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Archivo de la categoría: Batallitas

Mi estreno como DJ con Foundry VTT

Bueno, pues entre el marasmo de cosas que me han impedido asomarme al blog durante las últimas semanas, una de ellas era que he andado dirigiendo no una sino dos partidas semanales. A la campaña de Bestias y Bárbaros que lleva ya tres mesecitos en danza (y que está avanzando por unos derroteros… curiosos), se ha añadido estas últimas semanas mi estreno como DJ en Foundry VTT, que es algo que me daba bastante miedo. Pero puestos a saltar al vacío, pues saltamos sin paracaídas, y el juego que decidí probar fue Torg Eternity, aprovechando que se acaba de lanzar la adaptación del sistema a Foundry y el interés de algunos jugadores por probar el juego. De paso recuperé a dos de los jugadores con los que tan bien me lo pasé en su momento jugando por Fantasy Grounds, así que… ¿qué podía fallar? 

La aventura elegida fue la Día Uno del Ciberpapado. Era una de las pocas que no había tenido oportunidad de dirigir o jugar, y como es mi segundo Cosmos favorito, quería ver qué tal funcionaba. Sobre el papel parecía una aventura sencillita pero con enjundia, con mucha atmósfera, y que transmitía perfectamente a los jugadores las claves de la invasión del Ciberpapa Malraux: la oscuridad oculta bajo la luz cromada de la Iglesia, la cibertecnología y la coexistencia de magia y milagros para formar una ensalada-pastiche de géneros estupenda.

Como digo, no me había estrenado dirigiendo en Foundry. De hecho, apenas había jugado como jugador unas pocas sesiones, y confieso que es un VTT que me abruma por la cantidad de cosas que hay que tener en cuenta. Es cierto que cuando te tiras al ruedo y empiezas a trastear, poco a poco entiendes un poco mejor las cosas, algo especialmente complicado para mí, que vengo de jugar por Fantasy Grounds desde hace años, y es que el enfoque de ambos VTT se parece como un huevo a una castaña. Pero poco a poco fui descubriendo cositas y probando aquí y allá a medida que iba introduciendo la información de la aventura y lo dejaba todo listo para la partida, cosa que no fue muy complicada. Al menos no hasta que empezó la primera sesión y los jugadores, todos ellos bastante más versados que yo en Foundry, empezaron a sugerirme módulos «recomendables» para cualquier partida. No tenía ni uno. Nada como un baño de humildad, sí señor.

Para eso era la partida, para ir aprendiendo a optimizar la experiencia por Foundry, para lo cual esos mismos jugadores se armaron de paciencia y me fueron explicando las cosas más rudimentarias, algo que les agradeceré eternamente. Pero la partida también era para ver hasta qué punto está afinado el sistema de Torg Eternity. Las sensaciones en general fueron buenas, con alguna que otra sombra, algo normal si tenemos en cuenta que es la primera versión del sistema y no lleva demasiado rodaje. El principal problema es el de gestión de cartas, que ahora mismo depende de un módulo externo con el cual se pueden usar razonablemente bien. «Razonablemente» en este caso es un poco generoso, por un motivo que ciertamente no esperaba hasta que lo probé. El módulo permite repartir el número de cartas que quieras a los jugadores que quieras, así que a ese nivel está todo bien. Sin embargo, una vez las cartas están en manos de los jugadores todo se complica. El sistema no tiene previsto un espacio para poner la reserva de cartas que cada jugador baja a la mesa, y aunque yo me inventé un «tapete» para suplir esa carencia, no hay forma de controlar dónde va a parar una carta al bajarse a la mesa, así que cada vez que alguien bajaba carta, tenía que localizarla, colocarla en su lugar correcto y ajustar su tamaño. Me resultó algo bastante engorroso, no tanto por el tiempo que me llevaba, como porque me obligaba a desviar mi atención de lo que era lo importante, que era la acción, la narrativa y las tiradas. Aunque para la tercera sesión ya le había pillado el tranquillo al tema, creo que tiene que haber alguna forma mejor de hacer esto.

Por lo demás, hay que reconocer que el sistema de Torg Eternity para Foundry hace bastantes cosas bien. Para empezar, te calcula la tirada básica, algo que no tiene precio. Tener que andar consultando constantemente la dichosa tablita para ver el bonus/malus a tu habilidad es un engorro, que aquí desaparece de un plumazo. Si tienes el objetivo debidamente seleccionado, también te aplica los modificadores por Vulnerable/Impedido que pueda tener. Desde la tarjeta de chat de una tirada puedes decidir aplicar una posibilidad, un Aumento, una carta de +3 (que tendrás que descartar tú manualmente, claro) o, si has hecho la tirada desde un arma, la opción de añadir un Dado de Bono (o dos) al daño. Él te lo calcula todo, y lo calcula bien. O sea, casi perfecto. Casi. Estaría bien que también te indicara en la tarjeta de chat si has obtenido un éxito normal, bueno o excepcional, y sería ya la panacea si además se pudiesen añadir modificadores generales de alguna forma, que ahora mismo no puedes. Desconozco si técnicamente son cosas complicadas, pero en otros sistemas existen, y aquí son necesarias. Además, el propio diseñador está ya probando otras mejoras, algunas de las cuales pueden ser muy interesantes (como incluir la carta de amenaza de un enemigo como menú emergente para poder comparar las tiradas sin moverse del mapa táctico). Como digo siempre, cualquier cálculo que le quiten de encima al DJ de Torg (sean los jugadores o sea el propio VTT) es una bendición.

Pese a esos pequeños altibajos, la verdad es que la sensación en general fue buena, y aunque yo sudé la gota gorda en algunos momentos, diría que los jugadores disfrutaron. Dos de ellos eran novatos en el juego, y como siempre ocurre cuando diriges una Día Uno, el paso de Ordis a Caballeros de la Tormenta fue el punto de inflexión, y a partir de ese momento se les vio mucho más metidos en el tema y disfrutando como locos, sobre todo cuando usaban una posibilidad o una carta chula. La aventura también acompañó, con un crescendo constante y dos momentos absolutamente trepidantes, uno de los cuales los jugadores evitaron con el oportuno uso de una carta de Cosmos. Pero ya se sabe, un DJ de Torg Eternity siempre tiene que estar preparado para que una carta (sea de Cosmos, de Destino o de Drama) le rompa por completo un encuentro. Todo terminó con una persecución épica subidos a un tren y haciendo frente a una terrible criatura angelical que se quedó con las ganas de acabar con aquellos entrometidos Caballeros de la Tormenta…

En resumen, que volveré a probar con Foundry y volveré a probar con Torg Eternity, sobre todo a medida que vayan actualizando y mejorando el sistema. Doy las gracias desde aquí a David, Igor, Jose y Luis por apuntarse a esta locura, y por si alguien quiere ver más en detalle cómo funciona el sistema, dejo por aquí enlaces a las tres sesiones que duró la partida, cortesía del gran Viriato:

Ya puestos, aprovecho para comentar que la semana que viene empezaré a participar en Tormenta y Realidad, un nuevo podcast dedicado a Torg Eternity en el que, en compañía del inefable Luis Alfaro, iremos presentando el juego al público español a ver si poco a poco va arraigando aquí. A continuación os dejo un pequeño teaser anunciando el lanzamiento del podcast en cuestión, a ver adónde nos lleva toda esta locura…

 
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Publicado por en 15 junio, 2021 en Batallitas, Software

 

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Notición: Holocubierta publicará un nuevo Tribunal de Iberia

Llevaba mucho, mucho tiempo queriendo escribir esta entrada y por fin ha llegado el día. Como todo fan de Ars Magica sabrá ya a estas horas, Holocubierta ha anunciado hoy mismo la que creo que es la noticia más importante desde que tienen la licencia del juego: se va a publicar un nuevo manual del Tribunal de Iberia.

Repito: Se va a publicar un nuevo manual del Tribunal de Iberia. Hecho aquí. Todo todito.

Y yo he tenido el privilegio de poner mi granito de arena.

Para quienes no lo hayan visto aún, aquí dejo el enlace del vídeo que ha colgado hoy mismo Holocubierta, en el que se destapa todo el pastel:

¿Lo habéis visto ya? ¿Estáis ya con los dientes largos? Bueno, pues este es ese proyecto secreto del que he ido dejando caer cositas durante los últimos… ¿dos años? Un proyecto tan ilusionante y emocionante que nunca le estaré lo bastante agradecido a Mario Donaire, que es el gran pater de la criatura, el que un día me mandara un mensaje para que le echara una mano en la creación de este libro. Una mano, más bien un dedito, que me ha permitido hacer algo con lo que jamás habría soñado: nada más y nada menos que crear contenido oficial para mi juego favorito. ¿Se puede pedir algo más como rolero?

El camino ha sido largo y arduo, por muchos motivos, y creo que aún queda más camino por delante hasta que se acabe de hacer realidad; pero pesa más el lado bueno, y es que también me ha permitido participar en un proceso de creación fascinante, conocer a un tipo más majo que las pesetas y descubrir algo más tanto los entresijos del juego como, lo que es más importante, la historia de Iberia, de la que me he dado cuenta de que no sabía nada. Creo que esto es algo que la afición española del juego necesitaba y, hasta cierto punto, merecía. Me consta que Iberia siempre ha sido, por motivos obvios, el escenario de muchas de las sagas de los narradores de nuestra piel de toro, y decir que el único manual que cubría hasta ahora nuestro Tribunal, publicado por White Wolf hace ya casi treinta años, no le hacía justicia, es quedarse cortos. Era un manual que olía a azufre por los cuatro costados (como tantos productos de tercera edición), que veía las cosas mayormente desde un único punto de vista y que (probablemente de forma inconsciente) dejaba a un lado la tremenda riqueza cultural existente en la península en esa época. Tenía cosas salvables, pero también muchas muy mejorables.

