
Vamos con una nueva entrega del taller de personajes, que llevará a nuestro querido amigo Viatorius desde el año 1230 hasta 1239. Si queréis poneros en antecedentes, aquí podéis leer lo que ocurrió en la década anterior. Y cuando terminéis de leer esta entrada, os invito a que os paséis por La Frikoteca para leer las últimas andanzas del compañero de Viatorius, Constans, para saber cómo le ha ido al Jerbiton durante esta última década, porque también ha sido bastante interesante para él.
Pero vamos al tema. La década resulta bastante trascendental para el personaje, que toma un par de decisiones que marcarán su avance como magus en próximos años: decide seguir uno de los Caminos de los Criamon, al tiempo que trata de transmitir su filosofía del comportamiento apto a su hogar en Mons Perditus y a los que allí habitan con él, pero sin descuidar del todo sus artes mágicas. Al finalizar la década sus dudas han desaparecido en cierta medida, o más bien se han visto reemplazadas por otras nuevas después de lo que ha experimentado durante estos años. Como si de un reflejo metafórico se tratara, Mons Perditus también se ha visto profundamente transformado tanto a nivel físico como a nivel político. Todo ello queda debidamente explicado a continuación. Como siempre, cojan una taza de su brebaje favorito y prepárense para una larga lectura, porque allá vamos:
1230
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Creo)
- Verano: Ayuda a Implacidus con su ritual de longevidad (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Otoño: Ayuda a Implacidus con su propio ritual de longevidad (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Invierno: Estudia Summa de Creo (14 PX a Creo)
Habíamos dejado a Viatorius sumido aún en las dudas de hacia dónde encaminar sus pasos como magus. La opción de seguir uno de los Caminos de los Criamon le tira mucho, lo que le acercaría más a Miniata Sophia y a Leonarda, pero también cree que tiene un deber más inmediato y mundano con sus congéneres. Sus artes mágicas siguen siendo muy limitadas, como lo son sus hechizos. Sin embargo, todo esto pasa a un segundo plano porque en el año 1230 Viatorius cumple 35 años, y el inevitable envejecimiento de todo ser humano empezará a cobrarse un precio en él. Por eso, tras extraer como cada año un poco de vis para la alianza, le pide a Implacidus que le ayude a hacer un ritual de longevidad que le ayude a retrasar el máximo su envejecimiento. El inquieto Bonisagus, que ha recibido la misma petición de otros magos de la alianza al ser con diferencia el mejor mago de Creo Corpus de Mons Perditus, acepta con una condición: que Viatorius le ayude a la hora de crear su propio ritual de longevidad. El Criamon acepta sin ningún problema, y así se pasa seis meses seguidos en el inmaculado laboratorio de Implacidus ayudándole en su ritual y creando el suyo, que en su caso tiene la forma de unas sales cristalinas que deberá echar en un baño anual, con las cuales se purificará de cualquier contaminación que el paso del tiempo manifieste en su cuerpo. Viatorius le da vueltas a ese concepto y empieza a preguntarse qué relación hay entre los rituales de longevidad y el ciclo del tiempo, y si se podría aplicar la Sabiduría Enigmática a ese ritual; aunque las connotaciones de ese tema se le escapan, se pasa los últimos meses del año estudiando la summa de Creo de la alianza para mejorar esa Técnica.
1231
- Primavera: Practica Conocimiento de la Casa Criamon (4 PX a Conocimiento de la Casa Criamon)
- Verano: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Creo)
- Otoño: Explora las ruinas de Mons Perditus y rescata un nuevo tractatus (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Invierno: Viaja a la Universidad de Toulouse (2 PX a Teología)
Resueltas (o retrasadas) sus preocupaciones por el envejecimiento, Viatorius puede por fin centrarse en los temas que más le importan. Por lo tanto, a principios de 1231 emprende un nuevo viaje a Miniata Sophia para pedir consejo a Leonarda sobre qué debe hacer en el futuro. Allí, Leonarda le explica algo más sobre los misterios de la Casa Criamon, y le revela el Camino que siguen ella y algunos magos de la alianza, y que se conoce como el Camino Que Desanda lo Andado. Un camino, dice la maga, ideal para Viatorius. Es sin duda el más armonioso y religioso de los caminos de los Criamon, con ideas cercanas al Islam, no en vano sus enseñanzas tienen influencias sufi. Sus seguidores buscan una comunión espiritual completa con el universo que, al culminarse, permite abrir una puerta que sale del ciclo del tiempo para regresar al Spharios, el estado de armonía original del ser humano. Sin embargo, muchos de sus seguidores deciden no salir del ciclo del tiempo y aprovechar su estado armónico para ayudar a los demás a seguir un comportamiento apto en este mundo. Esa armonía se obtiene mediante unas profundas meditaciones por laberintos mentales que en ocasiones adoptan la forma de danzas y coreografías físicas que demuestran el origen oriental de la filosofía. La explicación de Leonarda fascina a Viatorius pero al mismo tiempo le confunde más: ¿es realmente la armonía una manifestación de la divinidad única? ¿Es el Islam un camino no solo posible, sino recomendable para los Criamon? La idea le resulta extraña ante sus firmes convicciones cristianas, pero sin duda la cercanía de Al-Ándalus al sur hace que Viatorius vea de otra forma el cercano Tribunal de Iberia. Leonarda, al ver la confusión de Viatorius, le hace una propuesta que no puede rechazar: se ofrece a viajar con él hasta la domus magna de la Casa Criamon, la Caverna de las Sombras Retorcidas, donde podrá conocer mejor los entresijos de la casa y tomar una decisión sobre lo que quiere hacer en el futuro. Viatorius acepta y acuerda con Leonarda emprender el viaje a principios del año 1232.
