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Archivos Mensuales: septiembre 2017

Reseña de Torg Eternity: Day One

Torg Eternity: Day One es el primer suplemento de aventuras para Torg Eternity (cuya reseña podéis encontrar aquí) y, al igual que aquel, por ahora está solo disponible para los mecenas del Kickstarter, aunque el lanzamiento público de ambos productos debe de estar al caer. El libro contiene una serie de aventuras que se desbloquearon en dicho Kickstarter, y que responden todas ellas a la misma premisa: ponen a los jugadores en la piel de habitantes de la Tierra en el momento de producirse la invasión de los Altos Señores. Así, hay una aventura del “Día Uno” por cada cosmos: Tierra Viviente, Aysle, Pan-Pacifica, Tharkold, el Imperio del Nilo, el Ciberpadado y Orrorsh. Siete en total, que no está nada mal.

Las aventuras se presentan en un volumen de 144 páginas con portada e interior a color, que sigue el mismo estilo de maquetación e ilustración que el básico de Torg Eternity. En este caso contamos también con unos mapitas que, sin ser la panacea, nos ayudarán bastante a la hora de plantear alguna de las situaciones tácticas de las aventuras. El manual es de lectura agradable, casi todas las ilustraciones son de calidad media bastante elevada, hay abundantes despieces y recuadros… La verdad es que me lo acabé de leer casi sin darme cuenta, y eso que lo colaba entre «tocho» y «tocho» de otras lecturas roleras.

Los edeinos son uno de los muchos peligros de la Tierra Viviente…

La intención de este volumen es no solo presentar una aventura situada en cada universo, sino también introducir a los jugadores en el sistema de Torg de forma paulatina. Las aventuras están planteadas de manera que cada una va presentando diferentes aspectos del sistema, muy masticados, para que el DJ (sobre todo) y los jugadores puedan asimilar el sistema sin muchos problemas. Así, en la primera de ellas, ambientada en la Tierra Viviente, se presentan los conceptos básicos de la resolución de acciones, el combate y el uso de cartas, mientras que en la siguiente, en Aysle, ya se introducen las tareas dramáticas, y así sucesivamente. Los conceptos mecánicos están bien destacados en negrita para que el DJ sepa adónde acudir en caso de duda. Al mismo tiempo, las aventuras también explican en detalle conceptos importantes de la realidad de Torg que pueden resultar chocantes a un jugador recién llegado al juego: los puentes de maelstrom que usaron los Altos Señores para realizar la invasión, las estelas (que delimitan el territorio ocupado por cada cosmos, y que pueden fluctuar), los hardpoints o puntos donde una realidad ha resistido al cosmos invasor y sigue siendo lo que era, etc. Y naturalmente, cada aventura incide en los diferentes axiomas y leyes de cada cosmos, y las importantes diferencias que provocan. Una forma muy buena de introducir progresivamente a los jugadores, la verdad.

Como decía, son aventuras introductorias. Pero eso no quiere decir que las aventuras sean sencillas. Ni mucho menos. De hecho, varias de ellas son bastante peligrosas, y hay un par en las que se espera que muera casi todo el grupo, salvo que el DJ modifique la trama. Por ese motivo, cada aventura presenta un grupo de personajes pregenerados ex profeso para la aventura en cuestión, y aunque se pueden seguir usando después de esa primera aventura, el manual casi asume que los jugadores se harán personajes nuevos una vez hayan “catado” Torg por primera vez, así que tampoco hay que cogerles demasiado cariño.

El Ciberpapa vela por vuestra seguridad, creyentes…

Todas las aventuras siguen la misma estructura. Primero se presenta a los personajes, que por si alguien no ha caído en la cuenta, al principio de la partida serán siempre Ords, o “humanos ordinarios”. La cosa es complicada desde un primer momento, sí. Aunque en casi todos los casos hay algún agente de la ley o alguien con nociones de combate en el grupo, el grueso lo forman personas normales como cualquiera de nosotros… que de repente ven cómo el mundo que conocen cambia radicalmente. En ese momento no tienen ninguna habilidad especial, ni mucho menos Posibilidades, y solo pueden usar cartas que puedan usar los Ords. Por suerte, tarde o temprano en la aventura todos sufrirán un Momento de Crisis, por lo general al luchar por su supervivencia, defender a los indefensos o realizar cualquier otra acción heroica. En ese momento de trascendencia dejarán de ser Ords, darán la vuelta a sus fichas y… se convertirán en Caballeros de la Tormenta. Y entonces las cosas cambiarán radicalmente.

Debo hacer especial hincapié en esta circunstancia, porque es la clave de todo el volumen. Hablamos de gente normal que de repente se encuentra cara a cara con una invasión de otro mundo que les transforma, y no siempre para bien. De repente olvidan conceptos que tenían asumidos desde que nacieron (al cambiar los axiomas sociales) y objetos tecnológicos que se daban por sentados se vuelven inútiles. Las sensaciones que transmite cada aventura varían para adaptarse a cada cosmos: si la Tierra Viviente o Aysle son exóticamente peligrosas, el Imperio del Nilo es puro pulp, mientras que Pan-Pacifica y Orrorsh tienen aroma de survival horror, el Ciberpapado nos traslada a una represión teocrática y Tharkold nos ofrece una breve, brutal y escalofriante combinación de Doom y Mad Max, dura y realista como cualquier guerra, antigua o moderna.