El nuevo manual de Iberia tratará de subsanar eso, presentando un texto que está a la altura (como mínimo) de los libros de Tribunales publicados por Atlas Games en cuanto a documentación, rigor histórico e imbricación de la «historia mundana» y la «historia hermética». Como aquellos, intenta dibujar un Tribunal con personalidad, identidad e historia propias, intentando mantener un difícil equilibrio entre respetar escrupulosamente el canon de Atlas y aportar contenido nuevo y de calidad. Pero no se queda ahí, va mucho más allá. Como digo en el vídeo que he enlazado arriba, me parece que va a ser un libro único en la línea por muchos motivos, que ya habrá tiempo de desgranar a medida que se vayan concretando más las cosas. Por ahora no puedo decir mucho más de lo que ya he dicho aquí, que en el fondo es más o menos lo que se comenta en el vídeo.

Sí que puedo decir lo que creo y lo que deseo. Creo que el Verkami de Cultos Mistéricos (recordad, aún está activo y tenéis tiempo de participar si no lo habéis hecho ya. a ver si llegamos a esa tapa dura) ha visibilizado y consolidado una afición enormemente fiel, que ha acompañado al juego en lo que ha sido una andadura irregular durante los últimos años, contra viento, marea, ediciones en blanco y negro y demás vicisitudes. Mi esperanza es que Iberia (creo que ya puedo ponerlo en negrita, como cualquier otro manual) haga crecer aún más esa afición y haga también que el juego obtenga una merecida estabilidad y regularidad de publicación, algo no siempre fácil dentro del complicado mercado nacional. Holocubierta tiene por delante un gran reto, pero creo que es también un reto maravilloso, de los que cualquier editor debe estar encantado de asumir. Y creo que el hecho de que decidiesen tirarse a esta piscina sin dudarlo un momento es muestra de su compromiso. Si ellos están a la altura, la afición sin duda también lo estará. 

Y en los tiempos actuales, en los que por los foros ingleses del juego corre el runrún de crear un modelo de subscripción para Ars Magica e incluso revisar los libros de Tribunales anteriores a quinta edición, quién sabe si, con un poco de suerte, este nuevo miembro de la familia hermética no acabará cruzando el charco y siendo adaptado al pérfido albionés…  

Ah, soñar es gratis. Pero creo que voy a parar aquí. Hay unas summae que me acaban de llegar y que esperan a ser empaquetadas y enviadas a sus destinatarios, y un florilegium que debo completar para ponerme al día de mis actividades de laboratorio. Dejaré otras batallitas ibéricas para entradas posteriores…

¡Qué a gusto me he quedado, por Hermes!

 
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Publicado por en 8 febrero, 2021 en Batallitas, Opinión

 

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Toc, toc… ¿hay alguien ahí?

Bueno, me paso un momento por aquí para limpiar un poco el polvo habida cuenta de lo desatendido que tengo últimamente este blog. No es culpa mía, os lo aseguro… pero es que me falta el tiempo necesario para poder dedicarle una entrada con cara y ojos. La culpa la tiene este maldito confinamiento y la eclosión de opciones para jugar a rol online que aparecen por todas partes. Decía en una de las últimas entradas que me había entrado el gusanillo de volver a preparar algo para Ars Magica, pero antes de que pudiera hacerlo me han surgido no una, sino dos opciones para jugar como jugador (en lugar de narrar, vaya), y… me he tirado de cabeza a ellas, es algo que no me suele ocurrir a menudo y no estoy para desperdiciar estas cosas.

La primera de las partidas es por Discord, una plataforma (por llamarla así) que en general no me gusta demasiado como herramienta de comunicación y uso comunitario. Sin embargo, confieso que nunca la había usado para jugar una partida por escrito. Y claro, si la partida era nada menos de The Bats of Mercille, uno de los clásicos entre los clásicos de Ars, pues bien valía la pena probarlo. Acabamos de empezarla hace nada y por ahora la cosa va bien. Está planteada como una partida con un ritmo pausado, que ya me va bien, y en ella llevo a Jean D’Arc, una guerrera y ferviente creyente de armas tomar que echará una mano a los magi que vayan a investigar los extraños sucesos que están ocurriendo en Mercille. Y sí, me he leído la aventura y sé de qué va y cómo acaba, pero cuando quiero puedo ser muy olvidadizo. Y este es uno de esos casos.

La otra partida de Ars es radicalmente diferente. Es por Comunidad Umbría, y es absolutamente experimental. La idea es hacer una partida de ritmo acelerado (muy acelerado) para ver hasta qué punto el juego funciona bien abstrayendo ciertos conceptos y menudencias y centrándose en el avance de las estaciones y los estudios de los magos. Aún no hemos empezado realmente ya que lo estamos haciendo todo en común como grupo, desde la elección del Tribunal hasta la creación de la alianza, pero por ahora me está gustando mucho. De hecho nos hemos puesto toreros y hemos decidido plantar la alianza en pleno Tribunal de Levante, en la época de la Primera Cruzada. Lo que se dice un periodo y un lugar tranquilos, vaya. Mi personaje, un Bonisagus Buscador que quiere investigar ciertas tradiciones antiguas de la región para poder comunicarse con los espíritus de los Fundadores, lo va a tener complicado para poder centrarse en su trabajo sin distracciones, sin duda.

No es esa la única partida por Comunidad Umbría que estoy jugando. También sigo dándole a Traveller y a Piratas de Drinax. Tras un prólogo con un final casi aciago por culpa de una malísima tirada (este juego es un auténtico baño de realidad viniendo de según qué otros sistemas, lo de jugar sin red es entre fascinante y acojonante), vamos a continuar la partida haciendo ciertos ajustes menores, y ahora cada jugador llevará dos personajes. Pero seguimos en Drinax, ese fantástico sandbox de pirateo espacial que también me está viniendo de maravilla para descubrir los entresijos de un sistema que, bajo una mecánica engañosamente simple, esconde una cierta complejidad y una enorme cantidad de subsistemas, que es una de las cosas que más me atrae del juego.

Tampoco es esa la única partida de Traveller que estoy jugando, y es que sigo metido en una partidita por Fantasy Grounds en la que estamos jugando las Reach Adventures, ambientadas en el subsector Sindal, y no demasiado lejos, por cierto, de Drinax. Acabamos de terminar Theories of Everything, una aventura bastante loca, y estoy ansioso por ver con qué nos sorprende ahora el árbitro. Me están gustando estas aventuritas, son cortas pero muy entretenidas, y ayudan mucho a conocer mejor la (inabarcable) ambientación del juego. A ver si Sugaar se anima y nos las trae en castellano.

Así que como veis, estoy jugando a casi todo lo que se me pone a tiro, y en casi cualquier formato. Pero eso no es todo, no, claro que no. El poco tiempo libre que me deja eso lo dedico a todo tipo de proyectos, personales o colectivos. Sigo preparando la traducción fan de Twelfth Night, la cuarta parte de la Tetralogía de las Cuatro Estaciones de Ars. El número 2 de la revista Aegis sigue su lento proceder. He terminado de escribir una campañita de Bestias y Bárbaros y ahora estoy metiéndola en Fantasy Grounds para probarla, y me gustaría ponerla bonita y liberarla para la comunidad salvaje. Y me está rondando por la cabeza hacer alguna cosa más para Torg Eternity y el Infiniverso después de Muerte en Katas Raj.

Así que con todo esto (a lo que hay que añadir un teletrabajo que se lleva el grueso de mis horas vigiles, claro), no tengo tiempo de leer ni reseñar nada por aquí, y aunque tenía un par de artículos sobre teoría hermética a medio escribir, se me han ido bastante de las manos en cuanto a extensión y probablemente acaben en las páginas de Aegis. Pero vamos, en cuanto pueda volveré por mis fueros para mantener la actividad, aunque sea letárgica, en este pequeño rinconcito…

¡Cuidaos todos!

 
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Publicado por en 19 mayo, 2020 en Batallitas

 

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Mi resumen rolero de 2019

Cada año por estas fechas hago una entradita en la que resumo las ocurrencias más destacadas que he vivido como rolero, como bloguero o incluso como simple persona humana durante estos últimos doce meses. En la entrada del año pasado decía que lo único que le pedía a 2019 era tiempo para jugar más partidas y, por una vez, diría que mis deseos se han cumplido en cierta medida. Allá va, pues, mi repaso de este año que termina:

12. Números, números. En total he publicado 72 entradas a lo largo del año 2019, un número que parece más que razonable, aunque son algunas menos que en 2018. De las entradas publicadas durante el año, las más visitadas fueron las dos que dediqué a los cambios de SWADE respecto a Savage Worlds Deluxe (aquí y aquí), seguidas de las reseñas que hice de 1800: El Ocaso de la Humanidad y Titan Effect, y las «salvajizaciones» de La Patrulla-X y The Boys. Confieso que le he cogido el gustillo a eso de adaptar a Savage personajes de cómics o series; me gustaría haber hecho alguna más, en especial la de Carnival Row, pero al final no me dio tiempo. Igual para la segunda temporada me lío la manta a la cabeza…

