fue publicado en su momento por La Factoría de Ideas, así que he preferido pasar directamente a la cuarta entrega, Twelfth Night, que sí que está inédita en castellano y en la que ya estoy trabajando ahora mismo. A ver para cuándo la puedo tener lista…
3. Manualidades y comunidad. Pero Cuento de invierno no ha sido el único aporte o «manualidad» para la comunidad rolera… ni hecho desde la comunidad. Durante 2019 también se lanzó el primer (y está por ver si único) número de Aegis, un fanzine (pero con un aspecto muy resultón, oiga) para Ars Magica, cuya confección llevó… pues unos tres años. Al final creo que el resultado fue bastante bueno, pero realizar un producto de este tipo tiene ciertas particularidades que hace que, como digo, sea dudosa la continuación con un segundo número. Aún dentro de Ars, también tuve el honor de publicar en el blog una entrevista a Mario Donaire, traductor de la línea de Ars Magica en castellano, que resultó de lo más interesante. Y puestos a hablar de comunidad rolera más en general, también ha habido en el blog una encuesta para saber a qué juegan los fans de Savage Worlds y, hace muy poquito, un estudio de ventas de rol en España que aporta algo de luz a nuestra «industria».
2. Torg Eternity: He dado la turra bastante con este juego durante todo el año, pero para mí 2019 ha sido el año de Torg, que me ha enamorado por su ambientación y su enfoque hiper-cinemático. Muchas de las partidas que he jugado en la segunda mitad de 2019 han sido a este juego, a ambos lados de la pantalla. Aparte de merendarnos varias de las Day One Adventures, también he jugado lo que iba a ser una «partida rápida» online que se ha convertido en una minicampaña que ya va por la docena larga de sesiones, y en la que interpreto a Marie La Sorcière, una ciberbruja del Ciberpapado. Algunas otras sesiones fueron para un playtest de Muerte en Katas Raj, una aventura propia que tengo intención de publicar en castellano a través del Infiniverso cuando Ediciones Epicismo lance por fin el juego. Y como decía más arriba, acabo de entrar en el mecenazgo del Ciberpapado, así que creo que me queda cuerda para rato con las Guerras de la Posibilidad…
1. Proyecto secreto: Decía al final de la entrada del año pasado que andaba metido en dos posibles proyectos que me hacían mucha ilusión pero de los que no podía decir nada. Me alegra decir que uno de esos proyectos sí que tiró adelante, tanto como me da rabia no poder dar más detalles al respecto, ya que ahora mismo el balón no está en mi tejado. Creía que a estas alturas ya podría decir algo más, pero las cosas en el mundillo rolero siempre van despacio. Por ahora me conformaré con decir que es un proyecto que me hace mucha ilusión, y que además me ha permitido aprender mucho y conocer a gente maravillosa. Así que nada, dejaré de hacerme el interesante y cruzaré los dedos para obtener luz verde para hablar más claramente del proyecto de marras lo antes posible…
Y hasta aquí, el repaso del año 2019, que creo que ha sido un buen año para mí en lo que a rol se refiere. Para 2020 tengo tanto propósitos como deseos, porque la línea que separa ambos cada vez es más fina. A nivel de juego, después de este “año sabático” que me he pegado como Director de Juego, me gustaría volver a ponerme detrás de la pantalla con cosas de cierta enjundia. Me gustaría dirigir alguna de las campañas de Torg, y también tengo en la cocina una campaña propia de Bestias y Bárbaros que me gustaría playtestear cuando la tenga lista (y que si funciona probablemente liberaré de alguna forma permitida dentro de la licencia fan de SW). Últimamente también me ronda por la cabeza preparar algo para Rippers Resurrected, pero eso está en estado embrionario. Y tengo varios juegos que me gustaría probar dirigiendo algún one-shot, como Liminal, Interbellum o algún clásico como La Llamada de Cthulhu o el propio Traveller. También me ronda la cabeza reemprender mi saga de Ars Magica, pero eso son palabras mayores y siendo realistas, es algo que no podré abordar hasta 2021.
Pero claro, lo de jugar como jugador también me ha gustado, y ya tengo medio apalabrada una partida de Clásicos del Mazmorreo que veremos hasta dónde llega. También hay algo en el aire para Rolemaster, un juego al que siempre regreso de vez en cuando, arrastrado a medias por la nostalgia y a medias por las ganas de soltar un buen crítico. Y también me ronda por la cabeza apuntarme a alguna partida de Comunidad Umbría. Jugar por foro es algo que no he probado, aunque sí he probado a jugar por correo, que digo yo que se parecerá bastante, y es algo que siempre me ha gustado. Ah, y a nivel de «manualidades», espero como mínimo poder terminar esa aventura para Torg, y también la última parte de la Tetralogía de las Cuatro Estaciones.
Veremos cuántas cosas puedo cumplir de todas estas, y hasta dónde da de sí mi tiempo. Mientras tanto, aprovecho para desearos a todos los roleros un feliz año nuevo, y que este 2020 os traiga muchas partidas memorables… ¡Que los dados no paren de rodar!