Pan-Pacifica no ha sufrido invasión, sino una plaga de lo más molesta…

El desarrollo de cada aventura propiamente dicha no varía mucho. Como no creo que sea necesario entrar muy en detalle en ellas para evitar spoilers, pongo a continuación un resumen muy somero de cada aventura:

  • Tierra Viviente: Unos turistas viajan por el río Hudson en Nueva York justo cuando se produce la invasión de la Tierra Viviente en los Estados Unidos. Tras aceptar su nueva realidad (literalmente), tendrán que intentar escapar de la Gran Manzana mientras esquivan a los edeinos (los hombres-lagarto nativos del cosmos invasor) y otros horribles peligros.
  • Aysle: Trafalgar Square, Londres. Un grupo de visitantes que se dirige a la National Gallery ve cómo el mundo se vuelve del revés ante la invasión del cosmos fantástico de Aysle. Además, los más heroicos de ellos deberán adentrarse en las profundidades de la ciudad en busca de una niña desaparecida, lo que les llevará a toparse con descubrimientos bastante desagradables…
  • Pan Pacifica: Mientras hacen cola delante de un puesto de ramen, varios extraños tienen que hacer frente a una plaga que tendrá consecuencias devastadoras sobre media Asia oriental. ¿Qué relación tiene con todo ello la todopoderosa Corporación Kanawa? Una de las aventuras más duras y descarnadas de todo el volumen.
  • Tharkold: Un comando militar ruso debe rescatar lo que quede de un laboratorio de investigación en un Moscú desolado e invadido por demonios. Tienen cuatro horas para hacerlo antes de que la zona quede aún más arrasada cuando el gobierno ruso aprueba el uso de armas nucleares. Pero… ¿qué hay de los supervivientes que aún quedan en la zona?
  • El Imperio del Nilo: Un grupo de turistas que visitan las pirámides de Guiza (sí, el concepto del turista es ubicuo) se ven sorprendidos por la invasión del Egipto que Nunca Fue, liderado por el mismísimo Doctor Mobius, el faraón. Probablemente la aventura más floja de todo el libro, reducida básicamente a una incursión por una tumba y poco más. La combinación de Egipto y pulp está muy bien, pero aquí creo que no le acaban de sacar todo el jugo que puede dar, que es mucho.
  • Ciberpapado: Cuando el cosmos gobernado por el Ciberpapa Jean Malraux invade la realidad e impone una teo-tecnocracia en Orange, varios humanos ordinarios deben embarcarse en una búsqueda de sus seres queridos que les transformará definitivamente. El nuevo régimen intenta controlar a sus nuevos súbditos con mano dura (lo que incluye a la temible Policía de la Iglesia), mientras los Caballeros de la Tormenta le presentan resistencia. Probablemente mi cosmos favorito.
  • Orrorsh: Un viaje en autobús a una boda en un pequeño pueblo rural de la India se convierte en una odisea con la llegada del tenebroso cosmos gobernado por el mismísimo Hombre Delgado. ¿Lograrán encontrar algún refugio los protagonistas antes de que caiga la noche y los horrores que habitan la región salgan de caza?

No salgas de casa sin tu cuchillo si vives en Orrorsh…

¿Y qué me ha parecido? Day One Adventures es un ejemplo canónico de suplemento que debería acompañar a cada nuevo juego de rol: una aventura que te permita iniciarte progresivamente en el mundo de juego y en las reglas que lo rigen. Es cierto que las aventuras propiamente dichas son un poco irregulares en cuanto a calidad, pero cumplen perfectamente su propósito, que no es otro que hacer más sencillos los primeros pasos de DJ y jugadores en un juego, como es Torg Eternity, que puede abrumar un poco en un primer momento por su densidad no solo de reglas (que no es tanta) sino también conceptual. Además, creo que han acertado de pleno a la hora de plasmar las diferentes sensaciones que debe transmitir cada cosmos, y que harán que los jugadores se lo piensen dos veces a la hora de plantearse según qué acción en según qué universo.

Por todo ello, yo le doy un multiversal…

 
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Publicado por en 29 septiembre, 2017 en Reseñas

 

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Reseña de The Widening Gyre

Que Savage Worlds tiene más ambientaciones de las que puede llegar a jugar un rolero en toda su vida es un hecho irrefutable. Que esas ambientaciones incluyen todos los géneros y mix-ups que se puedan imaginar, también. Uno de los géneros con una presencia más que saludable dentro del enorme abanico salvaje es el steampunk, o la «ciencia ficción victoriana». Tenemos steampunk de todos los pelajes, desde el Gaslight Victorian Fantasy (del que recientemente se ha hecho Kickstarter para su tercera edición), hasta Kerberos Club (que no es steampunk propiamente dicho, sino más bien superhéroes victorianos), pasando por Space 1889 (que es steampunk-cifi) o Steamscapes (que es steampunk-western). Dentro de los que no están ambientados en un mundo histórico (o pseudo-histórico) tenemos Runepunk o Clockwork Dreams, una ambientación steampunk con su punto bizarro-feérico, dentro de la línea Suzerain, que como todos sabemos juega en otra liga.

Ah, sí, y tenemos The Widening Gyre, que se encuentra dentro de esa categoría de steampunk «histórico» que comentaba antes, aunque también tiene sus particularidades. Un setting escrito por Bill Keyes, publicado por Blackwyrm Games y que se vende con la intrigante premisa de «Bienvenidos a un siglo XIX que nunca existió». La ambientación se presenta en un libro de unas muy respetables 208 páginas, con una potente portada a color y un interior en blanco y negro/grises bastante más discreto, con una maquetación espartana y un tanto caótica y unas ilustraciones bastante irregulares y escasas, que en muchas ocasiones son simples motivos mecánicos o tecnológicos. En general la lectura se me ha hecho un poco pesada, hay mucha información condensada en esas páginas y a veces casi tienes que tomarte un respiro para continuar la lectura en otro momento.

Pero… ¿de qué va The Widening Gyre? El juego toma su nombre de un poema del romántico W. B. Yeats y nos sitúa en una época victoriana más o menos real. Como veremos en una cronología posterior, aunque el año de inicio recomendado es 1895, podemos elegir cualquier otro momento de esa época (desde 1837 hasta la I Guerra Mundial) en función del tipo de partida que busquemos. En ese siglo XIX que nunca existió existe la magia (aunque es bastante inusual) y, sobre todo, existen los savants, una mezcla de genios locos, alquimistas y magos que son capaces de crear inventos que hacen realidad las hazañas más increíbles. En ese siglo XIX que nunca existió, de nuevo, el Gremio de Relojeros de Londres fabricó un enorme reloj (el «Gyre» al que hace referencia el título) como regalo a la reina Victoria en el día de su coronación. Tras años de meticuloso trabajo, el reloj… no funcionó al ponerse en marcha. La desolación de los Relojeros se transformó en sorpresa cuando, algún tiempo más tarde, el reloj se puso en marcha él solo. Justo en ese momento, en la otra punta del mundo, en la India, miles de soldados británicos eran masacrados por guerrilleros pashtun. Pronto, los Relojeros descubrieron que, por algún motivo desconocido, el reloj se ponía en marcha cuando estaba a punto de ocurrir una tragedia. De inmediato se creó una organización que se dedicaría a vigilar muy, muy de cerca el reloj, intentando detectar cualquier signo que pudiera ayudar a la Corona a evitar tales desgracias. A partir de ese fatídico momento, el mundo también empezó a avanzar y a cambiar a una velocidad vertiginosa, con inventos cada vez más increíbles y al tiempo aterradores, propiciados en muchos casos por savants de mente brillante… y también un poco desequilibrada.