11. La roláspora: Aunque parezca que ha pasado un siglo, hace solo algo más de un año que Google+ desapareció. Sin embargo, mi sensación personal es que la comunidad rolera sigue en una especie de extraña diáspora, dispersada por diferentes lugares. Algunos han encontrado refugio en MeWe, otros en Rol+ o en alguna otra red social similar, y aun otros han abandonado por completo las redes sociales, centrándose en blogs y en el contacto más directo. Todas las opciones son válidas, pero en mi caso lo que más me pesa es haber perdido el contacto con algunos roleros con los que había trabado una buena relación en G+ y a los que he perdido completamente el rastro casi sin darme cuenta. Supongo que es ley de vida y toca arremangarse y hacer un esfuerzo adicional si uno quiere seguir «haciendo comunidad» y salir de su pequeño rincón oscuro de vez en cuando… o a lo mejor debería quedarme en él y así me libro de según qué aspectos negativos de la comunidad que a veces asoman su fea cara por ahí…

10. La ruina rolera: No debería hacer esto, lo sé. Cada año digo que no me gastaré tanto dinero en rol, y cada año falto a mi palabra, gastándome lo mismo o más que otros años. Sobre todo en mecenazgos. Y aunque probablemente en 2019 haya participado en menos mecenazgos que el año pasado, muchos de ellos han «picado» bastante, y tardaré un tiempo en recuperar la confianza de mi cartera. Así a bote pronto, me metí en los mecenazgos de The Savage Sign, Hudson & Brand: Shadows of the Past, Torg Eternity Aysle (y Ciberpapado), el espectacular mecenazgo de Deepnight Revelation para Traveller y, por supuesto, el no menos espectacular, pero aún incompleto, Kickstarter de Fantasy Grounds Unity. No contento con hacer más ricas a las editoriales del otro lado del charco, en Verkami tampoco me he quedado manco: la edición española de Torg Eternity o el precioso (y recién llegado a los mecenas en versión digital) Wulin son solo algunos ejemplos. Sin olvidar, claro, el mecenazgo de SWADE y uno muy reciente que me hizo especial ilusión, Juegos para los que no tienen. Lo dicho, un disparate. Para 2020 me he prometido bajar un poco el pistón…

9. Partidas: A nivel de partidas, 2019 ha sido para mí una auténtica orgía de rol. En total, y si no me he descontado, he jugado 45 partidas, lo que para mí supone la mareante cifra de casi una partida a la semana. Lo mejor de todo es que por primera vez en muchos, muchos años (me atrevería a decir casi que por primera vez en mi vida de rolero), he jugado casi más partidas como jugador que como Director de Juego. Eso sí, debo decir que tampoco he salido demasiado de mi zona de seguridad en cuanto a variedad de juegos se refiere. Le he dado mucho a Savage y a Torg pero creo que lo más arriesgado a lo que he jugado ha sido una partida de Achtung! Cthulhu con sistema 2d20, no digo más (y sigue sin gustarme, lo siento…). Bueno, y Traveller. He vuelto a Traveller, y creo que eso significa que 2020 podría marcar también mi reconciliación con la ciencia ficción, aunque sea la ciencia ficción viejuna…

8. Partidas… en vivo: El punto anterior debería bastar para calificar el año de bueno, pero es que hay un detalle que no he comentado: después de varios años jugando casi únicamente online, este año he vuelto a jugar con cierta regularidad partidas en vivo, algo que casi me hace llorar de emoción. El rol online es un magnífico sucedáneo del rol presencial, pero hay cosas que no puede reemplazar, y cuando vuelves a experimentar esas cosas después de un tiempo con el sucedáneo, casi te sientes como un niño con zapatos nuevos… Por cierto que casi todas esas partidas presenciales las jugué en lo que ahora mismo es un nuevo club de rol en Barcelona, que se llama Ruta 66. Si vivís en la zona de Sant Antoni (o en cualquier otra zona) y buscáis un sitio donde jugar con regularidad, podéis pasaros por allí a ver qué se cuece, seguro que encontraréis buenas partidas. Este es su blog, y este su calendario de partidas para enero.

7. Savage Con: Este año se ha celebrado la segunda edición de las Savage Con, las jornadas virtuales dedicadas íntegramente a Savage Worlds, de cuya organización he formado parte, como ocurrió el año pasado. En esta ocasión pude participar en cuatro partidas: dirigí una partida de Weird War I (que por desgracia no pude terminar por cuestión de tiempo) y tuve la oportunidad de probar tres ambientaciones a las que tenía ganas, como son Titan Effect, Wiseguys Deadlands. La experiencia no pudo ser más positiva y me lo pasé pipa en todas y cada una de las partidas. Más Savage Con, por favor.

6. 50 Brazas: La primera mitad del año la pasé terminando de dirigir la campaña de las Brujas del Mar de 50 Brazas, para Savage Worlds, que nos ha tenido ocupados casi tres años. Ha sido, sin duda alguna, una de las mejores campañas que he jugado en mi vida, y una de las pocas (por no decir la única de esta duración) que he concluido satisfactoriamente. Pese a que los avatares de la vida real le dieron varios golpes a la campaña y estuvo a punto de pararse en más de una ocasión (como ya comenté aquí en su momento), al final muchos de los implicados hicieron un esfuerzo para llegar al final, y vaya si mereció la pena. La batalla final contra las pérfidas Brujas, a golpe de cañonazo, ha pasado por derecho propio al selecto grupo de sesiones más memorables de los últimos años. ¡Y eso que no me gustaban los piratas para jugar a rol! A efectos prácticos el final de la campaña también ha supuesto la entrada en coma de mi grupo de juego de toda la vida, que ahora mismo anda más muerto que vivo, lúdicamente hablando. Parece que se adivina una cierta reactivación en un futuro no demasiado lejano, veremos si hay suerte…

5. Noviembre hermético: Como cada año, y ya van cinco, el pasado mes este blog estuvo centrado en la iniciativa del Noviembre hermético, que dedica 30 entradas, una cada día, a un monográfico sobre un tema concreto de Ars Magica. El tema elegido para este año fueron los laboratorios herméticos. Debo confesar que al principio no tenía nada claro si la idea cuajaría y sería capaz de crear 30 laboratorios diferentes, pero al final la cosa salió francamente bien, y además conté con varias colaboraciones externas al blog que elevaron el nivel de calidad de esta iniciativa a cotas estratosféricas. Estoy terminando ahora mismo de maquetar esta nueva entrega del Noviembre hermético, y espero poder compartirla pronto con los aficionados al juego de Atlas Games, que me consta que no son pocos por aquí.

4. La Tetralogía sigue su curso: Todavía sin salir de Ars Magica, durante 2019 también pude publicar la traducción (fan) al español de la segunda parte de la célebre Tetralogía de las Cuatro Estaciones. Cuento de invierno narra el viaje de una alianza desde Otoño hasta Invierno, y es una saga de tintes apocalípticos y demoniacos como solo podría darse en los años noventa y dentro de la tercera edición de Ars. Es la continuación temática de La Tempestad, aunque evidentemente puede (y probablemente debe) jugarse de forma independiente a aquella. Aunque la siguiente parte de la Tetralogía fue El sueño de una noche de verano, ese libro fue publicado en su momento por La Factoría de Ideas, así que he preferido pasar directamente a la cuarta entrega, Twelfth Night, que sí que está inédita en castellano y en la que ya estoy trabajando ahora mismo. A ver para cuándo la puedo tener lista…

3. Manualidades y comunidad. Pero Cuento de invierno no ha sido el único aporte o «manualidad» para la comunidad rolera… ni hecho desde la comunidad. Durante 2019 también se lanzó el primer (y está por ver si único) número de Aegis, un fanzine (pero con un aspecto muy resultón, oiga) para Ars Magica, cuya confección llevó… pues unos tres años. Al final creo que el resultado fue bastante bueno, pero realizar un producto de este tipo tiene ciertas particularidades que hace que, como digo, sea dudosa la continuación con un segundo número. Aún dentro de Ars, también tuve el honor de publicar en el blog una entrevista a Mario Donaire, traductor de la línea de Ars Magica en castellano, que resultó de lo más interesante. Y puestos a hablar de comunidad rolera más en general, también ha habido en el blog una encuesta para saber a qué juegan los fans de Savage Worlds y, hace muy poquito, un estudio de ventas de rol en España que aporta algo de luz a nuestra «industria».

2. Torg Eternity: He dado la turra bastante con este juego durante todo el año, pero para mí 2019 ha sido el año de Torg, que me ha enamorado por su ambientación y su enfoque hiper-cinemático. Muchas de las partidas que he jugado en la segunda mitad de 2019 han sido a este juego, a ambos lados de la pantalla. Aparte de merendarnos varias de las Day One Adventures, también he jugado lo que iba a ser una «partida rápida» online que se ha convertido en una minicampaña que ya va por la docena larga de sesiones, y en la que interpreto a Marie La Sorcière, una ciberbruja del Ciberpapado. Algunas otras sesiones fueron para un playtest de Muerte en Katas Raj, una aventura propia que tengo intención de publicar en castellano a través del Infiniverso cuando Ediciones Epicismo lance por fin el juego. Y como decía más arriba, acabo de entrar en el mecenazgo del Ciberpapado, así que creo que me queda cuerda para rato con las Guerras de la Posibilidad…

1. Proyecto secreto: Decía al final de la entrada del año pasado que andaba metido en dos posibles proyectos que me hacían mucha ilusión pero de los que no podía decir nada. Me alegra decir que uno de esos proyectos sí que tiró adelante, tanto como me da rabia no poder dar más detalles al respecto, ya que ahora mismo el balón no está en mi tejado. Creía que a estas alturas ya podría decir algo más, pero las cosas en el mundillo rolero siempre van despacio. Por ahora me conformaré con decir que es un proyecto que me hace mucha ilusión, y que además me ha permitido aprender mucho y conocer a gente maravillosa. Así que nada, dejaré de hacerme el interesante y cruzaré los dedos para obtener luz verde para hablar más claramente del proyecto de marras lo antes posible…

Y hasta aquí, el repaso del año 2019, que creo que ha sido un buen año para mí en lo que a rol se refiere. Para 2020 tengo tanto propósitos como deseos, porque la línea que separa ambos cada vez es más fina. A nivel de juego, después de este “año sabático” que me he pegado como Director de Juego, me gustaría volver a ponerme detrás de la pantalla con cosas de cierta enjundia. Me gustaría dirigir alguna de las campañas de Torg, y también tengo en la cocina una campaña propia de Bestias y Bárbaros que me gustaría playtestear cuando la tenga lista (y que si funciona probablemente liberaré de alguna forma permitida dentro de la licencia fan de SW). Últimamente también me ronda por la cabeza preparar algo para Rippers Resurrected, pero eso está en estado embrionario. Y tengo varios juegos que me gustaría probar dirigiendo algún one-shot, como Liminal, Interbellum o algún clásico como La Llamada de Cthulhu o el propio Traveller. También me ronda la cabeza reemprender mi saga de Ars Magica, pero eso son palabras mayores y siendo realistas, es algo que no podré abordar hasta 2021.