Viatorius regresa de Miniata Sophia en un estado contemplativo, y durante los siguientes días habla con Tempestus, que sigue sumido en el complejo proceso de decidir a qué Tribunal sumarse. El Criamon expresa su apoyo y su voto para que Mons Perditus pase a formar parte del Tribunal de Iberia y luego cumple con su labor de extracción de vis. Pasado el verano, y para distraer un poco sus ideas, invierte unas semanas en explorar algunos de los sanctums que aún hay derruidos en Mons Perditus. Como ocurriera hace algunos años, Viatorius encuentra los restos de un viejo tractatus medio calcinado que se pasa el resto de la temporada restaurando. El libro se llama De Intellectus y es un tractatus de Mentem de Calidad 10 que vendrá muy bien a la alianza. Por último, en los últimos meses del año viaja a Toulouse. En su reciente visita a Miniata Sophia se enteró de que se acababa de abrir una universidad en Toulouse que por ahora imparte únicamente clases de teología, así que Viatorius decide hacer una visita a la institución recién abierta para descubrir cómo combinan la espiritualidad y el academicismo. Su experiencia no acaba de ser del todo positiva, al darse cuenta de que la universidad ha sido abierta simplemente como un arma con la que acabar de extirpar el catarismo de la región, y vuelve a Mons Perditus decidido a seguir buscando su propio camino espiritual.
1232
- Primavera: De viaje hacia la Cueva de las Sombras Retorcidas (8 PX Práctica a Provenzal)
- Verano: Aprende del fantasma de Verderis (9 PX Enseñanza a Conocimiento de la Casa Criamon, 1 punto de Informidad)
- Otoño: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Creo)
- Invierno: Estudia vis de Intellego (16 PX a Intellego)
En cuanto empieza el deshielo, Viatorius se despide de sus amigos de Mons Perditus y emprende un viaje que le mantendrá medio año fuera de la alianza. Primero viaja hasta Miniata Sophia y desde allí, acompañado por Leonarda y una pequeña escolta armada, emprende el camino hacia la Caverna de las Sombras Retorcidas. La domus magna, situada en el Tribunal de los Grandes Alpes, se encuentra en un recóndito valle de la cordillera. El viaje es largo y por momentos complicado, aunque tratan de seguir las antiguas calzadas romanas en todo momento. La ayuda de los Gorras Rojas alpinos les viene muy bien en el último tramo, en plena montaña, y finalmente llegan a la Caverna a principios de marzo.
La Caverna resulta ser el sitio más formidable que haya visto jamás Viatorius, una enorme regio que conduce desde el mundo mortal hasta, dicen, el refugio que encontró Criamon fuera del tiempo, donde espera a los seguidores más iluminados de su casa. Los habitantes de la alianza, que viven entre uno y otro extremo, lo llaman el Axis Magica, el gran polo en torno al cual giran las grandes energías mágicas del mundo. Como siempre, no todos los Criamon coinciden en las mismas teorías, y hay quienes dicen que en realidad el Axis Magica es el propio Criamon, convertido en un puente entre este mundo y el refugio que descubrió. Sea como sea, allí mora el grupo central de la Casa, con la Prima a la cabeza, y su tarea no es solo conservar la sabiduría de los Criamon, sino también apoyar a los diferentes magos y grupos que buscan las respuestas a los grandes interrogantes de la Casa.
Pero los vivos no son los únicos habitantes de ese lugar. Cientos de fantasmas moran en los interminables pasillos y recovecos de la Caverna. Fantasmas que lejos de ser las almas atormentadas de otros lugares, aquí son entidades espirituales que conservan la sabiduría que obtuvieron en vida y que, en el caso de los Primi fallecidos, están dispuestos a transmitirla a los vivos a la espera de encontrar la respuesta final que les permita entrar en el Spharios. Los vivos guardan las cenizas de esos muertos, conscientes de que son la mayor fuente de conocimientos de la Casa, mejor que cualquier posible biblioteca.