¿Veis por dónde van los tiros, no? La premisa básica (aunque no obligatoria) del juego es que los personajes sean miembros de los Vigilantes (Watchmen), un grupo de individuos dotados de habilidades, dones o poderes especiales que trabajan al servicio del Gremio de Relojeros para evitar esas tragedias. Lo que acabo de comentar se explica muy por encima en el breve prólogo del manual, que precede al primer capítulo, donde podremos crear nuestros personajes. El capítulo incluye algunas novedades que tratan de transmitir el feeling de la ambientación: nuevas razas como la de los Hombres Mecánicos (que son básicamente constructos victorianos), un buen puñado de arquetipos en los que inspirarse y un puñado aún más grande de nuevas ventajas, desventajas y habilidades. A destacar que en el mundo de The Widening Gyre solo hay dos trasfondos arcanos disponibles, Ciencia Extraña y Magia, y aunque esta última se define como «muy poco habitual», se presentan varias disciplinas para adecuar el trasfondo arcano a la época: piromancia, tecnomancia, cartomancia… hay un poco de todo. En general el capítulo incluye suficiente material para crear personajes que se adapten a la perfección a la atmósfera que pretende transmitir el juego.

El segundo y extenso capítulo se centra en el equipo, término que alcanza una nueva dimensión en un mundo en el que un savant puede construir casi cualquier cosa imaginable. Aquí se puede encontrar de todo, desde armaduras mecanizadas hasta rayos destructores, lentes térmicas, vehículos capaces de viajar por el espacio o, naturalmente, armas de todos los calibres y tamaños. Por algún motivo que desconozco, este segundo capítulo también describe la magia (bueno, hechicería) de la ambientación, presentando no solo unos cuantos poderes nuevos sino también una nueva categoría, la de los «hechizos malignos», cuyo uso implica la obtención de una desventaja que puede ser bien temporal, bien permanente. Curiosamente, aunque el trasfondo de Ciencia Extraña tiene mucho más peso en la ambientación y tendría mucha más cabida en esta sección, no se habla de ello aquí. Ni aquí ni en ningún sitio, de hecho. Pese a los abundantes (y muy interesantes) ejemplos de cacharros que pueden inventar los savants, no hay en todo el manual una mecánica que permita a los PJs imitar esas invenciones, más allá de una descripción muy genérica al hablar de la habilidad de Ciencia Extraña y unas consignas sobre cómo deberían ser los nuevos inventos. ¿Pero cuánto tarda, cuánto le cuesta, qué elementos, qué tiradas necesita un savant para inventar cada cosa? A los jugadores y al DJ les tocará improvisar, cosa un tanto arriesgada teniendo en cuenta que «el cielo es el límite»… literalmente.

El tercer capítulo describe de forma más extensa la cronología de la ambientación, separándola en diferentes fases, que abarcan desde 1837 (año del ascenso de Victoria al trono) hasta 1919, con el final de la I Guerra Mundial. La diferenciación no es para nada casual, ya que en realidad ofrece a los jugadores marcos ligeramente diferentes dentro de un mismo mundo. Quienes quieran jugar en las primeras décadas tendrán partidas con menos tecnología y menos tensión global, mientras que en las postrimerías de la época la tecnología ya se ha disparado de forma brutal. Incluso la atmósfera será diferente: de un optimismo y confianza en la tecnología de los inicios hasta una parte final en la que la tecnología se aplica básicamente a la guerra y la gente ha perdido un poco la fe en ella. Recordad que es un siglo XIX radicalmente diferente al que conocemos, así que la cosa se puede volver muy, muy loca (hablamos de ciudades de cristal flotantes, expediciones espaciales o submarinas, armas de destrucción masiva…). El capítulo incluye una serie de consignas finales para quien quiera jugar todavía más adelante en el tiempo. ¿Cómo sería el mundo de The Widening Gyre en 1930 o 1940? Una pregunta peliaguda, sin duda…

El cuarto capítulo está dedicado íntegramente a las organizaciones que tendrán más presencia en el juego, bien como aliadas, enemigas o neutrales. Evidentemente los Relojeros están en primera fila, como también lo está el Concilio de la Medianoche, una misteriosa y terrible organización que se presenta como una de las principales némesis de los PJs. Criaturas impías y ancestrales que llevan siglos tramando la destrucción de la humanidad y cuyos planes, parece, están a punto de dar su fruto. No son la única organización maligna que se presenta aquí, pero también se describen facciones tan peculiares como las culturas que viven en Marte o en la Luna (insisto, los viajes espaciales son una posibilidad muy real), por ejemplo.

El capítulo cinco nos presenta un extenso generador de aventuras. Tirando varios d10 y consultando las tablas que aquí se presentan podremos improvisar desde una aventura rápida con aroma típicamente steampunk hasta toda una campaña más a gran escala. De hecho, se incluyen varios modelos posibles de campaña generados usando estas tablas, cada uno con un carácter marcadamente diferente.

Con esto se llega a la página 100, a partir de la cual se nos presenta una campaña de puntos argumentales en la que se entremezclan numerosas aventuras salvajes. Esta es con diferencia la sección peor estructurada del manual, hasta el punto de que te cuesta diferenciar las aventuras clave de la campaña de las que se pueden considerar mero «relleno». Hay algunas partes de la campaña totalmente desarrolladas como aventuras, pero otras no, mientras que las aventuras independientes también están tratadas de forma muy dispar. El nivel tanto de unas como de otras también es bastante irregular: hay aventuras un poco tontorronas que se dan la mano con propuestas mucho más prometedoras (entre las que destaco una desternillante adaptación steampunk de los Wacky Racers que casi estoy tentado de arbitrar de forma independiente).