Pero claro, lo de jugar como jugador también me ha gustado, y ya tengo medio apalabrada una partida de Clásicos del Mazmorreo que veremos hasta dónde llega. También hay algo en el aire para Rolemaster, un juego al que siempre regreso de vez en cuando, arrastrado a medias por la nostalgia y a medias por las ganas de soltar un buen crítico. Y también me ronda por la cabeza apuntarme a alguna partida de Comunidad Umbría. Jugar por foro es algo que no he probado, aunque sí he probado a jugar por correo, que digo yo que se parecerá bastante, y es algo que siempre me ha gustado. Ah, y a nivel de «manualidades», espero como mínimo poder terminar esa aventura para Torg, y también la última parte de la Tetralogía de las Cuatro Estaciones.

Veremos cuántas cosas puedo cumplir de todas estas, y hasta dónde da de sí mi tiempo. Mientras tanto, aprovecho para desearos a todos los roleros un feliz año nuevo, y que este 2020 os traiga muchas partidas memorables… ¡Que los dados no paren de rodar!

 
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Publicado por en 30 diciembre, 2019 en Batallitas, Miscelánea

 

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Mi resumen de las SavageCon

El pasado fin de semana se celebró la segunda edición de las SavageCon, las jornadas digitales dedicadas íntegramente a Savage Worlds. Durante tres días, una parte de la comunidad salvaje se juntó online para echar unas buenas partidas de su juego favorito (muchas de ellas ya con la nueva Edición Aventura) y disfrutar de una buena compañía. En mi caso no me puedo quejar, jugué nada menos que cuatro partidas, tres como jugador y una como DJ, y en todos los casos eran ambientaciones a las que les tenía bastantes ganas y que no defraudaron, como paso a comentar…

El tema empezó el viernes con una partidita de Titan Effect, la ambientación cuyo Verkami para su edición en castellano ha terminado hace nada y de la que podéis encontrar una reseñita aquí. Jugamos una de las aventuras que traerá dicha edición, Nieve en Saguaro, una cosa bastante sencillita en la que los operativos debían investigar el origen de una extraña y terrible ventisca que azotaba un parque natural de Arizona. Yo llevaba a un agente con poderes piroquinéticos muy loco que se creía el elegido de un dios hindú, y me lo pasé pipa. En su momento cuando leí Titan Effect me pareció que presentaba una aplicación bastante interesante de los superpoderes de Savage Worlds, y esta partida no hizo más que confirmarlo. La única duda que me surge es si los combates en esta ambientación no pueden descontrolarse un poco con tanto personaje con superpoderes y equipo ultramoderno, pero por lo demás las sensaciones fueron muy buenas.

A las pocas horas, el sábado por la mañana, me tocó dirigir a mí (repitiendo medio grupo de la noche anterior) mi partida de Weird War I, la ambientación de Pinnacle situada en una I Guerra Mundial con tintes oscuros y terroríficos. La aventura que elegí fue No Man’s Land, situada lejos de la habitual guerra de trincheras del frente europeo, y más concretamente en el desierto de Siria. Por allí asomaba nada menos que el mismísmo Lawrence de Arabia, en una misión que llevaba a un grupo de soldados británicos a intentar tomar un fuerte controlado por tropas otomanas pero con una historia oculta mucho más siniestra. Me supo mal no poder acabar la partida por cuestión de tiempo, con un final que se adivinaba 100% salvaje, pero debo decir que también me lo pasé en grande con un grupo de jugadores que se metieron de inmediato en la piel de soldados británicos destinados en el insoportable calor del desierto en verano.

Esa misma noche me tocó un clásico salvaje, nada menos que Deadlands. Parecerá increíble pero con todo el tiempo que llevo jugando a Savage Worlds nunca había probado el setting más canónico de todos. La partida era la primera parte de la campaña de The Flood. No he leído más que unas líneas sobre Deadlands, pero por lo poco que arañamos la ambientación me pareció una fascinante combinación de western, terror y steampunk, entre otras cosas. De nuevo no pudimos acabar la partida por cuestiones de tiempo, pero de nuevo, tampoco me importó demasiado, ya que me lo pasé francamente bien llevando a un científico medio loco con una pistola de rayos que desintegraba todo lo que se le ponía por delante…

La maratón salvaje terminó de forma gloriosa el domingo por la mañana con una partida de Wiseguys, otra ambientación que pronto veremos publicada en castellano (en este caso de la mano de Bastión de Mundos), y a la que también tenía muchas ganas, no en vano viene de la mano del gran Eric Lamoureux. La partida era El canto del canario, que creo que también vendrá con la edición en castellano, y lo disfruté como un niño con zapatos nuevos. No solo porque la ambientación captura a la perfección ese carácter tan especial de las pelis mafiosas de los noventa, sino porque además los personajes que formaban el grupo eran enormemente pintorescos… por decir algo. Yo llevaba a una cabaretera adicta a las pastillas con una serpiente como mascota (no pude dejar de pensar en Satánico Pandemonio durante toda la partida), y en el grupo había, entre otras cosas, un imitador afroamericano de Elvis, una patinadora muy chunga y un corredor de apuestas viejo pero con muy malas pulgas. Oro puro para los jugadores, que los explotaron al máximo creando una sesión memorable en la que las risas fueron constantes. Solo me queda la duda de saber cómo funciona el setting con aventuras más serias, pero para una partida rápida y divertida, me parece una opción magnífica.

Aparte de todo esto también tuve tiempo para participar en una charla-tutorial sobre Fantasy Grounds y Savage Worlds donde pudimos disfrutar de la sabiduría de una de las personas que mejor conoce el programa en el panorama patrio, José Babío, “Pepor”. Os recomiendo mucho su visionado tanto si sois novatos con el VTT como si ya lleváis unas cuantas horas de vuelo con él. Yo aprendí un puñado de trucos que aplicaré en próximas partidas. Podéis verla aquí:

Y eso es todo, más menos. La verdad es que solo puedo comentar cosas buenas: he probado ambientaciones nuevas, por fin he podido probar SWADE como jugador (mi partida era de Deluxe), he podido jugar con viejos conocidos y también conocer a gente nueva, y en todos los casos me lo he pasado en grande. Aprovecho para dar las gracias desde aquí a los tres DJ que me dirigieron, Roberto, Igor y Gaiska, y también a todos los jugadores con los que he compartido mesa, a uno u otro lado de la pantalla. Ahora toca dejar descansar los dados virtuales un ratito. Pero tampoco mucho…

 
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Publicado por en 14 octubre, 2019 en Batallitas, Opinión

 

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Dándole caña a TORG Eternity

Estos últimos meses le estoy dando bastante caña a TORG Eternity. Hemos jugado casi todas las Day One Missions, hemos jugado Burden of Glory (la aventura que sacaron para las Gen Con de 2018) y ahora mismo llevo cuatro sesiones de una partida un poco más larga que empezó en Aysle, el cosmos de fantasía medieval, pero que se está ramificando a otros cosmos diferentes. En ella llevo a Marie, una ciberbruja procedente del Ciberpapado cuyo interés por la magia la llevó a viajar a un cosmos que a ella le parece retrógrado. Allí, rodeada de elfos, enanos y brujos (sin «ciber») ha tenido que acostumbrarse a un a un entorno donde su tecnología parece casi magia y donde la gente aún cree que los reyes son elegidos por las divinidades y cosas así.

Pero eso no es todo. Además de jugar, también estoy leyendo mucho TORG: desde partidas del Infiniverso hasta el suplemento de Aysle, recién salido del horno (y del que pronto colgaré reseña), pasando por algunas aventuras del TORG original que me han ayudado a comprender mejor cómo ha cambiado el juego de una a otra edición (además de redescubrir pequeñas joyitas). Como veis, TORG por un tubo. Con el Verkami para la edición en español del juego bastante cerquita (26 de agosto, recordad) y con una reciente entrevista a Ángel Arcos de Ediciones Epicismo en la que nos contaba muchas cosas sobre el juego y sobre lo que podemos esperar de ese mecenazgo, me ha parecido buen momento para comentar con algo más de profundidad las virtudes del juego desde mi óptica personal, por si alguien está dudando si entrar o no en el mecenazgo. Allá vamos con los que considero los puntos clave del juego:

Ambientación

Decir que TORG Eternity es siete juegos en uno es quedarse corto. Cierto, hay siete cosmos diferentes que corresponden más o menos a otros tantos géneros, y cada uno de ellos tiene un trasfondo muy, muy trabajado y que cautiva por sí solo. Pero cuando el juego brilla en realidad es cuando esos cosmos y esos géneros se mezclan. Jugar una aventura en un solo cosmos con personajes de ese mismo cosmos y jugar una aventura que visite más de un cosmos y en la que el grupo esté formado por personajes de diferentes cosmos son dos experiencias totalmente diferentes. Lo primero está muy bien, pero con lo segundo puedes alcanzar cotas de flipe rolero difícilmente igualables: disparar con tu pistola láser flanqueado por un mago que lanza bolas de fuego y un sacerdote de una religión extraña que invoca milagros mientras todos estáis rodeados por edeinos en una jungla impenetrable y llena de peligros es algo que se puede vivir en muy pocos juegos. Y eso sería una escena de lo más normalita en una partida de TORG.