Durante los meses que pasa allí, Viatorius tiene la oportunidad de conocer a Muscaria, la actual Prima de la Casa, una joven maga que le parece excepcionalmente despreocupada y alejada de las inquietudes que aquejan a otros Criamon, incluso a él mismo. Sin embargo, la experiencia más trascendental que tiene Viatorius es conocer al fantasma de Verderis, el Primus que escribió Los Viajes de Fedoso. Gracias a la intercesión de Leonarda y de la propia Muscaria, Viatorius tiene el privilegio de ser adiestrado por Verderis durante unos meses en los cuales intenta comprender mejor los significados detrás de su libro de cabecera. La experiencia le transforma: Verderis confirma en parte sus teorías sobre el sentido de los Viajes como metáfora visionaria del futuro de la Casa, pero al mismo tiempo algunas de las enseñanzas del fantasma parecen contradecirse con su propio libro. El espíritu parece creer que todo está prestablecido y no hay lugar a la libre búsqueda de la sabiduría, lo que choca de frente con lo que cree Viatorius. Una de las paradojas básicas para Viatorius es que Criamon encontró una salida del ciclo del tiempo pero al mismo tiempo los Criamon buscan la solución completa. Si todo está escrito, ¿qué sentido tiene que los Criamon sigan investigando el Enigma? ¿Y por qué ve Viatorius similitudes tan obvias entre el libro y su propia vida? ¿Está aún más perdido el espíritu de Verderis que cuando estaba vivo, o al contrario, sabe algo que Viatorius no puede entender? El Criamon sigue un poco desconcertado, pero toma la decisión de seguir el Camino que le ofrece Leonarda, aunque le pide a la maga un tiempo para atender su formación hermética antes de empezarlo. Tras el Tribunal de 1234, volverá a Miniata Sophia para ponerse a su disposición.
Viatorius vuelve a Mons Perditus (con un punto de más de Informidad tras su exposición prolongada a los Primi espectrales) tras el verano, lacónico e introspectivo. Cumple con sus deberes de extracción de vis y se pasa los últimos meses del año estudiando la summa de Intellego de la alianza, convencido de que tal vez mejorar sus conocimientos de esa Técnica le sirva para entender mejor las paradojas de su Casa.
1233
- Primavera: Aventura con la Mora de Ordesa (5 PX por Aventura a Cultura Feérica y a Sensibilidad a la Magia)
- Verano: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Vim)
- Otoño: Lee tractatus de Parma Magica (8 PX a Parma Magica)
- Invierno: Estudia Los Viajes de Fedoso (8 PX a Sabiduría Enigmática)
Viatorius empieza el año aquejado por extraños sueños. En ellos, se ve a sí mismo viajando por caminos subterráneos y cavernas desconocidas, en lo que él interpreta como una manifestación onírica de sus inquietudes. Sin embargo, en casi todos esos sueños nota la presencia de la Mora de Ordesa, la criatura feérica que mora en las profundidades de la montaña cercana. Viatorius decide hacer una visita a la criatura, cosa que le resulta harto difícil cuando descubre que el camino que lleva hasta el río donde habita ha cambiado, aunque parezca imposible. Una vez más, Viatorius vuelve a plantearse la simbología del camino y el destino, pero debe posponer esas meditaciones cuando encuentra a la Mora en un estado lastimero, casi cadavérico, y el curso de agua junto al que vive, su principal fuente de vitalidad, casi agotado. Decidido a ayudar a la criatura, Viatorius sigue el curso del arroyo en sentido contrario, atravesando cavernas desconocidas y de aspecto cada vez más sobrenatural. Llegado un momento se encuentra con una barricada hecha de rocas que desvía el curso de agua. Sobre las rocas hay grabado un extraño símbolo que no reconoce, pero gracias a su capacidad para detectar de forma innata la magia, determina que es de origen mágico. Un hechizo de Perdo Vim improvisado y unas horas de trabajo físico le permiten devolver el arroyo a su curso normal. Mientras se afana en liberar el río, Viatorius siente una presencia en un oscuro e insondable pozo cercano. De alguna manera, la identifica con la entidad cthónica que sintió cuando experimentó un Crepúsculo aquí hace años y, aterrorizado, abandona la zona en cuanto puede. La Mora se ve revitalizada de inmediato al recuperar el agua su cauce normal, le da las gracias a Viatorius y le promete que le pagará el favor en el futuro. Por su parte, el Criamon vuelve a la alianza convencido de que hay algo más siniestro viviendo en las profundidades de las montañas, y preguntándose qué poder tenía el extraño símbolo sobre la Mora para impedirle eliminar la barricada de rocas ella misma…
De vuelta a Mons Perditus, Viatorius extrae vis y, después del verano, decide leerse el tractatus de Parma Magica que hay en la alianza, inquieto por esa presencia que ahora está seguro de que mora en las montañas cercanas. Tras ello, termina el año leyendo Los Viajes de Fedoso, mientras piensa en su encuentro del año pasado con Verderis e intenta encontrar algún sentido a sus diálogos con el Primus espectral. El año termina con un pequeño sobresalto cuando Tempestus comete un error inesperado al lanzar el Aegis de la Alianza. Aunque el mago tiene dominado el hechizo, algo sale mal en el lanzamiento y por un momento sufre un desvanecimiento que deja la alianza sin defensas hasta que despierta al día siguiente. Por suerte el Flambeau vuelve a lanzar el ritual por segunda vez, en esta ocasión con éxito, lamentándose del gasto inoportuno de vis y prometiéndose perfeccionar su dominio del hechizo para próximas ocasiones…