Tras las aventuras viene un bestiario que no es enormemente completo pero sí basta para cubrir nuestras necesidades más básicas y luego, para demostrar que lo del caos estructural no era cosa de una sola sección, nos encontramos con un largo capítulo que intentar hacernos más fácil la tarea de arbitrar una partida en esta ambientación. Posibles temas y atmósferas, variantes temáticas del steampunk (desde el misterio hasta el cyberpunk, pasando por la fantasía, el terror o incluso la comedia), convenciones del género, descripción de la vida en el siglo XIX que sí conocemos… Un contenido enormemente útil, y que uno se pregunta por qué está situado después de las aventuras, cuando cualquiera que quiera arbitrarlas tendría que leerse antes esta sección, sí o sí. Cosas veredes…

El manual se cierra con la inevitable bibliografía de referencias, tanto literarias como audivisuales, que viene muy convenientemente ordenada por subgéneros, de manera que podamos localizar fácilmente cualquier material si queremos empaparnos de algo en específico.

¿Y qué me ha parecido? Bueno, creo que es un manual con muy buenas ideas que no han logrado convertir en un todo cohesionado. Aunque la premisa básica tiene ciertos parecidos obvios con Rippers (diga Rippers donde dice Watchmen, diga Cabal donde dice Concilio de la Medianoche), The Widening Gyre tiende mucho más a lo extravagante, mientras que aquella tiende hacia el terror. La sensación generalizada es que han intentado meter en el manual todas las (en muchos casos, buenas) ideas para la ambientación, pero lo han acabado convirtiendo en un pequeño batiburrillo que por momentos no tiene mucho sentido. Si te coges únicamente la primera parte del manual, solo con el concepto de los savants y la existencia de una organización que defiende la integridad del Imperio británico (o del mundo entero), ya bastaría como punto de partida. Creo que son conceptos que funcionan muy bien, aunque en algún caso no pequen de excesiva originalidad y nos suenen de otros settings. Pero la cosa se vuelve más deslavazada a medida que avanza el manual. Incluso diría que la cantidad de opciones y subgéneros que propone actúa en su contra. Me parece una pena, creo que con un buen trabajo de edición del texto y de orden en el manual, la cosa ganaría muchos enteros.

Así que yo le doy un…

 
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Publicado por en 15 septiembre, 2017 en Reseñas

 

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Reseña de Torg Eternity

(Nota: Sé que cada vez me salen reseñas más largas. He estado tentado de divididir esta en dos partes, pero no sé si acabaría siendo más incómodo; como siempre, quienes lleguéis al final de la reseña tenéis asegurado un beni metafórico por mi parte…).

Aunque todavía no ha salido a la venta, por fin ha llegado a manos de los mecenas la que debería ser la versión definitiva de Torg Eternity, la nueva edición del clásico de los noventa publicado por West End Games. Aprovechando el verano me leí el manual básico, y como alguien ha expresado por aquí su curiosidad, he decidido hacer una reseña del juego aunque sea a toro pasado (o no tanto, habida cuenta de que, insisto, aún no está a la venta).

Para quien no lo conozca, Torg (acrónimo de «The Other Roleplaying Game», como era conocido a nivel interno el proyecto) fue un juego publicado en 1990 por WEG y que proponía una “multiambientación” dentro de las llamadas Guerras de la Posibilidad. En Torg nuestra Tierra era solo un mundo más en un incontable multiverso de posibilidades. Un mundo que había sido invadido, en un futuro no muy lejano, por entidades enormemente poderosas, llamados Altos Señores o Incursores de la Posibilidad (Possibility Raiders), que habían acudido a él atraídos por la abundante y preciadísima “energía de la posibilidad” presente. Cada Alto Señor había venido acompañado no solo de sus tropas y fuerzas, sino también de su propio “cosmos”, o mundo original, cuyas características habían impuesto en la región que habían conquistado, deformando la realidad para adaptarla a sus propios axiomas. Cada Señor, y cada cosmos, respondía a un género rolero más o menos definido: fantasía, terror, cyberpunk, aventura pulp… De esa manera el juego, que se presentaba con un ánimo muy cinemático y aventurero, permitía a los jugadores saltar de uno a otro género sin moverse del mismo mundo. ¿Cómo, que qué hacían los personajes? Pues los personajes eran seres especiales, capaces también de adaptar la realidad de forma más limitada, y que se enfrentaban a los Altos Señores. Eran los Caballeros de la Tormenta.

La portada del TORG clásico, un ejemplo de eclecticismo punk noventero

Torg tuvo una buena acogida tras su salida. Como el contemporáneo y casi idéntico Rifts, el concepto de multigénero resultaba atractivo para el públio de la época. Además, fue uno de los primeros juegos en introducir conceptos que hoy en día nos resultan muy familiares a los aficionados a Savage Worlds, como las Posibilidades (que vendrían a ser los benis) o, por encima de todo, el uso de cartas no solo para determinar la iniciativa sino para permitir la intervención de los jugadores en la partida. Y no olvidemos que fue un pionero del juego organizado, a través de su publicación Infiniverse. Sin embargo, tuvo un desarrollo que solo se puede definir como accidentado. Durante los primeros dos años aparecieron una larga lista de suplementos y aventuras, pero por diversos motivos (como la necesidad de tener que adquirir mucho material para seguir la enorme metratrama del juego, o el efecto «power creep» acumulado a lo largo de esos suplementos), el juego fue perdiendo fuelle y ya en 1995 WEG puso punto final al juego y a la metatrama con el suplemento War’s End, mientras intentaba colocar la licencia en manos de otra compañía. En 2004, una West End Games con nuevos propietarios recuperaría de forma efímera el juego, anunciando una segunda edición que nunca llegó y publicando solo una edición revisada del original (conocida como Torg 1.5) y una única aventura, A More Perfect Union. En 2010, con el cierre definitivo de WEG, la licencia de Torg sería adquirida por la compañía alemana Ulises Spiele, que lanzó en PDF la línea original del juego y, en 2014, anunciaba una nueva edición. Y esta sí que se haría realidad.