Y luego están los axiomas y leyes de cada cosmos, que son la guinda de todo y cambian por completo cada partida. Saber aprovechar bien las leyes que reinan en el lugar donde te encuentras es vital. Solo en Aysle puedes sacrificar parte de tu vigor físico para potenciar tu magia. Solo en el Imperio del Nilo nunca mueres de verdad sino que acabas regresando en algún momento. Y solo en Orrorsh una sola herida puede ser realmente mortal.

Pero no es esa la única virtud de la ambientación de TORG. En Ulises, la editorial original, están poniendo especial cuidado y mimo en desarrollar las Guerras de la Posibilidad de una forma orgánica, teniendo en cuenta el feedback de los jugadores de todo el mundo que juegan una serie de partidas concretas para ir dirimiendo el avance de la guerra y narrándolo en los productos que van sacando. Nada te impide hacer tu propia versión de las Guerras de la Posibilidad, pero si quieres seguir la metatrama oficial, no quedarás decepcionado. Nada ocurre por azar en el universo del juego, todo está relacionado, y la sola lectura de todos los eventos narrados en los manuales ya es toda una experiencia. Nunca me ha gustado la ficción que se publica para juegos de rol, pero en el caso de TORG me estoy planteando leer algunos de los relatos publicados hasta ahora en diferentes antologías, solo por ir llenando huecos en la historia y saber algo más sobre tal o cual personaje o evento.

Cartas

Como ya sabréis a estas alturas, es necesario el uso de cartas para jugar a TORG. Más concretamente, es necesario el uso de uno de los tres mazos, el de Drama, que equivale a la iniciativa. Es posible jugar sin las cartas de Destino o Cosmos, pero la experiencia cambia diametralmente en uno u otro caso. La potencia que proporcionan las cartas de Destino a los jugadores es enorme, y no exagero si digo que un mismo encuentro puede ser un TPK o un paseo en el campo según si usas cartas (que es lo ideal) o no. Puede que parezca algo desequilibrado, pero en el fondo no es más que el mismo salto al vacío que haces cuando arbitras a Savage Worlds y usas el Mazo de Aventuras: sabes que tus jugadores te pueden romper la cintura en cualquier momento. Aquí pasa lo mismo, solo que mucho más a menudo y no con un efecto tan demoledor (o sí, según el caso).

Pero no solo las cartas de Destino tienen esa incidencia. El Drama (la iniciativa) también tiene un efecto parecido. Recordad que una carta de Drama no solo indica quién actúa primero en cada asalto, sino también qué efectos sufren cada uno de los bandos (héroes y villanos) y qué acciones se pueden realizar en ese turno para robar más cartas de Destino. De nuevo, un resultado de uno u otro tipo puede marcar un combate. Si los villanos atacan primero en el primer asalto, y además tienen algún efecto que los refuerce, hasta el encuentro más sencillo puede complicarse. Si ocurre al contrario y son los héroes los que se ven potenciados, un encuentro duro puede volverse mucho más asequible o incluso acabar en el primer asalto. Es algo con lo que tiene que aprender a convivir el DJ. Y recordad, la acción bonificada significa que siempre hay algo que hacer en un combate: aunque seas un inútil luchando, puedes hacer esa maniobra bonificada para llevarte al menos una cartita por la cara.

Puede que esa incidencia de las cartas choque a quienes no están acostumbrados a jugar con cartas en un juego de rol. Por mi parte creo que añaden mucho dinamismo a las partidas, lo que nos lleva a la tercera gran virtud del juego…

Carácter cinematográfico

Es difícil decir una frase que se aplique de forma absoluta a un juego como este, pero sí que creo que puedo decir que TORG Eternity es un juego peliculero, al menos en seis de los siete cosmos que incluye (Orrorsh, el cosmos de horror, es otra historia). El juego está planteado así, y tiene abundantes mecanismos para que los jugadores realicen acciones que en muchos otros juegos serían un suicidio: cartas, posibilidades, tareas dramáticas… los hay para dar y vender. Y es importante que eso lo tengan claro los jugadores desde el principio, para que pierdan el miedo a realizar acciones audaces. Abatir a cuatro enemigos en un solo asalto, dar saltos imposibles, lanzar varios proyectiles mágicos a la vez… son cosas que están a la orden del día en el juego. El mundo está librando una guerra imposible y necesita héroes que hagan que lo imposible, lo improbable, sea posible: esos son los jugadores.

Inconvenientes

Evidentemente, TORG no es un juego perfecto. Su sistema, en apariencia sencillo, es en realidad bastante granular y hay que tener en cuenta muchos modificadores para realizar hasta las tareas más sencillas. Si a eso añadimos una mecánica básica que consiste en hacer una tirada inicial para obtener otro modificador más, no extrañará a nadie si digo que hay que meterse algunas sesiones de juego y controlar el sistema antes de empezar a disfrutarlo de verdad. Además, es un juego en el que la mesa en general debe colaborar para que los combates y situaciones tácticas sean más dinámicas, quitando trabajo al DJ para que pueda centrarse en cosas más importantes. Pero todo esto es algo que se puede aplicar a muchos otros juegos de rol.

También es cierto que algunas de las cosas que yo considero ventajas, otros las considerarán inconvenientes. Hay mucho metajuego a tener en cuenta (cartas, posibilidades, etc.) y el uso intenso de cartas puede llegar a frustrar a un DJ que vea cómo su grupo de Caballeros supera sin problemas sus encuentros una y otra vez, por duros que parezcan sobre el papel. De nuevo, es un proceso de aprendizaje, ya que el DJ tiene muchas herramientas para subir el nivel de dificultad de los encuentros, y será cuestión de tiempo que encuentre el equilibrio correcto… que valdrá para un cosmos pero no para otro, claro. Pero ahí está, en el fondo, otra de las gracias del juego…

Y por ahora lo voy a dejar aquí. A ver si puedo poner alguna otra entrada más sobre el juego antes de que llegue ese Verkami del que hablaba al principio, creo que TORG Eternity es un gran juego pero que es bastante desconocido en nuestro país, así que habrá que arrimar el hombro para que eso empiece a cambiar…

Me voy a ver qué tal anda mi ciberbruja favorita…

 
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Publicado por en 7 agosto, 2019 en Batallitas, Opinión

 

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50 Brazas y la derrota de las Brujas del Mar

(Ojo, el siguiente texto puede contener pequeños spoilers para quienes quieran jugar 50 Brazas…).

Hace ya un tiempo, allá por finales de 2015, yo acababa de parar mi longeva saga de Ars Magica. Hacía poco que había descubierto Savage Worlds, recién publicado por HT Publishers, y precisamente por eso, andaba buscando un cambio de ritmo en mis partidas. Una de las ambientaciones que acababa de descubrir (por entonces conocida como 50 Fathoms, y es que no había salido aún en castellano) me tenía fascinado. Un setting pirata con la fantasía disparada y una apasionante campaña de puntos argumentales como no había visto, ni he vuelto a ver, en el juego. Sin embargo, probablemente lo que me llevó a tirarme a la piscina (o, en este caso, al mar de Caribdus) fue su desbordante carácter sandbox, que ofrecía una libertad casi infinita a los jugadores mientras iban avanzando en la campaña. Un barco, una tripulación e infinidad de islas que visitar y donde desfacer entuertos. El género de piratas nunca había sido lo mío en el rol, y dice mucho en favor de 50 Brazas que aun así decidiera poner en marcha la campaña.

La puesta de largo llegó en marzo de 2016, a través de Fantasy Grounds (que, por cierto, también habíamos descubierto recientemente). Yo aún controlaba lo justo tanto el juego como el setting, pero desde el principio tanto yo como mis jugadores nos hicimos con la atmósfera peliculera, aventurera y épica de la ambientación. Ayer, casi tres años y medio después de ese lejano día de marzo, por fin terminamos la campaña, de forma enormemente satisfactoria y con una batalla épica en la que los personajes sudaron sangre, sudor y lágrimas para derrotar a las Brujas del Mar. (Sí, como empezamos con el manual en inglés, para nosotros siempre han sido las Brujas del Mar, el Mar de los Despojos y la Cruz del Diablo…).

Por el camino han quedado más de 80 sesiones de juego de 2-4 horas, quincenales al principio pero semanales desde hace más de un año. A esas más de 200 horas de juego online hay que añadir un avance paralelo por correo electrónico durante los dos primeros años que nos permitió dar aún más vida a Caribdus y disfrutar de todo su aroma. Esa parte por correo dio mucho juego y recuerdo con cariño algunas escenas; creo que cuando lo dejamos perdimos algo de riqueza, pero por diferentes cuestiones no se podía mantener. En resumen, que ha sido una de las campañas más largas que he arbitrado en mi vida (si no la que más), y sin duda una de las más satisfactorias.

