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Opinión: Sobre las traducciones y los juegos de rol

02 Sep

Quienes seguís este blog tal vez sepáis que, entre otras cosas, soy traductor de profesión, y que en tiempos me dediqué al mundillo del rol. Traduje algunos libros de la línea de MERP, hace ya unos cuantos años, y más tarde traduje algunos libros más para La Factoría de Ideas, incluido alguno para mi amado Ars Magica, antes de que mis derroteros profesionales se desviaran, pero solo ligeramente. Desde entonces he seguido traduciendo de forma más o menos intermitente otras cosas, desde cómics hasta revistas, pasando por algún que otro libro. Nunca he vuelto al mundo del rol, y no es por falta de ganas. De hecho, me apetecería bastante, y como prueba están las traducciones-fan que de vez en cuando cuelgo por aquí. Por eso, aunque no siempre lo comento debidamente en mis reseñas, siempre que me leo algún manual traducido presto especial atención a la adaptación del texto. No me gusta hacer criticas gratuitas con temas así, pero últimamente he visto algunas cosas que me han llamado la atención, así que por fin he decidido poner por escrito esta entrada, a la que llevo dándole vueltas desde hace un tiempo.

Como digo, últimamente he leído algunas traducciones de manuales roleros que me han llamado la atención, y no precisamente por lo positivo. En el rol siempre ha habido altos y bajos, traducciones buenas y no tan buenas, pero estos casos recientes que comento me han resultado especialmente llamativos, no tanto por la gravedad del tema sino por lo cercano en el tiempo. Había un poco de todo, desde traducciones aceptables a las que solo les faltaba una buena revisión de estilo hasta textos (unos cuantos) que pecaban de exceso de literalidad o que incluso no acababan de tener sentido. Y es cierto que en algunos casos no eran versiones finales del producto, pero eso tampoco es disculpa. No voy a dar detalles ni nombres, este artículo no pretende acusar a nadie sino más bien reflexionar sobre cómo veo yo todo este asunto.

Evidentemente, las traducciones roleras cuestan dinero. Bastante dinero, de hecho. Sin embargo, no todas las editoriales pueden o están dispuestas a pagar lo que cuesta una traducción bien hecha. Decía más arriba que no me habría importado volver al ruedo de la traducción de rol, y de hecho el año pasado me surgieron hasta tres oportunidades para hacerlo. En las tres, las editoriales con las que hablé desestimaron contar conmigo porque mis tarifas eran muy elevadas. En los tres casos (y muy especialmente en uno, que era un juego al que le tengo mucho cariño), me mostré dispuesto a negociar tarifas para encontrar algún punto intermedio. En los tres casos, me dijeron que la diferencia entre mis tarifas y lo que podían pagar era tan abismal que ni siquiera merecía la pena intentar negociar. Y os aseguro que no tengo tarifas de altos vuelos; sé bien qué precios se mueven en otros sectores parecidos, pero parece que en el rol el tema está mucho peor de lo que pensaba. Es más, en uno de los tres casos, la negociación era directamente con la editorial original del juego, lo que significa que el problema es universal y no local. Pero de tarifas hablo más adelante.

Aunque suene a perogrullada, la traducción en un juego de rol es un elemento clave. Traducir no es fácil: no basta con saber un idioma, con haber hecho un cursillo o incluso con conocer muy bien el juego y traducirlo con un colega, igual que maquetar no consiste en copiar y pegar un texto en una maqueta ni corregir estilo consiste en revisar la ortografía. Traducir no es ni mucho menos volcar un texto en Google Translator y luego revisarlo, como sé que empieza a ser dolorosamente habitual en ciertos lugares, y en este caso no hablo ya únicamente de rol. Traducir es adaptar, es documentarse, es, hasta cierto punto, crear. Es un oficio, vamos. Yendo más a lo concreto, traducir rol, y hacerlo bien, es muy complicado. Creo sin duda que entra dentro de lo que sería una traducción especializada, por mucho que alguien pueda considerarlo ridículo. En un mundo ideal, habría que contratar a un profesional que supiera hacerlo bien, y que debería cobrar de manera acorde con ello. Y teniendo en cuenta que los libros de rol tienen mucho texto, el coste de traducción suele dispararse bastante. Para que os hagáis una idea, hay quien dice que la tarifa mínima en una traducción debería estar entre los seis y siete céntimos por palabra en una traducción de texto no especializado. Por mencionar dos juegos de los que hablo mucho, Savage Worlds tiene algo menos de 100.000 palabras y Ars Magica, 200.000. Haced números. Como digo, traducir rol es caro. Y sigue siendo caro aunque, como parece, esa no sea ni mucho menos la tarifa habitual en el mundillo. Pero es un coste necesario.