Es de esa nueva edición (y sí, ya acabo esta larga introducción) de la que voy a hablar. Una edición desarrollada por un grupo encabezado por el mismísimo Shane Hensley, el “padre” de Savage Worlds, lo que ya es garantía de calidad. Su reto era importante: mantener el espíritu del juego original y adaptarlo al mismo tiempo a los tiempos que corren. Y la verdad es que lo han conseguido. La premisa argumental es más o menos la misma, con unos ligeros matices: si en el Torg original los jugadores intentaban frenar a los Altos Señores, aquí los invasores, liderados de nuevo por el terrible Hombre Delgado, ya han impuesto su ley sobre la Tierra, así que a los PJs les toca liderar la resistencia. Y eso es lo que nos cuenta el primer capítulo del más que resultón manual básico del juego, un tomo de 280 páginas con portada e interior a color, profusamente ilustrado y con una maquetación vistosa y fácil de leer. El PDF (de nuevo, adquirir el manual en físico salía por un ojo de la cara) incluye abundantes marcadores e hipervínculos para que la navegación por él sea muy cómoda.

Ese primer capítulo, como decía, nos resume un poco la situación de estas Guerras de la Posibilidad, seguido de otro capítulo en el que se resume cómo ha quedado dividida la Tierra ahora mismo tras las invasiones simultáneas llevadas a cabo por los Altos Señores en todo el mundo. La cosa estaría más o menos así:

  • Core Earth, o «Tierra Normal», que responde a las zonas que todavía mantienen su normalidad (aunque eso podría cambiar, dado que los Altos Señores solo quieren expandir sus dominios)
  • La Tierra Salvaje, una especie de entorno prehistórico y habitado por hombres-lagarto llamados edeinos, que ocupa grandes tramos de las costas este y oeste de Estados Unidos.
  • Aysle, un reino de fantasía (elfos y enanos incluidos) que se extiende por las Islas británicas y casi toda Escandinavia.
  • El Ciberpapado, una tecnocracia donde abundan el cyberware y los milagros, que ocupa toda Francia y España, y donde ciberbrujas y otros guerrilleros luchan contra el Ciberpapa Jean Malraux.
  • El Imperio del Nilo, que se extiende sobre Egipto y todo el nordeste de África, donde se combinan elementos faraónicos con el pulp de estilo más aventurero y superheroico.
  • Orrorsh, un escalofriante reino tenebroso gobernado por el mismísimo Hombre Delgado, que ocupa toda la India y zonas limítrofes, invadido hoy en día por horrores de todo tipo.
  • Pan-Pacifica, una zona en la costa del Pacífico asiático, donde no se ha producido ninguna invasión propiamente dicha, pero que ha cambiado radicalmente a causa de una terrible plaga que transforma a la gente en voraces caníbales, y donde solo las más avanzadas y ricas corporaciones ofrecen protección al pueblo llano.
  • Tharkhold, un lugar de pesadilla habitado por criaturas demoniacas, en la actual estepa rusa, rodeado de una enorme desolación nuclear.

¿Quieres superhéroes y faraones? Pásate por el Imperio del Nilo…

El capítulo describe cada cosmos de forma breve pero lo bastante detallada como para que nos hagamos una idea de cuáles son sus particularidades. A destacar dos factores cruciales para el juego (y por eso se habla de los cosmos tan pronto en el manual): los axiomas y las leyes. En cada cosmos existen cuatro axiomas principales que lo definen a nivel mágico, tecnológico, social y espiritual. Cada uno puede tener una puntuación de 1 a 25 (o incluso 30, según el caso). La puntuación de cada axioma en cada cosmos define lo que se puede y lo que no se puede hacer en un cosmos. Por ejemplo, si entramos en la Tierra Salvaje (axioma tecnológico 6) con un rifle de asalto (axioma tecnológico 23), provocaríamos una contradicción que nos impediría usar el rifle. Igualmente, si tratamos de lanzar un hechizo mágico en un cosmos con un axioma mágico bajo, probablemente no nos funcione. Lo que es peor, tanto los objetos como las personas que pasan un tiempo en un cosmos que no es el suyo acaban adaptándose a su nueva realidad, convirtiéndose en versiones nativas de ese cosmos (con lo cual nuestro rifle de asalto acabaría convertido en un arco, por ejemplo). Es lo que se conoce como «desconexión». Los PJs, como Caballeros de la Tormenta, son la excepción a la regla, y su capacidad para manejar la energía de la posibilidad les permite resistirse a esas contradicciones gracias a una importante habilidad, Realidad, de la que hablo más adelante.

Mientras que los axiomas ya existían en el Torg original, las leyes son un concepto nuevo, y vienen a ser el segundo elemento que cimenta las diferencias y particularidades de cada cosmos. Básicamente, son leyes primordiales que definen algún aspecto característico del «género rolero» al que se corresponde cada cosmos. Así, en el Imperio del Nilo existe la Ley del Heroísmo, por la cual los PJs roban más cartas de lo normal, en el Ciberpapado existe la Ley de la Magia Hereje, por la cual los hechiceros que cometen una pifia usando magia sufren más daños, o en Orrorsh existe la Ley de la Corrupción, por la cual algunos personajes que usen ciertas habilidades pueden ver vista corrompida su esencia aunque no lo deseen.

¿Shadowrun? ¿Akira? No, Pan-Pacifica…

Tras esta primera dosis de la «complejidad conceptual» de Torg, por fin, después de casi 70 páginas, llegamos al capítulo de creación de personaje. Unos personajes que serán de dos tipos: por un lado tenemos a personas de la Tierra Normal que sufrieron una «crisis» ante la invasión de los Altos Señores y se convirtieron en Caballeros de la Tormenta, seres capaces de manipular la realidad y con una enorme energía de la posibilidad a su disposición. Por otro, tenemos a criaturas nativas de los diferentes cosmos, que han decidido ayudar a la resistencia terrestre. Unos y otros trabajan por lo general para el Concilio Delphi, la principal organización de la resistencia contra la invasión.