Algunos números: a lo largo de esos tres años de partida solo han muerto dos PJs (aunque he perdido la cuenta de los marineros y demás extras que cayeron en los infinitos combates de la campaña). Fuera del juego, en la mesa, también perdí a dos buenos jugadores por motivos dispares, y por momentos pensé que la campaña acabaría diluyéndose, no en vano tres años y medio es mucho tiempo para mantener la expectación y la implicación de los jugadores. Ha habido momentos en que habría lanzado mis manuales contra la pantalla de mi ordenador, pero con algunos altibajos, la cosa se ha mantenido de forma constante hasta llegar a buen puerto.

Durante esas más de 80 sesiones, mis jugadores completaron todas las partes de la campaña de las Brujas del Mar con una única excepción (la parte de Barbanegra, nunca se atrevieron a entrarle) y también completaron a su manera la minicampaña de la guerra comercial entre los gremios español y británico. “A su manera” significa haciendo doble y triple juego contra los diferentes bandos en una minitrama apasionante que acabó con la Gran Ballena controlando todo Caribdus y los pocos supervivientes de los dos gremios buscando por activa y por pasiva a los PJs para ajustar cuentas… Nunca siguieron, eso sí, la campaña de los Triángulos Dorados, pese a que encontraron un par de ellos durante sus viajes.

A nivel de historias salvajes, el grupo completó una veintena de las que aparecen en el libro de 50 Brazas. Creo que una de las mejores cosas que se puede decir de este manual es que tienes para jugar con él hasta que te canses, no solo porque incluye docenas de aventuras e ideas de aventuras, sino porque muchas de esas aventuras tienen un potencial enorme a nivel de desarrollo. Por ejemplo, la ayuda a los Elementales en la Corona de Bluth, resuelta en un par de páginas en el tomo, les ha llevado varios meses de resolución, pero es que encontrar muestras puras de los cuatro elementos no era tarea fácil. La aventura de las sirenas también ha dado mucho, mucho juego, como lo hizo la de las Reinas Negras, que acabaron siendo una de las grandes némesis de los PJs, a las que no lograron derrotar. Y “Ladrones en la noche”, por motivos muy diferentes, también ha sido inolvidable: “la campana del Rey de Siam” se ha convertido en mi grupo en sinónimo del clásico “no es oro todo lo que reluce”.

Esa versatilidad del settting afecta a la partida a todos los niveles: PNJs que aparecen fugazmente pero que por una carta de Interés romántico se convierten en fieles miembros de la tripulación, capitanes de barco que se convirtieron en valiosos aliados tras vivir duros encuentros en común… Cuesta mucho no caer cautivado por todo este aroma pirata y aventurero, os lo digo yo. No es casualidad que 50 Brazas sea casi mi ambientación favorita de Savage Worlds, solo superada por esa obra maestra que es Beasts & Barbarians. Y ya digo que no he visto nunca ninguna campaña de puntos argumentales como esta.

Con 50 Brazas también he aprendido los entresijos de Savage Worlds a todos los niveles, esos truquillos de DJ que te permiten exprimir el juego y saber qué tienes que hacer y qué no tienes que hacer para que todo funcione bien. He aprendido a ajustar la experiencia (si hubiera seguido las consignas del manual habría tenido personajes Legendarios desde muy pronto), he aprendido a calcular (a ojo, claro) encuentros que supusieran un reto para los personajes pero no un riesgo constante de TPK (algo nada fácil a según qué rangos, os lo aseguro) y he aprendido que las cartas de aventura son una constante bomba de relojería que te la puede liar parda en cualquier momento. De hecho en los últimos meses de partida los jugadores podían elegir entre más de 20 cartas de aventura en cada sesión. Si os preguntáis por qué murieron tan pocos personajes, ese es uno de los motivos. ¡Y eso que jugaba con doble mazo de aventura, usando las estupenda cartas para Pirates of the Spanish Main que podéis encontrar aquí!

Pero no todo es perfecto en Caribdus, y creo que la campaña tiene algunos defectillos menores, o más bien algunos detalles que debe tener en cuenta el DJ para ajustarla a su grupo. Creo que hay algunos huecos en el argumento de la campaña principal que hay que ajustar para que todo tenga sentido, y creo también que el argumento básico de “hay que salvar el mundo pero nosotros somos los únicos que nos lo tomamos en serio” requiere una suspensión de incredulidad considerable… pero vamos, también la requiere aceptar que hay hombres-cangrejo timoneles y demás. Ciertos personajes importantes en la trama (Tressa, Caspian) tienen un protagonismo un poco sesgado que hay que alterar para que todo funcione bien. El hecho de tener muchos personajes en la tripulación (y una flotilla de cinco barcos en el tramo final) ha hecho que en el último tramo haya habido batallas casi demasiado enormes como para gestionarlas, aunque creo que ahí yo podría haber tenido algo más de cintura y resolverlas de otra manera más rápida. Algo a depurar en futuras partidas salvajes.

Pero como digo, son cosas menores. La sensación general anoche, cuando terminamos la sesión a las tres de la mañana y (al menos yo) con los ojos vidriosos, fue de euforia y satisfacción por haber completado la campaña. Desde aquí quiero dar las gracias a todos mis jugadores (incluidos los que la dejaron en su transcurso) por haber entrado tanto en el espíritu de Caribdus y haber contribuido a hacer de esto una experiencia inolvidable.

Y ahora, como tengo algo de “burn-out” como DJ, toca descansar un poco, jugar alguna partida suelta como jugador y rellenar el depósito de combustible. Y prestar algo más de atención a algunas cosillas roleras que tengo un poco abandonadas, claro. Podría incluso, por qué no, desempolvar mis viejos textos herméticos. Pero todo ello puede esperar unas semanas de canícula y relajación…

 
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Publicado por en 2 julio, 2019 en Batallitas, Miscelánea, Opinión

 

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Mi resumen rolero de 2018

Como cada final de año, me gusta hacer una entrada en la que echo la vista atrás y recupero algunos de los momentos más interesantes que ha vivido este blog, y quien lo suscribe, dentro del mundo del rol. Son, por así decirlo, doce reflexiones o recuerdos que me deja el año que se va, y que suelen ir acompañados de algunos nuevos deseos para el año que entra. Este 2018 no podía ser menos, y es que creo que ha sido uno de los más activos no solo a nivel de actividad del blog, sino de un servidor como rolero y jugador. Ahí van, como cada año, los doce de Ars Rolica:

12. El despertar (o «números, números»). Si 2017 fue un año letárgico para el blog, con relativa poca actividad, 2018 ha sido más bien lo contrario. Ha sido el año con más visitas desde que empecé (cosa que tampoco es decir mucho), pese a que no ha sido el que más entradas ha tenido, lo cual no deja de ser curioso. Probablemente eso se deba a que ha habido menos «relleno» y más entradas útiles, como comento más abajo, o a que le he dado algo más de difusión a alguna de ellas. Más allá de los fríos números, lo más importante ha sido la sensación de volver a generar contenidos que no solo me sirven a mí como ejercicio de creatividad, sino que también resultan útiles a los aficionados que hay por ahí fuera… Con eso me basta, que no es poco.

11. El apocalipsis Gplusero. El anuncio del cierre de G+ por parte de Google hace unos meses supuso un jarro de agua fría, helada, para la abundante comunidad rolera que había en esa red social. Creo que G+ se había convertido en punto de encuentro común de muchos roleros, y el anuncio provocó una diáspora inmediata que aún hoy sigue sin saberse muy bien cómo terminará. Hubo quien se refugió en MeWe u otras redes parecidas, otros crearon la más que interesante Rol+ y aun otros se quedaron en G+, como los músicos del Titanic, hasta que la cosa se hunda definitivamente en abril, si no antes. Yo ahora mismo estoy un poco a esas tres bandas, intentando apurar los días de G+ mientras intento verle las virtudes a MeWe (ahora mismo no le veo muchas) y espero a ver si Rol+ se consolida. Es una pena porque ocurra lo que ocurra, parece bastante claro que los que estábamos en un mismo sitio ahora vamos a andar un poco más desperdigados y requerirá algo más de esfuerzo «vernos» todos, al menos hasta que se consolide definitivamente una opción única, si es que llega ese momento. Mientras tanto, tocará diversificar esfuerzos o centrarse en un solo sitio, sabiendo que te dejas cosas por ahí fuera…

10. Dispendios (y mecenazgos) roleros. Lo confieso. Soy un Diógenes del rol. Hace falta muy poquito para que un producto me entre por los ojos y quiera tenerlo a toda costa, por mucho que sepa que probablemente jamás llegaré a jugarlo, o incluso a leerlo. Otros años intentaba controlar mis gastos roleros llevando la cuenta del dinero que me había gastado en rol, fuera en productos publicados o en mecenazgos. Este 2018, dejé de llevar la cuenta en junio porque ya se había disparado por completo, y no quiero ni pensar en cuánto he invertido en rol a estas alturas de diciembre. Solo puedo decir en mi defensa que la culpa la tienen los muchos y muy buenos proyectos que hemos tenido este año a ambos lados del charco, y que me gustaría probar alguna vez en mesa. Sí, os miro a vosotros, Coriolis, Reign, 1800: El Ocaso de la Humanidad, Las Cicatrices del Mundo, Interbellum, Lex Arcana, League of Seekers, La Sombra de Saros y unos cuantos más. Sé que algún día os jugaré, en esta vida o en otra.

9. Vuelta al ruedo frustrado. Durante 2018 se produjo la curiosa circunstancia de que intenté volver al ruedo de la traducción de rol, después de unos cuantos años alejado de ella. Fue algo a medias buscado, a medias circunstancial, pero la cuestión es que a lo largo del año hubo varios momentos en que estuve negociando con diferentes interlocutores para volver a «subirme al carro». La verdad es que hace tiempo que tengo el gusanillo dentro. Por desgracia, ninguno de los posibles acuerdos llegó a fructificar, y al final la cosa se quedó en agua de borrajas. Eso me sirvió también, por cierto, para conocer mejor las interioridades de una industria con unas características… digamos, peculiares. Tengo pendiente escribir una entrada al respecto, pero sé que es un tema delicado y quiero abordarlo de la manera correcta.