Sin embargo, supongo que por las características del mercado, tal vez algunas editoriales no siempre pueden permitirse el caso ideal, y supongo que lo fácil es buscar otras alternativas. Digo «supongo» por mi experiencia propia, que podría no ser totalmente representativa, pero como mínimo sí es indicativa. Habrá quien cobre por debajo de tarifa, o lo haga como favor personal, o incluso quien lo haga a fondo perdido si hablamos de esas editoriales de un solo miembro que lo hace todo (y que, dicho sea de paso, merecen todo mi respeto). Sin embargo, creo que esas prácticas tienen cierto peligro porque corren el riesgo de dar por normales cosas que no deberían serlo si queremos consolidar nuestra industria (si es que existe, como digo más abajo).

Si a eso añadimos la peculiar costumbre que se está extendiendo de enviar copias sin acabar de revisar a los fans, para que sean estos quienes hagan el trabajo de revisión y corrección final, el panorama en algunos casos no es demasiado alentador. La consecuencia de todo esto es que nuestro mercado rolero puede empobrecerse con productos que no están a la altura. Insisto, todas las editoriales, pequeñas o grandes, merecen todo mi respeto por lanzarse a publicar, pero creo que también hay que tener muy claro por dónde se puede recortar un proyecto y por dónde no. Traducción, maquetación y corrección son tres de los pilares principales en los que siempre se debería tener especial cuidado.

El problema no tiene solución fácil. Estoy seguro de que ninguno de los que recurren a métodos «alternativos» para traducir sus libros lo hacen por decisión propia, o para llenarse los bolsillos (¡ja!). Tenemos el mercado que tenemos, que es muy, muy pequeñito, y eso hace que cuadrar los números de según qué proyecto resulte bastante complicado. Como decía, sé que en muchos casos el rol es casi una actividad filantrópica, sé que vivir del rol es implanteable y que muy probablemente no podamos pasar de eso. Pero también creo que uno tiene que ser mínimamente profesional si decide embarcarse en una empresa así. Si los números no salen, tal vez sea mejor replantearse todo el proyecto, o utilizar una fórmula que permita asegurar la calidad en todos sus pasos. Hoy en día vivimos la edad de oro de los mecenazgos, no debería costar tanto incluir el coste adecuado para esos tres pilares de los que hablaba más arriba en la cifra a desbloquear, para que todo el mundo estuviese seguro de que la calidad es la deseada. En mi opinión, es mejor que un proyecto no salga por no poder reunir el dinero suficiente para hacerlo bien, a no que salga con los costes forzados. Y si realmente no hay forma de cuadrar los números, entonces tal vez haya que pasar a reflexiones mayores, y plantearse si realmente tenemos una industria rolera o es más bien otra cosa diferente.

Todos tenemos que poner nuestro granito de arena, y la afición también tiene su responsabilidad, creo. Primero, con paciencia, asumiendo, por ejemplo, que no todas las editoriales pueden permitirse tener hecha (y pagada) la traducción en cuanto finaliza el proyecto de mecenazgo. Segundo, tal vez asumiendo que a veces hay que rascarse el bolsillo un poco más, y que a más páginas de producto, más costes a todos los niveles. Y por encima de todo, ejerciendo su derecho como cliente y su espíritu crítico para distinguir qué productos no están a la altura mínima deseable y expresarlo. Eso no significa que haya que caer en la crítica gratuita, por supuesto.