Las reglas de creación nos resultarán familiares. Lejos de las plantillas fijas que nos «obligaba» a usar el manual básico original, y que aquí se convierten más en arquetipos genéricos, ahora tenemos bastante libertad para crear nuestro personaje según nos convenga. Tenemos 40 puntos para repartir entre cinco atributos (Carisma, Destreza, Mente, Espíritu y Fuerza), con un mínimo de 5 y un máximo de 13 de inicio. 16 puntos de habilidad para repartir y dos perks, o ventajas, que nos ayudarán a personalizar a nuestro héroe (además de sus tres benis… digo, Posibilidades). Esas ventajas serán las que nos permitirán lanzar magia, invocar milagros o usar cyberware, entre otras cosas, y hay suficientes para cumplir un poco todas las necesidades, divididas (como casi todo en el juego) por el cosmos del que son nativas. Y ya está, la generación de personaje no tiene mucho más.

El capítulo 4 entra de lleno en las reglas, cuya mecánica básica es también muy similar a la del Torg original. Hay que superar un factor de dificultad (por lo general 10) con la suma del Atributo + Habilidad pertinente para la acción, a la que se suma un bonus o malus derivado de una tirada de un d20. Si en esa tirada sacamos un 10 o un 20, podemos volver a tirar y sumar el resultado, y así sucesivamente. Con un 1 (aunque el rango puede variar hasta 1-4 según la complejidad de la acción) habremos sacado una pifia, haciéndonos fallar la acción sea cual sea nuestro total.

Esa es la sencilla (pero no muy intuitiva, me temo) mecánica básica, que se ve modificada por diferentes factores. Así, existe una pequeña gradación de éxito según nuestro total final: superar sin más el factor de dificultad es un éxito normal, pero superarlo por 5 es un buen éxito, y por 10 o más, un éxito sobresaliente. Existen habilidades «favorecidas», con las que podemos repetir una tirada, cosa que también podemos hacer gastando una Posibilidad, pero tanto en un caso como en otro, nos tendremos que quedar con el segundo resultado. En cuanto al combate, funciona de forma muy parecida, con la principal diferencia de que el factor de dificultad es generalmente la puntuación pertinente del enemigo (Esquiva, Dureza, etc.).

Un ejemplo de carta de drama

Y es precisamente en el combate donde empieza a asomar el uso de las cartas, que tienen una incidencia enorme en Torg Eternity. En las partidas usaremos hasta tres tipos de cartas diferentes: las de drama, las de destino y las de cosmos. Las de drama equivalen al mazo de acción de Savage Worlds, y sirven para determinar la iniciativa de un asalto… y darle un poco de salsa (o drama) a la acción. En la carta no solo se indica quién actúa primero en ese turno (héroes o villanos), sino también qué factores o condiciones afectarán a uno u otro bando en ese asalto, e incluso se marcan habilidades «bonificadas» para ese asalto: quien logre realizar con éxito una acción de ese tipo obtendrá una carta extra de destino para su mano.

Las cartas de destino, siguiendo con el símil salvaje, equivaldrían a las cartas del mazo de aventuras, y son efectos que los jugadores pueden usar en cualquier momento, con la particularidad de que pueden «acumular» diversos efectos, colocando una carta por turno delante de ellos en la mesa y jugándolas todas a la vez cuando lo consideren oportuno. Cada personaje empieza una escena con cuatro de ellas. Por último, las cartas de cosmos son las más poderosas, y por lo general cada personaje solo puede tener una. Representan temas o leyes del cosmos en el que se encuentran los personajes en ese momento, y su uso puede cambiar trascendentalmente una partida. Eso sí, son inútiles fuera de su cosmos nativo.

Pero volvamos al combate, que como decía funciona mediante tiradas enfrentadas entre las habilidades ofensivas y defensivas de los participantes. Los daños menores se contabilizan en puntos de Shock (que equivalen al Espíritu de un personaje). Los daños más serios se consideran heridas propiamente dichas, de las que un personaje puede resistir tres antes de quedar incapacitado y (tal vez) morir. Los personajes pueden gastarse Posibilidades en intentar ignorar daño. Nótese que aparte del combate físico propiamente dicho, en Torg Eternity también son muy importantes las acciones de interacción (intimidación, provocación, etc.), que pueden causar estados que, sin ser dañinos, pueden llegar a debilitar bastante a un oponente en combate. En la parte final de este capítulo de reglas se explican las numerosas opciones de combate que existen en el juego, así como otras mecánicas como persecuciones, tareas dramáticas, etc.

Viola, un ciberbruja que lucha contra el Ciberpapado

El capítulo 5 está dedicado íntegramente al equipo, donde evidentemente hay material de todos los tipos y todos los cosmos imaginables. Cada objeto viene acompañado de su nivel tecnológico correspondiente, para que sepamos en todo momento si nuestro lanzagranadas podrá funcionar en Orrorsh (¡no!) o en Pan-Pacifica (¡por supuesto!). Aquí se incluye también el llamado cyberware (implantes tecnológicos, nativos del Ciberpapado, que potencian algún aspecto de los personajes) y el occultech (que es como el cyberware pero procede del cosmos demoniaco de Tharkold, y por lo tanto tiene un lado más chungo). Para obtener uno u otro al inicio del juego se necesita un perk, aunque luego se pueden obtener con normalidad… si los encuentras y tienes los abundantes fondos necesarios para hacerlo, claro.

El capítulo 6, «Reality», nos amplía un poco más lo que nos han explicado al principio del manual, dándonos más detalles sobre las Guerras de la Posibilidad, las contradicciones que se pueden producir en los diferentes cosmos y el papel que juegan los Caballeros de la Tormenta (o sea, los PJs) en todo esto, con un especial protagonismo de la habilidad Realidad. Esta habilidad es clave para los viajes entre cosmos, ya que puede hacer que los PJs ignoren contradicciones o desconexiones, o incluso «reconecten» con su cosmos original (algo que no pueden hacer los «ords», o humanos ordinarios).