1234
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Verano: En el Tribunal de Provenza (2 PX Exposición a Conocimiento de la Orden de Hermes, 3 BP con Miniata Sophia)
- Otoño: Inventa Percibir las Emociones Enfrentadas (2 PX Exposición a Mentem)
- Invierno: Estudia summa de Muto (16 PX a Muto)
Durante la primera temporada del año, en la que Viatorius extrae vis del aura de la alianza, Tempestus reúne a todos los magi de Mons Perditus para comunicarles algo importante. Tras meditarlo mucho, hacer rápidos viajes hacia el sur y hacia el norte, y tras escuchar las opiniones de todos los magi de la alianza, por fin ha tomado una decisión sobre la pertenencia a un Tribunal de Mons Perditus. La decisión ha sido difícil, pero finalmente el Flambeau ha decidido que Mons Perditus debe pertenecer al Tribunal de Iberia. Es una decisión en la que antepone claramente el presente y el futuro de la alianza por delante del suyo propio, pues había recibido tentadoras ofertas de Aedes Mercurii para formar una alianza con ellos, pero los evidentes lazos de Constans con el Camino de Santiago, de Faustus con Duresca y, ahora, la inclinación de Viatorius por viajar al sur de Iberia, han pesado más. (A Implacidus le da un poco lo mismo todo, mientras pueda seguir con sus proyectos). Por eso, este año Tempestus viajará con Faustus y Constans a Duresca para oficializar el movimiento, mientras que Viatorius e Implacidus viajan por última vez a Provenza. Para el Criamon es un momento difícil: le gusta mucho Provenza, y sus visitas a Miniata Sophia eran casi una costumbre. Sin embargo, prefiere mirar el futuro con optimismo, y nada le impide viajar a ver a Leonarda siempre que quiera. Cuando viaja al Tribunal, comunica la noticia a los magos asistentes, provocando una cierta indignación entre las alianzas más poderosas de Provenza. (A efectos de juego, Mons Perditus pierde su desventaja «Tribunal Border»).
A su regreso, Viatorius se lleva una grata sorpresa al ver que Constans ha obtenido una jugosa summa de Muto en su visita a Iberia. Muto es su técnica favorita junto con Intellego, pero la ha relegado al olvido por la escasez de tomos o vis de los que estudiar. Con un volumen tan importante en la biblioteca de Mons Perditus, Viatorius se dispone a devorar sus páginas. Antes de ello, sin embargo, consulta los textos de laboratorio disponibles en Mons Perditus con intención de diversificar un poco su reducido arsenal mágico. Allí encuentra el hechizo Percibir las Emociones Enfrentadas, que cree que le puede resultar útil en el futuro, e invierte unos meses en inventarlo. Pasa los tres últimos y fríos meses estudiando la summa de Muto y escuchando las narraciones de Constans, que por fin se ha convertido en el líder de su propia compañía de canteros, lo que repercutirá positivamente en las arcas de la alianza…
1235
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Verano: Emprende la Avenida de la Entrega y el Servicio a la Armonía (obtiene El Don Silencioso, Pío, 12 PX de Enseñanza a Teología en Miniata Sophia)
- Otoño: Estudia summa de Muto (16 PX a Muto)
- Invierno: Mejora laboratorio (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
Viatorius ha decidido emprender el Camino que Desanda lo Andado, siguiendo la guía de Leonarda, que hará las veces de mistagoga («la que enseña los misterios»). Los recientes acontecimientos le inquietan un poco, pero sabe que no puede vivir sumido en las dudas como lleva haciendo tanto tiempo, así que aun a riesgo de equivocarse, acude a Miniata Sophia para que Leonarda le instruya en los primeros pasos en ese camino. Allí, ella le explica que cada fase del Camino, las llamadas «Avenidas», tiene diferentes requisitos y exige diferentes sacrificios al Iniciado. Ni siquiera Leonarda conoce todas las Avenidas de su Camino, pero sí que conoce las primeras, y no solo eso sino que ha integrado las pinturas primitivas que hay en Miniata Sophia dentro del proceso de iniciación. La primera Avenida, la Avenida de la Entrega y el Servicio a la Armonía, requiere que el Iniciado renuncie a todo aspecto destructivo y codicioso de su pasado. Para ello debe someterse a una purificación ritual, a un ayuno físico, a flagelaciones y a otros tipos de castigos espirituales y corporales. Todo ello deberá hacerlo tras peregrinar a un lugar espiritualmente importante para él en el momento adecuado, donde la mistagoga le impartirá los conocimientos necesarios sobre la armonía universal para continuar el camino. Por suerte para Viatorius, el lugar es obvio: Miniata Sophia, lo más parecido a un refugio espiritual que conoce el Criamon. Sin embargo, el momento no es propicio, como le comunica Leonarda, y deberá esperar aún unos meses. Inquieto, Viatorius aprovecha para saldar sus servicios a la alianza y, conforme se acerca el verano, parte hacia Miniata Sophia.