Y ese es, en parte, uno de los motivos para escribir esta entrada, que llevaba ya un tiempo rondándome la cabeza. Creo que entra en mi responsabilidad como aficionado, incluso como traductor. Por otro lado, mentiría si dijera que todas las traducciones que he leído últimamente son mediocres. Como en botica, hay de todo, y por norma general el nivel es bueno, aunque confieso que leo relativamente pocas cosas traducidas. Pero por eso mismo creo que es importante comentar lo que quiero creer que son excepciones y de paso, en mi caso, aprovechar para reflexionar al respecto. Igual le estoy pidiendo peras al olmo y no se puede aspirar a mejorar mucho este aspecto, pero por soñar que no quede…

 
12 comentarios

Publicado por en 2 septiembre, 2020 en Opinión

 

12 Respuestas a “Opinión: Sobre las traducciones y los juegos de rol

  1. Pepor

    2 septiembre, 2020 at 4:33 pm

    Gran y necesaria entrada! Como necesario el toque de atención, ya que más uno/a debería darse por aludido/a. A mi se me viene muchas veces la expresión «instrusismo laboral», y el «cuñadismo» que también tanto se da en España. Es decir, yo he hecho tres power-points y me he traducido dos panfletos y me creo que puedo traducir y maquetar lo que me den. Y es que además esta de moda de que yo redacto bien, así que me monto una editorial, así a pelo. Y mucho más de moda está, como dices, el que me lo corrijan los mecenas o los compradores.

    Por eso yo productos en español compro los justitos. La gran mayoría lo leo todo en inglés. Y si ya en la lengua original hay erratas…

    En fin, que no puedo estar más de acuerdo de que «es una profesión en la que además hay que documentarse».

    Ánimo! Que me imagino que a ti te tiene que hervir más la sangre que a mi XD

    Un saludo, y gracias por esas traducciones del MERP.

     
    • Teotimus

      2 septiembre, 2020 at 4:42 pm

      El intrusismo (o amateurismo) en el tema de las traducciones existe en todos los ámbitos, y el rol no es una excepción. El problema es que a veces me da la sensación de que se toma como excusa el limitado mercado que tenemos para justificar algunas cosas, y yo al menos creo que es un error: hazlo todo lo bien que puedas, que aun así, siempre se te colarán cosas (como dices tú, incluso los originales tienen erratas, y a veces no son pocas). Pero si encima recortas donde no debes, el riesgo crece exponencialmente…

      Dicho lo cual, me consta que también hay gente muy pro que hace las cosas como deben hacerse, y más.

      MERP… ¡qué tiempos! 😉

       
  2. Carlos de la Cruz

    3 septiembre, 2020 at 12:09 am

    ¿Puede que te haya terminado de convencer el escribir esta entrada cierto mensaje que te he dejado en nuestra partida de Traveller? ;). Me pillas enviando lo último que me faltaba por enviar de Fantasía Clásica ;).

    En 77Mundos somos culpables de haber enviado el Fantasía Clásica a los mecenas para que estos le den un último repasito al texto. Y joder, nos han encontrado erratas. Parece mentira, porque lo han corregido tres personas (yo incluido), pero siguen saliendo cosas. Algunas que se cuelan durante el proceso de maquetación, después de haber entregado el texto, simplemente porque se copia de la maqueta original y el maquetador se deja tablas en inglés. Como ya he comentado, acabo de terminar de entregar lo último que me faltaba (el índice con los números de página) y… he encontrado una errata más en una tabla xD. Nada grave, pero ahí estaba. Alicia se resistió con uñas y dientes a entregar el texto a los mecenas «sin terminar» (y ya digo que lleva tres correcciones) porque decía que no era profesional, pero yo le dije que, al fin y al cabo, los mecenas son algo más que meros aficionados. Son parte del proyecto. Quizá es una visión muy romántica del mecenazgo, pero pienso sinceramente que un mecenazgo es algo más que una preventa. En otras ocasiones no lo hemos hecho así y los propios mecenas nos lo han echado en cara, porque a muchos de ellos (quizá un 10%) sí que les gusta repasar el texto, encontrar erratas y contribuir a que la cosa salga lo mejor posible.

    Nosotros no pagamos mucho por la traducción. No tenemos nada de dinero. Traducimos Mythras por amor al arte, en serio. El traductor habitual de 77Mundos es Jordi Morera, que tiene experiencia en el tema y lleva ya unas cuantas traducciones a sus espaldas. Podríamos intentar pagarle más y meter el coste en el mecenazgo, pero es que ya la cosa sale raspada por los pelos con los precios ajustados que ponemos, así que si ponemos un precio más elevado para pagar mejor a todos los implicados, pues probablemente ni saldría.