Los capítulos 7, 8 y 9 están dedicados respectivamente a la magia, milagros y poderes psiónicos disponibles en el juego. La magia se subdivide en tres disciplinas (alteración, aportación y adivinación) y, evidentemente, solo puede existir en cosmos en los que el axioma de magia sea el adecuado sin causar una contradicción. Cada hechizo tiene un nivel diferente, así que los más elevados (por ejemplo, Invisibilidad) solo pueden lanzarse en cosmos con magia muy potente. Además, no todos están disponibles en todos los cosmos, y hay un listado de hechizos por cosmos a modo de sugerencia. Milagros y psiónicos funcionan de manera muy parecida, con alguna excepción menor: los psiónicos se dividen en quinesis, precognición y telepatía y, aunque con los milagros no hay subdivisiones, es importante que un creyente no se desvíe de los preceptos de su religión si quiere obrar milagros, cosa que casi resulta más restrictiva que las divisiones en disciplinas de los otros dos poderes sobrenaturales…

Viistar un cementerio de noche en Orrorsh no es muy buena idea…

Hasta aquí todo había sido contenido accesible para los jugadores. La sección del DJ se abre con el capítulo 10, donde se explica con más detalle el origen de las Guerras de la Posibilidad, el modus operandi de los Altos Señores y toda la información (que no es poca) que puede necesitar el DJ para tener claro el funcionamiento del mundo de juego. Se explica mejor a qué equivale cada nivel de cada tipo de axioma y también algún que otro secretillo de la ambientación en general y de los cosmos en concreto. La sección también incluye una serie de consejos y sugerencias (muy necesarios, creo) para entender mejor cómo introducir a nuestros personajes en este mundo, y qué puede llevarles no solo a luchar contra los Altos Señores, sino también a visitar los diferentes cosmos, cuyas claves narrativas también se desgranan en estas páginas. Porque evidentemente, no es lo mismo arbitrar una partida en el tenebroso Orrorsh que en el pulpero Imperio del Nilo. Una lectura muy importante para el DJ novato en Torg, sin duda.

El capítulo 11, y ya llegamos al final, presenta personajes y criaturas de todos los pelajes, con sus inevitables estadísticas. Aquí podemos encontrar de todo, desde un policía neoyorquino normal hasta los temidos gospog (una especie de no-muertos que son la carne de cañón oficial de toda la ambientación), pasando por demonios, dinosaurios, licántropos o los temidos jiangshi o «vampiros saltarines» de Pan-Pacifica, infectados por el virus que está azotando el extremo oriental de Asia.

El manual se cierra con la tabla universal de valores (que ya existía en el Torg original y que permite otorgarle un valor de juego a cualquier estadística mediante una serie de sencillos cálculos) y con un índice de contenidos.

¿Y qué me ha parecido? Pues sin haberlo probado, tengo una sensación extraña. Por un lado, me parece un juego con mecánicas muy parecidas a Savage Worlds, lo cual para mí solo puede ser una virtud. Además, lo de jugar a muchos juegos de rol en uno siempre resulta algo atractivo (aunque no exento de riesgos). La mecánica básica es sencilla, aunque no demasiado intuitiva, con esa tirada de d20 que puede no aportar nada en muchos casos. En cierto modo, también tengo un poco la misma sensación que tuve con el Conan de Modiphius: creo que en su intención por «modernizar» el juego, Ulises Spiele ha introducido toda un nivel de de «complejidad» adicional que no sé si compensa en la mesa de juego. Por ejemplo, todo el tema de axiomas y leyes me parece un poco denso, y también tengo la duda de si la incidencia de las cartas puede llegar a ser excesiva sobre la partida. Por otro lado, y de nuevo me remito a Conan, creo que una vez superada una curva de aprendizaje un tanto exigente, el juego puede dar mucho de sí.

Así que a falta de probarlo en mesa (tengo en cola las Day One Adventures, una recopilación de aventuras situadas en el primer día de invasión de cada uno de los cosmos), yo le doy un…

 
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Publicado por en 8 septiembre, 2017 en Reseñas

 

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Dark Matter, una serie salvaje

Hace pocos días terminó de emitirse en España (con muy poco retraso respecto a Estados Unidos) la tercera temporada de Dark Matter. Para quienes no la conozcan, es una serie de ciencia-ficción que comienza con una premisa muy interesante –seis personas se despiertan sin ningún recuerdo de su vida pasada en una nave que viaja por el espacio–, y que poco a poco va desvelando una trama compleja. Es cierto que la serie es un poco irregular en su argumento, que los FX tienen sus limitaciones y lo que queráis, pero a fuerza de verla yo he acabado cogiéndole cariño a los muchachos y creo que la tercera temporada, con sus altibajos, ha sido de lo más entretenida. Pocos días después de ese final, se anunció que la serie no sería renovada para una cuarta temporada, para disgusto de los fans de la serie. Así que como siempre me ha parecido que los protas son un grupo de manual (¡ole el juego de palabras!) para cualquier partida rolera de ciencia ficción, he decidido hacer mi homenaje póstumo a la serie creando las que creo que podrían ser sus características (y las de su nave) para Savage Worlds, por si alguien le mola la serie y quiere jugar con ellos.

Comentarios-Spoiler alert

Quienes no hayan visto la serie pero tengan previsto hacerlo deberían dejar de leer esta entrada aquí. Las siguientes estadísticas pretenden representar a los tripulantes del Raza durante la primera temporada, cuando están en proceso de descubrir su pasado. Los personajes han sido generados como Veteranos con 30 PX (seis avances), salvo Dos y la Androide, que están generados como constructos basados en las reglas de la Guía de Ciencia Ficción (con Portia he dudado hasta el último momento, pero creo que funciona mejor como androide). Todos ellos tienen una desventaja común (Buscado, mayor o menor según el caso), por motivos que cualquier fan de la serie entenderá perfectamente. Además, en algunos casos he decidido incluir información que se desvela a medida que avanza la serie aunque exista desde el principio. Por ejemplo, he tenido en cuenta la auténtica ascendencia de Cuatro y la verdad sobre Uno (que aún está vivo, sí), pero por otro lado el Raza todavía no cuenta con cierto hiper-impulsor que tantos quebraderos de cabeza dará a sus tripulantes. No incluyo a otros tripulantes que pasarán temporalmente por el Raza, como Nyx, Devon o Wexler.