Una vez allí, Leonarda le lleva a las salas y túneles más sagrados de la alianza, donde Viatorius por fin puede ver las antiguas pinturas rupestres, repletas de elementos figurativos y simbólicos en las que reconoce un conocimiento afín al que él tiene. Durante semanas, meses, sigue todos los preceptos de Leonarda, renuncia a todos los conflictos de su pasado y se purga física y espiritualmente de cualquier impureza, acercándose un poco más a la comunión con el universo. Leonarda también le instruye en conocimientos cercanos a la teología cristiana, pero que también se pueden aplicar a la perspectiva vital del Camino. La experiencia transforma profundamente a Viatorius, que descubre una calma que jamás creyó posible. Dejando atrás nervios y conflictos internos, encuentra una profunda serenidad espiritual que sabe que solo es el primer paso de un largo viaje. Su mirada será a partir de ahora más tranquila y beatífica, menos nerviosa. Combinado con el efecto de su Crepúsculo anterior, que le hace flotar unos milímetros por encima de cualquier superficie, casi se le podría confundir con un hombre santo…
Tras agradecerle las enseñanzas a Leonarda, Viatorius regresa a Mons Perditus como un hombre transformado, pero eso no le hace perder de vista sus objetivos menos elevados. Ahora ve el estudio de la magia como otro paso en su camino, la recuperación de Mons Perditus como una metáfora de cómo lo roto puede volver a ser entero, el acercamiento entre mundanos y magi como un símbolo de amor universal. A efectos de juego, Viatorius ha ganado la virtud El Don Silencioso, el Defecto Mayor Pío y ha perdido su rasgo de personalidad Dubitativo, que ha sido reemplazado por Piadoso a +2. También ha mejorado sus conocimientos de Teología. Curiosamente, las flagelaciones a las que se somete durante los ritos de purificación le dejan unas marcas permanentes, una especie de escoriaciones donde el látigo ha golpeado la piel que vistas desde una cierta distancia dan la sensación de formar un complejo laberinto sobre la piel de la espalda de Viatorius.
Viatorius dedica la segunda mitad del año a estudios mágicos. Vuelve a estudiar la summa de Muto, y a continuación termina unas mejoras que tenía pendientes en su laboratorio, donde instala una esfera armilar, un artefacto astronómico que le ayudará en sus estudios.
1236
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Teoría Mágica)
- Verano: Estudia Los Viajes de Fedoso (8 PX a Sabiduría Enigmática)
- Otoño: Ayuda a Leonarda en Miniata Sophia (2 PX a Teoría Mágica)
- Invierno: Explora las auras cercanas a Mons Perditus (4 PX en Sensibilidad a la Magia)
En paz consigo mismo y con el mundo por primera vez en mucho tiempo, Viatorius decide dedicar todo el año de 1236 a actividades algo menos pesadas y trascendentes que en los últimos años. Por eso, tras extraer vis como cada año, termina la lectura de Los Viajes de Fedoso, apurando las gotas de conocimiento que puede sacar de él. Sigue creyéndose más la versión de Verderis que dibuja el libro que no la que conoció en los Alpes. Tras el verano, Leonarda le reclama en Miniata Sophia para que haga de ayudante suyo en un proyecto relacionado con los misterios de la Casa, así que pasa unos meses allí. A su regreso, Viatorious se lleva una grata sorpresa al descubrir una alianza completamente cambiada: tras años de duro trabajo, Constans por fin ha conseguido reunir el dinero, el vis y la capacidad mágica necesaria para restaurar las murallas de Mons Perditus. Tras lanzar un par de rituales y poner a trabajar a su cuadrilla en la reconstrucción de murallas y estancias, la alianza parece un lugar nuevo, un hogar más reconfortante en lo profundo de las montañas. (A efectos de juego, Mons Perditus pierde su desventaja «Crumbling»). Pero Constans quiere más, y empieza ya a trabajar en futuras mejoras. Por su parte, Viatorius termina el año explorando las auras sobrenaturales cercanas a la alianza acompañado del guía local, Sebastián, que ya es un experimentado explorador. Durante su exploración avista unas enormes criaturas semejantes a gigantes que moran en lo alto de las montañas, pero decide evitar sabiamente cualquier encuentro con ellas.
