Caso: Una incursión «discreta» de varios magos para intervenir en favor de una noble aliada acaba saliendo mal y los magi son vistos cometiendo actos de destrucción por numerosos mundanos.
Escenario: Tribunal del Rin
(Este no es solo el último caso abierto del mes, sino que también es un caso especial, por tratarse de un caso real y cuyas consecuencias todavía están por determinarse en mi saga…).
Después de que Faustus despida a Cormac, emprende un largo tiempo retrasado viaje hasta Durenmar, para consultar su célebre biblioteca y conocer en persona la cuna de la Orden de Hermes. Mientras está allí, escucha por boca de uno de los Quaesitoris residentes un reciente incidente ocurrido en el Tribunal, cuyos efectos a nivel de justicia hermética aún están por confirmarse. Los protagonistas son los magos de Phoenix, una alianza situada en el extremo más nororiental del Tribunal, en el mismo sitio donde otrora se elevara la alianza de Rethra. Según parece, los magos de Phoenix mantienen una relación relativamente cordial con la duquesa de la cercana ciudad de Stettin, Miroslawa. Hace algo más de un año, Stettin fue tomada por tropas danesas del rey Valdemar II, que había sido recientemente derrotado en una batalla contra varios duques germanos. Los magi de Phoenix estaban seguros de que la presencia danesa en la ciudad tenía relación con los actos de un grupo de terribles muspelli escandinavos con los que habían tenido algún encuentro en el pasado. Por lo tanto, decidieron intentar librar al burgo del yugo danés y así matar dos pájaros de un tiro: mejorar la relación con Miroslawa y frustrar los planes de los muspelli.
Para lograr la liberación de Stettin, los magi prepararon un complejo plan en el que varios de ellos, en coordinación con la “resistencia” de Stettin, lanzarían un ataque nocturno contra la ciudad, infiltrándose en su interior, prendiendo fuego a los barracones donde dormían el grueso de las tropas danesas y acabando con el resto de la resistencia nórdica que se encontraran. Por desgracia, la infiltración se les fue de las manos al poco de comenzar: el fuego de los barracones se propagó rápidamente a otras casas de las cercanías, provocando graves incendios y la muerte de varios ciudadanos. Además, el grupo de magi infiltrados, que tenían como principal prioridad la discreción para no llamar demasiado la atención de los mundanos, perdió los papeles ante la presión. Específicamente, Cünegunde de Criamon y Herman de Flambeau se dedicaron a lanzar magia de forma flagrante por las calles de Stettin. Es cierto que sus objetivos eran los enemigos daneses, pero hubo muchos lugareños temerosos de Dios que vieron a los dos “brujos” farfullando encantamientos y derribando a soldados daneses a sangre y fuego. Incluso en el propio palacio de la duquesa hubo muestras de magia exhibida de forma muy poco sutil.
Las consecuencias a nivel político y religioso no se hicieron esperar. Aunque Miroslawa agradeció la liberación de la ciudad (y también la salvación de su primogénito y heredero, el joven Barnim, futuro duque de Pomerania), no le pareció nada bien que una parte de Stettin fuera arrasada por las llamas y varios ciudadanos murieran. Por otro lado, el principal representante de la Iglesia en la ciudad, el padre Cadmius, con quien no tenían una relación muy buena, aprovechó la situación para proclamarles brujos públicamente y amenazar con excomulgarles.
Pero el auténtico problema de todo esto es que los actos de los magos en aquella fatídica noche han llegado a oídos de los Guernicus del Rin, entre quienes Phoenix no tiene demasiados amigos. De hecho, han pisado en más de una ocasión los callos de varias potencias del Rin, en especial Durenmar, así que el asunto está empezando a ser investigado ahora mismo y no se descarta que se mande a la región a Galerius, uno de los Quaesitoris más implacables del Tribunal, para que dirima los detalles del caso.
¿Es culpable Phoenix de un delito de interferencia con mundanos? Eso parece evidente. ¿Pero hay que castigar a Phoenix como alianza, o solo a Herman y Cünegunde, que fueron los magos que se salieron del plan previsto? En ese caso, ¿cuál sería el castigo más adecuado?
En vuestras manos lo dejo, sodales…