Y sin más dilación, allá vamos:

Uno (Derrick Moss)

  • Atributos: Astucia d8, Vigor d6, Espíritu d8, Fuerza d6, Agilidad d6
  • Paso: 6 Parada: 5 Dureza: 5 Carisma: +2
  • Ventajas: Carismático, Conexiones (mundo empresarial), Vínculo
  • Desventajas: Buscado (mayor)
  • Habilidades: Callejear d6, Conducir d6, Conocimiento (Ordenadores) d6, Disparar d6, Investigar d6, Notar d6, Pelear d6, Provocar d6, Persuadir d8, Sigilo d6

(Gracias a Alfonso García por acabar de «arreglar» a Uno, que no acababa de cuadrar mucho…).

Dos (Portia Lin)

  • Atributos: Astucia d6, Vigor d8, Espíritu d6, Fuerza d12, Agilidad d8
  • Paso: 6 Parada: 6 Dureza: 10 (4) Carisma: +2
  • Componentes: Androide, Atributo, Armadura x2
  • Ventajas: Atractiva
  • Desventajas: Buscada (mayor)
  • Habilidades: Conocimiento (Ordenadores) d4, Disparar d8, Intimidar d6, Lanzar d4, Notar d6, Pelear d8, Persuadir d6, Reparar d4
  • Capacidades especiales: Constructo (+2 a recuperarse del aturdimiento; no respira, inmune al veneno y enfermedades y efectos del vacío; ignora un nivel de penalización por heridas), Debilidad medioambiental (Electricidad: sufre 4 puntos de daño adicional por ataques eléctricos). Además, debido a su avanzado diseño, Dos no requiere ningún tipo de recarga. El hecho de que casi nadie sepa que es una androide también anula la desventaja Forastero.

Tres (Marcus Boone)

  • Atributos: Astucia d6, Vigor d6, Espíritu d6, Fuerza d6, Agilidad d10
  • Paso: 6 Parada: 6 Dureza: 5 Carisma: +2
  • Ventajas: Atractivo, Desenfundado Rápido, Esquiva, Fuerza de Voluntad, Puntería, ¡Rock & Roll!
  • Desventajas: Bocazas, Avaricioso (menor), Buscado (mayor)
  • Habilidades: Apostar d4, Callejear d6, Conducir d4, Disparar d10, Intimidar d6, Lanzar d4, Pelear d8, Pilotar d4, Provocar d6

Cuatro (Ryo Tetsuda/Ishida)

  • Atributos: Astucia d6, Vigor d6, Espíritu d6, Fuerza d6, Agilidad d10
  • Paso: 6 Parada: 8 Dureza: 5 Carisma: 0
  • Ventajas: Artista Marcial, Ataque Repentino, Bloqueo, Contraataque, Desenfundado Rápido, Florentino
  • Desventajas: Venganza (menor, contra los asesinos de su padre), Buscado (mayor), Enemigo (menor, Emperatriz Ishida)
  • Habilidades: Conocimiento (Batalla) d4, Disparar d6, Intimidar d6, Lanzar d6, Notar d6, Pelear d10, Provocar d6, Sigilo d6

Cinco (Emily Kolburn)

  • Atributos: Astucia d10, Vigor d6, Espíritu d8, Fuerza d4, Agilidad d6
  • Paso: 6 Parada: 4 Dureza: 4 Carisma: 0
  • Ventajas: Mujer de Recursos, Ardor, Alerta, Suerte
  • Desventajas: Buscada (menor), Leal, Pequeña
  • Habilidades: Disparar d4, Callejear d4, Conocimiento (Ordenadores) d10, Forzar Cerraduras d6, Investigar d6, Notar d6, Pelear d4, Pilotar d6, Reparar d8, Trepar d4

Seis (Karl Varrik)

  • Atributos: Astucia d6, Vigor d6, Espíritu d6, Fuerza d8, Agilidad d8
  • Paso: 6 Parada: 6 Dureza: 6 Carisma: 0
  • Ventajas: As, Fornido, Matón, Nervios de Acero, Reflejos de Combate 
  • Desventajas: Buscado (menor), Cauto (menor) Código de Honor (mayor)
  • Habilidades: Callejear d4, Conocimiento (Ordenadores) d6, Disparar d8, Investigar d4, Notar d4, Pelear d8, Pilotar d6, Intimidar d6, Persuadir d6 

La Androide

  • Atributos: Astucia d10, Vigor d8, Espíritu d4, Fuerza d12, Agilidad d6
  • Paso: 6 Parada: 5 Dureza: 8 (2) Carisma: 0
  • Componentes: Androide, Armadura, Atributo, Puerto de datos (enlace neural con el Raza)
  • Ventajas: Erudito (Conocimiento-Ordenadores y Conocimiento-Electrónica)
  • Desventajas: Buscada (menor), Manía (ingenua), Forastera
  • Habilidades: Conocimiento (Electrónica) d8, Conocimiento (Ordenadores) d10, Pelear d6, Pilotar d6, Reparar d8
  • Capacidades especiales: Constructo (+2 a recuperarse del aturdimiento; no respira, inmune al veneno y enfermedades y efectos del vacío; ignora un nivel de penalización por heridas), Debilidad medioambiental (Electricidad: sufre 4 puntos de daño adicional por ataques eléctricos), Dependencia (debe recargarse eléctricamente al menos una hora de cada veinticuatro. No hacerlo produce un nivel de fatiga por cada día, pudiendo provocar la Incapacitación. Cada nivel se recupera con una hora de recarga).

Raza – Transporte espacial armado

 

  • Tamaño: Grande (12)
  • Ac/VM: 40/500
  • Trepada: +1
  • Dureza: 35 (12)
  • Espacios: 30
  • Tripulación: 50
  • Energía: 300
  • Componentes adicionales: Armadura x2, Armas Vinculadas, CAM, Consola de Sensores (galáctica y planetaria), Escudos, Hangar, Impulsor FTL, Tubos de Torpedos, Teleportador (cápsulas Transfer Transit)

Marauder – Lanzadera de clase Phantom

  • Tamaño: Pequeño (6)
  • Ac/VM: 50/700
  • Trepada: +3
  • Dureza: 20 (5)
  • Espacios: 20
  • Tripulación: 6
  • Energía: 25
  • Componentes adicionales: Armas Fijas, Atmosférica, Impulsor FTL, Consola de sensores (planetaria)
 
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Publicado por en 2 septiembre, 2017 en Miscelánea

 

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