1237
- Primavera: Estudia summa de Muto (16 PX a Muto)
- Verano: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Vim)
- Otoño: Practica Don de Gentes (4 PX a Don de Gentes)
- Invierno: Inventa El Cincel de la Magia (2 Exposición a Vim)
Viatorius sigue centrado en sus estudios mágicos durante este año: sigue aprovechando al máximo la summa de Muto que hay en la alianza, pero tras extraer vis como cada año, también dedica los meses de otoño a conversar con los diferentes miembros de la alianza y los lugareños. El efecto de contar con el Don Silencioso le resulta prodigioso: él sigue siendo el mismo de siempre (más o menos), pero la reacción de todos respecto a él es totalmente diferente, incluso más cordial que cuando compartía su Parma Magica con alguno de ellos. Durante esas semanas no solo departe con Fernando y Sebastián, sino también con los dos maestros de la alianza e incluso con algunos trabajadores de la mina, que le hablan de extraños sucesos que ocurren en túneles relativamente cercanos a la superficie, algo bastante inusual. Viatorius habla con el resto de magos sobre el tema, y deciden investigarlo en algún momento del futuro. Durante los últimos meses del año, Viatorius decide poner en práctica sus avances recientes en los estudios de Muto, e inventa un curioso hechizo, El Cincel de la Magia, que le permite duplicar cualquier hechizo que lance (o que vea lanzar). Viatorius se da cuenta entonces de que su arsenal mágico está demasiado limitado al arte de Vim, y decide que diversificará un poco más sus artes… en especial ante los nuevos libros que acaba de traer Constans de su reciente visita a Duresca.
1238
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Creo)
- Verano: Visita Miniata Sophia (2 BP, 2 PX Exposición a Conocimiento de la Casa Criamon)
- Otoño: Practica Sensibilidad a la Magia (4 PX Práctica a Sensibilidad a la Magia)
- Invierno: Aprende Corpus de Implacidus (5 PX Enseñanza a Corpus)
Tras solventar sus obligaciones con la alianza, Viatorius decide viajar de nuevo a Miniata Sophia para empezar a prepararse para su siguiente paso en el Camino que Desanda lo Andado. En la actualidad lleva una existencia armoniosa y mucho más tranquila que unos años atrás, y quiere saber qué otros misterios le aguardan en el futuro. Leonarda, que ya supera holgadamente el centenar de años, le explica que la siguiente fase del Camino es la Avenida de la Curación y la Estación del Arroz y la Miel, en la que la armonía del magus con el universo que le rodea le permite restaurar o reparar objetos, devolviéndolos a su estado de perfección original. Esas prodigiosas curaciones se realizan ejecutando danzas y complejos movimientos en torno al objeto a restaurar, y beben de la energía interna del mago, eliminando la necesidad de usar vis para la restauración. Las enseñanzas de Leonarda hacen pensar bastante a Viatorius, quien tras regresar a Mons Perditus se da cuenta de que sus conocimientos de Corpus son muy limitados y, como tal vez los necesite para el siguiente paso en el Camino, convence a Implacidus para que le enseñe Corpus en los últimos meses del año a cambio de un futuro favor. Antes, sin embargo, vuelve a internarse en las montañas acompañado de Sebastián, practicando su intuición mágica para detectar auras y criaturas mágicas. De nuevo vuelve a tener un encuentro con unas criaturas gigantescas que en este caso resulta más hostil: uno de los grogs que acompañaban a Viatorius muere en el encuentro, y el mago apenas logra escapar con vida acompañado de Sebastián. ¿Quiénes son esas criaturas, y por qué son tan hostiles? ¿Y por qué anuncia Tempestus al finalizar el año que ha mejorado el Aegis de la Alianza, subiéndolo a quinta magnitud? Para acabar de arreglar las cosas, las minas cada vez dan menos roca y los trabajadores tienen más miedo de adentrarse en ellas por los rumores sobre fenómenos sobrenaturales…
1239
- Primavera: Extrae vis del aura de la alianza (2 PX Exposición a Creo)
- Verano: Aprende Philosophiae con el Maestro Pablo (13 PX Enseñanza a Philosophiae)
- Otoño: Estudia summa de Muto (16 PX a Muto)
- Invierno: Escribe Comentario sobre Los Viajes de Fedoso (2 PX Exposición a Sabiduría Enigmática)
Viatorius sigue preparándose para su evolución en el Camino. Tras extraer vis, decide ampliar su perspectiva moral sobre el universo y convence al venerable Maestro Pablo de la alianza para departir con él sobre filosofía. Le acompaña en esas clases Implacidus, quien también está interesado por la materia, aunque por cuestiones diferentes y puramente prácticas. Tras el verano estudia la summa de Muto de la Alianza y antes de terminar el año, dedica los últimos meses a realizar una tarea que tenía pendiente: escribir su propio comentario sobre Los Viajes de Fedoso. Viatorius coge pluma y pergamino y vuelca en él todas sus teorías sobre el libro de Verderis, su opinión sobre las metáforas sobre la Casa Criamon, e incluso crea al «Viajero», una metáfora de sí mismo, pero también de Fedoso, y que rodea de una simbología propia y personal. Para hacer que el libro sea más profundo, escribe sus textos siguiendo una forma libre, formando diferentes dibujos con las palabras, caminos que avanzan por las páginas y que forman figuras que también transmiten conocimiento a una mirada entrenada en Sabiduría Enigmática. También habla con Augusto, el encuadernador de Mons Perditus, para que el armazón del libro esté repujado con símbolos arcanos que también reflejan su laberinto interior. Al terminar y leer el resultado, Viatorius se considera sumamente satisfecho de su obra, pero al mismo tiempo tiene más claras que nunca las diferencias entre el texto de Los Viajes y los conocimientos que le transmitió el propio Verderis. La idea de volver a viajar a la Caverna de las Sombras Retorcidas vuelve a rondarle por la cabeza, mientras el año termina por todo lo alto, y no solo porque Tempestus celebre su centésimo cumpleaños: Constans ha terminado su nueva fase de remodelación y ampliación de Mons Perditus, añadiendo nuevas fortificaciones y murallas. La alianza empieza a tener un aspecto portentoso, una auténtica fortaleza en las montañas, lejos del hogar ruinoso que era hace no demasiado. (A efectos de juego Mons Peditus gana las ventajas «Curtain Walls and Mural Towers» y «Gatehouse Keep»).