8. Jugando a todo… más o menos. Decía en la entrada del año pasado que en 2017 no solo había jugado poco sino que, además, solo había jugado a Savage Worlds. Pues bien, me alegra decir que en 2018 he jugado no solo más, sino también con más variedad que el año pasado. En total han sido unas 35 sesiones (que para mí es una locura), de las que la gran mayoría han pertenecido a la campaña que estoy arbitrando de 50 Brazas, y que está próxima a su conclusión. Perot también le he dado un tiento a cosas que hacía tiempo que quería probar (como Accursed o TORG Eternity) e incluso he salido de mi zona de confort y me dejé engañar para probar juegos como Coriolis o Star Wars: Al filo del Imperio. Tampoco faltaron algunas sesiones bárbaras, cómo no. ¡Y aunque parezca increíble, en algunas de esas partidas no fui el DJ y me puse al otro lado de la pantalla! Así que obviaré que tengo otros tantos juegos que me muero de ganas de probar (y que muchas de esas sesiones fueron online… ¡lo que daría por jugar más en vivo!) y diré que para mí, ha sido un año de mucho rol.

7. Manualidades y ayudas. Otro de los propósitos que me marqué el año pasado (bueno, y el anterior) fue generar desde este blog material que resultara útil para la comunidad rolera. Por fin he podido hacer realidad ese deseo, al menos en parte, y creo que este año que termina han salido del horno de Ars Rolica unos cuantos contenidos: la cosa empezó muy pronto con el Libro de los Noviembres Herméticos, allá, por enero, en su versión digital y también lululizada, y después han ido cayendo, entre otros, la traducción de La Torre de la Hechicera, una parte de las reglas salvajes de Achtung! Cthulhu que no hemos visto en castellano, una plantilla para cartas de aventura de Savage Worlds y, por supuesto, la traducción al español de todo un clásico de Ars Magica tristemente inédito por aquí como es La Tempestad. No está mal, la verdad. Huelga decir que tengo algunas cosas más en el tintero, pero es que a uno no le da la vida para todo…

6. Noviembre hermético. Hablando de clásicos, este año volví a dedicar el mes de noviembre a un monográfico diario sobre Ars Magica. El tema de este año fue el de los adversarios y, lo más importante, abrí de par en par las puertas de este blog a posibles colaboraciones de otros fans del juego. Tuve el honor de contar con media docena de contribuciones por parte de otros tantos ilustres sodales herméticos, todas ellas de un altísimo nivel. La cosa tiene un mérito especial si se tiene en cuenta que generar cualquier tipo de personaje o criatura en Ars lleva su tiempo, así que desde aquí solo puedo volver a dar las gracias a todos los implicados. Ahora mismo estoy terminando de preparar el nuevo PDF del Libro de los Noviembres Herméticos, al que seguirá su nueva versión en Lulu, recopilando en ambos casos los Noviembres anteriores. El tocho se va a ir a unas 150 páginas en total, que no está nada mal…

5. Savage Con. 2018 ha sido también el año de las primeras Savage Con, las jornadas digitales íntegramente dedicadas a Savage Worlds. Fui miembro de la organización de algo que nació un poco solo, por las ganas de todos los implicados por hacer algo nuevo, y que acabó saliendo bastante bien pese a funcionar de forma bastante improvisada. No solo hubo partidas, sino también entrevistas y charlas, y aunque la fecha no fue la mejor (se hizo poco después de las NetCon), la verdad es que la afluencia y la participación superó todas nuestras expectativas, pese a que yo no pudiera estar muy presente durante esos días. Creo que dentro de poco tocará preguntar a los demás organizadores si habrá segunda edición…

4. Colaboraciones. Ah, pero eso no ha sido todo en cuanto a colaboraciones y relaciones con el exterior, no señor. A lo largo del año también tuve la oportunidad de participar en un episodio de The Wild Die, el podcast anglófono dedicado a Savage Worlds, en el que sus loquísimos tertulianos se interesaban por el estado de SW en España. También fui entrevistado por el gran Domingo Cuenca en Rol de los 90, con quien también tuve oportunidad de preparar durante meses un estudio de ventas de rol en España que hemos publicado hace nada, y que vamos a intentar repetir para el año que viene. Vamos, que este año no he parado de conocer a gente maja…

3. «Apertura» de miras. Era un proceso que se venía dando en años anteriores, pero este año se ha agravado bastante: jugar con mi grupo de rol de toda la vida es cada vez más complicado. Las agendas, las dinámicas personales y las prioridades hacen que cada vez cueste más quedar para jugar, aunque sea online, que hasta ahora era nuestra tabla de salvación. Aunque sigo jugando con ellos todo lo que puedo, este año he diversificado actividad rolera, jugando con otros grupos y otras personas, aprovechando la efervescencia de partidas online que hay ahora mismo en este país. La experiencia no podría haber sido más positiva, y aunque seguiré jugando con la «vieja guardia» todo lo que pueda, también tengo claro que hay que aprovechar casi cualquier oportunidad para echar unas tiradas, sea como y donde sea…

2. «Proyectos». Decía más arriba que tengo algunas cosas en el tintero por publicar en el blog, pero no es el único jaleo en el que ando involucrado ahora mismo. De hecho, hay otros dos proyectos más, bastante «secretos», a los que llevo dando vueltas un tiempo. Uno es una realidad palpable que ya está más o menos en marcha y el otro es un sueño húmedo que podría hacerse realidad este año. No puedo hablar demasiado ni de uno ni de otro, pero sí decir que uno tiene que ver con Ars Magica y el otro con Savage Worlds, así que como comprenderéis, ambos me hacen bastante ilusión. A ver si durante el año puedo ir revelando más cosillas, que parece que me esté haciendo el interesante y no es la intención…

1. Más allá del rol. 2018 ha sido, a nivel personal, un año de mierda, simple y llanamente. He vivido algunos momentos durillos en los que he contado con la ayuda de quienes me rodean para superarlos, pero también debo decir que escribir por aquí me ha ayudado a tener la cabeza distraída cuando lo necesitaba. Lo que es más, en alguno de esos momentos malos recibí varias muestras de apoyo de algunos roleros de la comunidad, lo cual me llegó al alma. Gente con la que como mucho había compartido una partida o una charla, a los que en algunos casos ni siquiera había visto la cara, tuvieron un momento para interesarse por mi estado de ánimo. Eso me llegó bastante, y me sirvió para confirmar que, aunque a todos nos une un mismo hobby, en el fondo no dejamos de ser seres (muy) sociales. Así que gracias a la comunidad rolera por ser una patita más en la que apoyarse de vez en cuando…

Y básicamente, eso habría sido 2018 para mí en lo que a rol se refiere. Un buen año, visto lo visto, y espero que para 2019 la cosa siga igual o incluso mejor. Al nuevo año solo le pido el mismo número de partidas, o alguna más, y el poder hacerlo en vivo algo más de lo que he podido hacerlo estos últimos meses. También pediría algo más de tiempo, pero como siempre lo pido y nunca lo consigo, pues me lo ahorro. Y desde aquí, os deseo a todos los roleros una buena salida y entrada de año, y que 2019 os traiga muchas y muy buenas partidas, juguéis a lo que juguéis… ¡feliz año nuevo a todos!

 
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Publicado por en 31 diciembre, 2018 en Batallitas, Miscelánea

 

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Primera partida de Torg Eternity

Bueno, pues ayer por fin tuve oportunidad de probar Torg Eternity en mesa (o, más bien, en Fantasy Grounds). Cuatro valientes jugadores probaron la aventura que viene con el Quickstart del juego (que, recordad, podéis descargaros aquí en castellano), y que presenta la llegada de la primitiva y brutal Tierra Viviente a Estados Unidos y, más concretamente, a Nueva York.

Siendo un sistema nuevo (por mucho que tenga evidentes parecidos a Savage Worlds) y con una implementación en Fantasy Grounds que solo puede definirse como “limitada”, era inevitable que la sesión tuviera sus altibajos, complicándose aún más con ciertas cuestiones técnicas inesperadas. Aun así, los bravos jugadores aguantaron carros y carretas y, pese a que no llegamos a terminar la aventura (nos faltó resolver el último encuentro), creo que la sesión sirvió como buena piedra de toque para hacerse una idea de lo que ofrece el juego.

Por lo tanto, paso a enumerar las cosas buenas que vi, y también las cosas no tan buenas, para los que tienen este juego en el radar (en especial tras saberse que Ediciones Epicismo nos lo traerá en castellano). De paso enlazo de nuevo a la reseña que hice en su momento del juego; algunos de los siguientes comentarios podrían ser más comprensibles tras leer dicha reseña.

Lo bueno

Ambientación: La premisa básica del juego, la invasión de la Tierra por parte de diferentes cosmos (dimensiones alternativas) que vuelven del revés la realidad tal y como la conocemos, cada uno a su manera, es una carta ganadora. La partida de ayer estaba ambientada en la Tierra Viviente, que no es ni mucho menos mi favorita, con su mezcla de prehistoria salvaje y post-apocalipsis. Sin embargo, los jugadores se metieron de inmediato en situación, intentando ponerse en la piel de personas normales que estuvieran viendo cómo todo lo que conocían se ha desmoronado y sus vidas han cambiado para siempre. El final de la partida, donde inserté a Quinn Sebastian, el líder del Consejo Delphi, la organización que lucha contra los invasores a través del esfuerzo de los Caballeros de la Tormenta, fue una guinda perfecta. Creo que se quedaron con ganas de más, lo que siempre es bueno.

