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Carrusel bloguero: Lo que no vendo

23 Oct

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Me apunto al Carrusel Rolero, claro que sí. ¿Una oportunidad para contar batallitas, para reflexionar y para explicar gustos personales? Me gustan más estas cosas que a un tonto dos palotes. Y como el tema de este mes es “lo que no vendo” del rol, voy a pasar directamente al tema que nos ocupa, porque soy muy Diógenes y hay unas cuantas cosas que no vendería jamás de mi colección de manuales… a diferencia de muchas otras cosas, que solo vendería en caso de muy, muy extrema urgencia. Vamos al lío:

Ars Magica: Es una obviedad, sí, pero jamás vendería ninguno de los manuales de Ars Magica, especialmente los más antiguos, esos que casi se caen a trozos pero que con solo mirarlos me hacen viajar a un pasado inocente y lleno de dicha, pero también épico y memorable. Aunque no me gustaría desprenderme de nada de ninguna de las ediciones (ni siquiera de Pax Dei, al que no le tengo mucho cariño, oiga), hay dos manuales que probablemente casi me harían llorar si los perdiera: el básico de segunda edición y The Order of Hermes. Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero creo que el segundo de ellos es el manual de las cinco ediciones que mejor transmite lo que es el juego. Aún hoy en día lo sigo consultando de vez en cuando.

La caja roja de MERP: Comprada cuando apenas había juegos de rol en español, esta caja lleva conmigo casi 30 años. De hecho, creo que la compré a medias con mi hermano, y solo la tengo yo por pura casualidad (o él no se acuerda…). Al estilo de lo que se llevaba entonces, la caja contenía no solo el libro de reglas, sino también unas cuantas figuras troqueladas en cartulina con base de plástico y un cuadernito separado con una aventura. Mi fallida memoria me dice que también tenía dos dados de diez que no estaban pintados y tenían los números simplemente grabados en relieve sobre ellos, pero en ningún sitio he encontrado menciones al respecto, así que o bien lo he soñado, o bien el juguetero al que le compramos la caja nos los regaló, o algo así.

Lo de MERP se podría expandir a varios manuales más. No sé si he comentado por aquí que en su momento tuve la suerte de traducir varios suplementos de El Señor de los Anillos para Joc Internacional. Por entonces yo era un chavalín, y cada uno de esos suplementos eran pequeñas maravillas para mí. Aunque hace mucho que no juego a MERP, todavía los guardo con cariño… sobre todo las versiones inglesas (cuando miro mis traducciones a veces me encuentro con unos gazapos que casi duelen). Le tengo especial cariño a la que fue mi primera traducción publicada, Los asesinos de Dol Amroth, a medias con el gran José López Jara.

La Llamada de Cthulhu: Mi manual de Joc de La Llamada de Cthulhu ocupa otro lugar especial en mis estanterías (y no solo porque necesite apoyos para no perder pliegos de hojas por ahí). Antes de que descubriera Ars, Cthulhu lo era casi todo para mí junto con MERP (tampoco había mucho más donde elegir, pero bueno…), y jugaba (o más bien arbitraba) casi todo lo que sacaba Joc, que no era poco. Luego descubrí Ars, fui diversificando los gustos y probando otras cosas, pero a lo largo de los años siempre he regresado de vez en cuando a La Llamada. Hace ya mucho que no uso el manual de Joc porque tengo ediciones posteriores, pero para mí es un juego enormemente especial.

Shadows of Esteren: De todas mis adquisiciones recientes (que no son tantas en físico, la verdad… el digital es lo que tiene), probablemente no me desharía de nada de Shadows of Esteren y, en concreto, de The Monastery of Tuath, su «versión» de El nombre de la rosa, que me parece una pequeña maravilla, con sus dibujos, sus accesorios de juego e incluso su juego de tablero, sencillito pero resultón. ¡Y eso que nunca he arbitrado el módulo! Pero es tan bonito…

Creo que esas serían las partes de mi colección que jamás vendería. Me ha costado reducir la lista solo a 4, la verdad. En casi todos los casos son juegos antiguos, que me traen recuerdos para mí muy preciados, y también es cierto que aunque hoy en día juego a muchos juegos más recientes, tengo menos en físico y eso también influye. Quién sabe, tal vez dentro de unos años me aferraré como un loco a mi copia digital de Victoriana

¡Que siga el carrusel!

 
3 comentarios

Publicado por en 23 octubre, 2015 en Miscelánea, Opinión

 

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3 Respuestas a “Carrusel bloguero: Lo que no vendo

  1. Carlos de la Cruz

    23 octubre, 2015 at 5:04 pm

    Coño, ¿eres el cotraductor de Asesinos de Dol Amroth? Qué pequeño es el mundo rolero 😀

     
    • Teotimus

      23 octubre, 2015 at 5:13 pm

      Pues sí. De ese y de unos cuantos más que cayeron después. Siendo un mozalbete me lié la manta a la cabeza y traduje en mi casa el Thieves of Tharbad. Le eché un par y me pasé por Joc (que estaba muy cerquita de mi casa, qué cosas tiene la vida) y se lo enseñé. Les debió de gustar mínimamente porque me hicieron una prueba. Por entonces López Jara, director de la colección, empezaba a andar liado y tradujo algunos módulos gordos más mientras yo me fogueaba con cositas cortas (Bree, Dagorlad, Erech…). Cuando José ya no pudo simultanear más las tareas acabó abandonando la línea y me dieron a mí más cosillas… y así hasta La Comarca, que creo que fue el último que traduje.

      Se podría decir que llamé a la puerta en el momento oportuno, sí…

       
  2. EbaN de Pedralbes

    23 octubre, 2015 at 8:41 pm

    De la llamada de cthulhu yo tengo la versión de joc internacional y la de la factoría. La de edge no la tengo porque estoy mal de pasta desde hace años, sino la tendría simplemente por coleccionismo. A la hora de jugar yo siempre uso el de la factoría.
    De hecho también tengo el cthulhu d100 y lo suelo usar también.

    El MERP lo conocí como jugador pero soy un bicho raro que nunca se ha leído los libros, se me hacían muy pesados y tras varios intentos los deje por imposible.
    El shadow of esteren me pilla en total desconocimiento del juego.

     

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