Así se llega a 1240, donde nos encontramos con un Viatorius profundamente transformado a nivel espiritual. Ha dado un paso importante en su avance como mago Criamon, y gracias al Don Silencioso, se ha podido acercar más a los mundanos que le rodean, convirtiéndose casi en una referencia espiritual para los habitantes de la alianza, sin dejar de tener un punto «extraño», claro. Ha avanzado un poco en sus estudios herméticos, pero no demasiado, y hay algunos asuntos relacionados con Mons Perditus que le gustaría seguir investigando. Sin embargo, está claro que es un hombre totalmente diferente al joven sumido en la dudas que terminó su aprendizaje hace 20 años…
Esta es la ficha de Viatorius en 1240:
Viatorius de Criamon
Características: Int +3, Per +1, Com 0, Pre -1, Fue 0, Vit +2, Des +1, Rap 0
Edad: 45 Tamaño: 0 Confianza: 1 (3) Informidad: 2 (1)
Cicatrices de Crepúsculo: Camina unos milímetros por encima del suelo, como si flotara.
Virtudes y Defectos: El Don, El Don Silencioso, Magus Hermético, El Enigma*, Afinidad (Vim), Bono de Estudio, Características Mejoradas, Estímulo Vital, Maña en Vim, Sensibilidad a la Magia; Pío, Compasivo, Formación Defectuosa, Mentor (Leonarda de Miniata Sophia), Obsesionado (descifrar Los Viajes de Fedoso), Propenso al Crepúsculo
(*Virtud gratuita de la Casa Criamon)
Rasgos de personalidad: Compasivo +2, Piadoso +2, Meditabundo +1, Metódico +2
Combate: Esquiva Ini 0, Ata n/a, Def +2 Aguante: +2
Habilidades: Atención 2 (buscar), Artes Liberales 2 (retórica), Atletismo 1 (carreras), Concentración 1 (hechizos), Conocimiento de Área: Barcelona 2 (personalidades), Conocimiento de la Casa Criamon 2 (objetivos), Conocimiento de la Orden de Hermes 1 (historia), Conocimiento Mágico 1 (regiones), Cultura Feérica 1 (duendes subterráneos), Don de Gentes 2 (gente de ciudad), Latín 4 (uso hermético), Parma Magica 1 (Corpus), Pelea 1 (Esquiva), Penetración 1 (Vim), Philosophiae 2 (filosofía moral), Precisión 1 (Vim), Catalán 5 (jerga callejera), Regatear 0 (vis), Sabiduría Enigmática 4 (interpretar señales), Sensibilidad a la Magia 3 (hechizos activos), Teoría Mágica 5 (Muto)
Artes: Creo 11, Intellego 8, Muto 12, Perdo 1, Rego 7, Animal 1, Aquam 1, Auram 1, Corpus 4, Herbam 1, Ignem 0, Imaginem 4, Mentem 3, Terram 6, Vim 11+3
Hechizos:
- Aura de Líder (Muto Imaginem 10)
- La Llamada de Morfeo (Rego Mentem 10)
- Percibir las Emociones Enfrentadas (Rego Mentem 15)
- El Falso Don (Creo Vim 15)
- Atravesar el Velo Mágico (Intellego Vim 20)
- Atravesar el Velo Feérico (Intellego Vim 20)
- El Cincel de la Magia (Muto Vim 20)
- La Superación de la Magia de Vim (Muto Vim 20)
- Concentración Mágica (Rego Vim 15)
- El Cauce de la Magia (Rego Vim 15)
- El Descanso del Hechizo (Rego Vim 15)
Notas de hechizos: Viatorius ha ampliado muy ligeramente su repertorio con hechizos con un versátil hechizo de Vim como Cincelar la Magia y un hechizo de Mentem que le permite entender mejor las intenciones de quienes le rodean, pero sigue estando enormemente especializado en Vim. Nunca encuentra el momento para diversificar un poco más su arsenal, pero hasta ahora tampoco lo ha necesitado…
Aspecto: Viatorious es un hombre fornido de estatura media y aspecto tranquilo, de cabello castaño corto y una barba corta del mismo color. Suele vestir con unos ropajes discretos y holgados, de tela marrón claro, y entre eso y su mirada, serena y tranquila, hace que a menudo le confundan con un monje. Sin embargo, quienes le observen con atención podrían adivinar en lo más hondo de esa mirada una inquietud que recuerda a tiempos pasados, y que podría volver a la superficie en algún momento. Habla de forma pausada, y siempre se toma su tiempo para hacerlo, como si lo observara todo atentamente antes de expresar su opinión. Aunque intenta ocultarlo, en la parte interior de su muñeca izquierda tiene una curiosa marca en la piel, una especie de lazo doble apaisado semejante al símbolo del infinito, que le apareció de forma espontánea cuando concluyó su aprendizaje. En el interior del brazo derecho, desde el codo hasta cerca de la muñeca, tiene un estigma en forma de vena marcada casi en sangre, formando una especie de camino sinuoso en rojo. En la espalda, cubierto por sus ropas, tiene unas escoriaciones fruto de una flagelación ritual a la que se sometió en el pasado, y que vistas desde la distancia parecen formar una especie de laberinto dibujado sobre la espalda de Viatorius.