Cartas: Torg Eternity usa cartas constantemente. De hecho, el uso de cartas es imprescindible para superar según qué retos, no son algo opcional. Solo utilicé el Mazo de Drama y el de Destino (dejé el de Cosmos para otra ocasión), pero fue suficiente para confirmar que la presencia de las cartas dinamiza mucho el juego. Las cartas de Drama son mucho más que cartas de iniciativa que determinan quién actúa primero en cada asalto. También generan efectos aleatorios que representan los posibles cambios en una batalla y, lo más importante, “bonifican” (otorgando más cartas) el uso de diferentes acciones durante ese asalto. Varios de los jugadores aprovecharon muy bien este efecto, realizando acciones que tal vez no eran las óptimas para esa situación pero que acabaron granjeándoles nuevas cartas y, al mismo tiempo, enriqueciendo el combate más allá del “le pego, me pega”.

“Salvajización”: He dicho varias veces que Torg es un Savage Worlds 2.0 a nivel de reglas, y eso tiene sus ventajas. El mecanismo básico (compara tu total con un Factor de Dificultad, que suele ser 10) es sencillísimo, el tema de las Heridas (y su absorción) funciona igual e incluso podemos encontrar en los ataques de interacción un “presagio” de lo que sería el Combate Creativo introducido en Flash Gordon para Savage Worlds: puedes provocar, engañar o intimidar a un enemigo no solo para penalizarle en sus próximas acciones sino, con una tirada bastante buena, incluso hacerle huir, caerse o cosas similares. Una muy buena mecánica que creo que hay que explotar al máximo en las partidas (y que ayer algún jugador ya hizo de forma desternillante…).

Lo no tan bueno

Sistema: No soy un experto en análisis de sistemas de juego, pero creo que algunos aspectos del sistema de Torg no están del todo afinados. Me da la sensación de que los diseñadores han querido hacer una adaptación de Savage Worlds que, al mismo tiempo, conservara la mecánica básica original de Torg… y eso tiene sus problemas. Para empezar, el uso del d20 para potenciar la suma de Atributo+Habilidad es un poco… raro: tiras el d20, consultas la tabla, buscas el bonificador y lo aplicas. A priori parece sencillo… si no fuera porque, salvo que te explote el dado (y con un d20 eso no ocurre tan a menudo), la incidencia de ese bonificador es mínima sobre el total y no compensa el tiempo que inviertes con cada tirada en hacer esos cálculos. Tampoco ayudó que yo aplicara mal la regla cuando se usan las Posibilidades (los “benis” del juego) para potenciar tiradas (se suman las dos tiradas de d20 para buscar la bonificación final, y yo resolvía las dos tiradas por separado… ¡meec, error!); no es de extrañar que casi ningún jugador obtuviera ninguna ventaja al gastarse una Posibilidad en potenciar tiradas y tuvieran un poco de bajona. Y luego está el tema del daño en combate, que salvo que obtengas un dado de bonificación, es fijo para cada arma, lo que elimina un poco la expectación que genera siempre una tirada de daño…

Logística: Tras una sesión en las alforjas, Torg Eternity parece un juego que requiere de una gran atención por parte de DJ y jugadores para que no se escape ningún factor, sobre todo en el combate. Cada asalto hay que recordar quién actúa antes y después (recordemos que cada bando actúa a la vez, con el orden que decidan sus miembros, lo que añade un poco de caos); qué condiciones (Vulnerable, Impedido) afectan a cada uno de los combatientes, y cuándo desaparecen; cuánto Shock y cuántas Heridas tiene cada participante; los jugadores deben recordar bajar cartas de Destino a la mesa si quieren jugarlas más tarde; si se ha producido una desconexión, hay que recordar tirar por Realidad cada asalto para ver si se reconecta… Son muchas cositas, ninguna de ellas muy complicada, y supongo que con rodaje todo se lleva mejor, pero de primeras pareció un poco lioso. También es cierto que gestionar todo esto por Fantasy Grounds es todavía más complicado. Me da la sensación de que en mesa, y con algunas sesiones más de rodaje, la cosa debe ir más fina…

En resumidas cuentas, que las sensaciones a nivel de ambientación y mundo no podrían ser mejores, y solo algunas dudas a nivel de sistema y logística me impiden acabar de tener una idea clara del potencial del juego. Sobre todo porque, como decía más arriba, no sé si esas dudas se deben realmente al sistema o son más consecuencia de una implementación bastante rudimentaria en Fantasy Grounds. Solo hay una forma de confirmarlo: con una partida en vivo. Pero eso ya es otra historia…

 
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Publicado por en 21 junio, 2018 en Batallitas, Opinión

 

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Mundos salvajes, territorios fantásticos

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Lo confieso, me he subido al carro de Savage Worlds. Tras mucho tiempo oyendo hablar del sistema, y aprovechando la publicación en castellano del juego por parte de HT Publishers, por fin le he hincado el diente al manual básico, y me ha dejado muy buen sabor de boca (y pese a un par de gazapos importantes por parte de HT Publishers, me parece que han hecho un buen trabajo de adaptación). Me gusta que sea un sistema dinámico, pero al mismo tiempo tenga suficientes reglas para darle enjundia. A mí, que soy muy de Rolemaster y que me siento muy desorientado siempre con cosas como Fate, con sus aspectos y demás, el hecho de que un juego tenga un mínimo de «complejidad» mecánica me da seguridad y tranquilidad. No sé, llamadme chapado a la antigua. Y el hecho de que Savage Worlds tenga una comunidad tan activa a nivel nacional (en G+ se ven cosas impresionantes, la verdad) también me ha ayudado a engancharme, todo hay que decirlo.

Como decía, Savage Worlds me ha gustado, al menos sobre el papel. Así que como soy incapaz de estar dos minutos sin arbitrar nada y mi saga de Ars Magica sigue en barbecho, me he liado la manta a la cabeza y voy a probar a estrenarme arbitrando una partidita larga en el setting de 50 Fathoms, la ambientación de piratas con un toque de high-fantasy que tiene el juego (y que por cierto será el primer suplemento traducido después del manual básico, si no me equivoco). Voy a arbitrar la campaña de plot points incluida en el manual, en la que los personajes se enfrentarán a las temibles Brujas del Mar mientras surcan los mares del mundo imaginario de Caribdus. Debo decir también que el concepto de los plot points me parece la mar de interesante: una campaña con varios puntos clave para controlar su avance, pero lo bastante libre como para que los personajes decidan el ritmo al que quieren jugarla y las cosas que quieren hacer entre punto y punto. Tengo que ver cómo funciona en la práctica, pero pinta bien.

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Para rizar el rizo, y habida cuenta de las complicaciones que tenemos en mi grupo para hacer partidas presenciales, la partida de 50 Fathoms la haremos online, y también nos estrenaremos con Fantasy Grounds, en este caso de forma un poco obligada. Como ya comenté en su momento, hace unas semanas Smiteworks, la compañía propietaria de Fantasy Grounds, adquirió el software de Tabletop Connect para integrar su potente mapeado 3D en Fantasy Grounds. La maniobra, que es muy interesante para los aficionados a este tipo de aplicaciones, no se tradujo en un trasvase demasiado elegante y nos dejó con una mano delante y otra detrás a quienes habíamos apoyado el Kickstarter de Tabletop Connect en su momento: en el caso de nuestro grupo, de pagar por una licencia para un máster y varios jugadores para una herramienta acabada, pasamos a contar simplemente con un dinero en crédito para comprar licencias o productos de Fantasy Grounds. Un crédito que, naturalmente, no llegaba ni siquiera para una licencia Ultimate, y mucho menos aún para adquirir el reglamento de cualquier juego.

No voy a entrar a debatir demasiado el tema, pero nosotros al menos nos llevamos un chasco, y sé de varios usuarios activos de Tabletop Connect que no dieron el salto y siguen utilizando el programa en su estado no definitivo, aprovechando que sus servidores estarán activos aún un tiempo. En nuestro caso, tras pensarlo largo y tendido, hemos decidido probar con Fantasy Grounds aprovechando que ahora mismo dan un mes gratuito en todas sus licencias. Me parece un software magnífico, bastante completo y lo que es mejor, con muchos productos de Savage Worlds adaptados. Solo le veo dos peros, uno más importante que el otro: por un lado, su potencia a la hora de simular encuentros sobre un mapa es bastante inferior a la de Maptool, el software que usábamos hasta ahora a la espera de que se terminara Tabletop Connect, aunque compensa eso con el hecho de tener muy bien implementado todo el reglamento de un juego, que es precisamente lo que más cuesta en Maptool. Y por otro lado, Fantasy Grounds es (o al menos a mí me lo parece) caro. Bastante caro. 150 dólares por una licencia Ultimate, por mucho que te permita jugar con cualquier número de jugadores, es un buen pellizco. Y los suplementos y rulesets no se quedan cortos. Aun así, a mí me han convencido bastante, y a falta de hacer una última prueba online, yo creo que acabaremos poniendo la pequeña cantidad que nos falta para hacernos con una licencia Ultimate. Y si no siempre podemos volver a Maptool, claro…

Así que aquí estoy, con sistema nuevo, ambientación nueva y software nuevo. Delante de mí se extienden los mares de Caribdus y también las procelosas aguas de Fantasy Grounds. Veremos adónde nos acaban llevando ambas cosas…

 
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Publicado por en 2 diciembre, 2015 en Batallitas, Opinión, Software

 

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