Podéis ver la ficha detallada de Viatorius en 1240 aquí, y la versión actual de Mons Perditus en 1240 aquí.
Planes inmediatos (1240-1249)
- Seguir el Camino: Viatorius ha emprendido el Camino que Desanda lo Andado de la mano de Leonarda de Miniata Sophia, y espera poder seguirlo hasta el final mientras busca una respuesta a sus preocupaciones y una salida al eterno ciclo del tiempo que solo ven los Criamon. No es descartable que Leonarda le necesite para iniciar a otros magos Criamon si hace falta, además de intentar llegar a la siguiente Avenida.
- Verderis y los Viajes: Tras exprimir hasta la última gota de conocimiento que había en Los Viajes de Fedoso, Viatorius tiene un claro conflicto entre lo que dice el libro y lo que le ha explicado el espíritu de Verderis, su autor, que aún mora en la Caverna de las Sombras Retorcidas. ¿Tal vez los conocimientos de Sabiduría Enigmática de Viatorius no son lo bastante profundos, y no alcanza el nivel de trascendencia de Verderis? ¿O hay algo más? ¿Debe Viatorius regresar a los Alpes y a la domus magna de su Casa?
- El comportamiento apto: Viatorius no puede dejar de pensar que el Don Silencioso que le ha sido otorgado no es más que un precioso regalo para que redoble sus esfuerzos para transmitir el conocimiento apto a quienes le rodean. No hay prisa en seguir avanzando por el Camino, ¿por qué no aprovechar ese regalo para que quienes le rodeen vivan mejor? ¿Por qué no usarlo en combinación con sus poderes? ¿Hacer rituales de longevidad, objetos mágicos que hagan la vida más fácil a los mundanos? ¿O construir una capilla en las cercanías de la alianza, tal vez con la ayuda de Constans?
- Explorar la montaña: Las visitas de Viatorius a las montañas cercanas a Mons Perditus han sido siempre muy extrañas. En la última ocasión tuvo que ayudar a la Mora de Ordesa, pero también siente que hay alguna otra entidad habitando allí. Además, le da la sensación de que los laberínticos túneles subterráneos son un reflejo del viaje existencial que realiza Viatorius. ¿Debe examinar con más detenimiento ese lugar, y descubrir definitivamente qué vive allí? ¿Y qué hay de esas criaturas que parecen gigantes de hielo con las que se ha cruzado alguna vez? ¿Quiénes son? ¿Suponen una amenaza para Mons Perditus?
- La magia hermética: El Camino que sigue Viatorius podría hacer que se aleje demasiado de sus estudios herméticos, algo descuidados en los últimos años. Viatorius no puede olvidar ese otro lado de su personalidad que goza como un niño de una intuición mágica innata. ¿Tal vez deba hacer una pausa en su crecimiento espiritual para centrarse más en su crecimiento hermético?
- Viajar a Al-Andalus: El Camino que Desanda lo Andado tiene evidentes influencias sufis. ¿Podría aprender algo Viatorius de la doctrina original sufi y su marcada espiritualidad? Nunca ha visitado Al-Andalus, pero tal vez un viaje hacia el sur en busca de algún sabio sufi le pueda ayudar a entender mejor su propio espíritu…
¿Habéis sobrevivido a este tocho? Si es así, ¿qué debe hacer Viatorius? Acepto sugerencias que no estén en la lista, naturalmente. Mientras escucho vuestras opiniones, voy a ir preparando la siguiente entrada con los avances de Implacidus y Fautus, que aun siendo menos «espirituales», tampoco han estado nada mal…