    Esto no quiere decir, obviamente, que no haya que intentar hacerlo lo mejor posible y de la manera más profesional que podamos… pero no hemos encontrado la fórmula para hacerlo mejor. Quizá, como dicen algunas personas, al final hacemos un mal a la «industria» del rol porque somos aficionados venidos a más que tiramos los precios de las traducciones, las correcciones, etc. No lo sé, lo desconozco, de verdad. No es el objetivo, pero al final no sabes si estás haciendo un bien o un mal. Se hace con buena intención, pero ya sabemos lo que se dice de las buenas intenciones ;). Nuestros objetivos, al final. son sacar el mejor producto posible, no perder dinero, e incluso conseguir sacar algo de beneficio económico (tres objetivos puestos de mayor a menor). Por el momento, estamos ahí ahí, entre el segundo y el tercero ;).

    Y ahí está mi pequeño granito de arena. Que conste que no me tomo a mal nada de lo que has escrito :). Es una reflexión muy interesante, llena de buenos argumentos. Tengo curiosidad por leer lo que opinas de los míos ;).

     
    • Teotimus

      3 septiembre, 2020 at 7:43 am

      Muchas gracias por tu comentario, Carlos. Me parece especialmente valioso viniendo de alguien que está dentro de esa «industria» y conoce el negocio. En realidad no solo me parecen interesantes tus argumentos, sino que comparto algunos de ellos. Si tú eres un romántico, yo soy un idealista que quiere que tengamos un mercado sano, estable y debidamente profesionalizado. Sé que es algo enormemente complicado, por no decir imposible, pero aun así creo que todos debemos hacer lo posible, y eso incluye también escribir este tipo de entradas cuando ves cosas un poco «sospechosas». Sé perfectamente que las traducciones se hacen en muchos casos por amor al arte, o casi, pero eso no es óbice para que la editorial no se asegure de que la traducción es la mejor (y lo más profesional) posible. Sé que luego entran en juego las leyes del mercado, pero también creo que hay tendencias que son peligrosas, y que a la larga no son buenas porque sientan precedentes. E insisto, creo que en general el trabajo que se hace con las condiciones de mercado que hay es bueno.

      Sobre esa labor de «fan-corrección», creo que hay un matiz importante. No tengo nada que objetar a quienes, tras realizar las debidas revisiones y correcciones, comparten con los mecenas los manuales casi acabados por si estos quieren echarle un último vistazo. Efectivamente, podría entrar dentro de los «derechos» del mecenas de un proyecto, y es algo que respeto y comprendo. El problema es cuando ese «derecho» se convierte en un «deber», cuando lo que se libera no es una versión ya «casi casi final», sino que, por prisas («tendrás tu primera versión del manual en cuanto acabe el mecenazgo») o por cualquier otro motivo, lo que se libera es una versión que ni siquiera está mínimamente revisada e, implícitamente, se espera que los mecenas hagan una gran parte de un trabajo que debería hacer la editorial. Y ojo, aquí no me ciño ya solo al mercado local: es una práctica generalizada y en el mercado anglosajón he visto auténticas barbaridades.

      Muchas gracias de nuevo y ánimo con el proyecto. Espero de verdad que en algún momento lleguéis a cumplir ese tercer objetivo.

       
  3. Surf

    3 septiembre, 2020 at 11:27 am

    Un artículo muy interesante y, como dice Pepor, necesario.

    Poco más puedo añadir, salvo que es un problema que padecemos desde el principio (recordad la traducción de la Caja Roja, pero ejemplos hay muchos más) y que, por desgracia, no se va a solucionar en un futuro cercano.

    Pero bueno, este es un pequeño granito de arena que da visibilidad al problema. ¡Enhorabuena!

     
    • Teotimus

      3 septiembre, 2020 at 11:34 am

      Gracias, Domingo. Sé que es un problema endémico del sector que tiene difícil solución, pero creo que no va mal comentarlo de vez en cuando, aunque solo sea para que la cosa no vaya a peor.

      Es cierto que la Caja Roja tenía sus cosillas, como lo tenían casi todos los manuales de la época posterior, pero quiero creer que desde entonces hasta ahora hemos aprendido algo… ¡que ya son casi cuarenta años! 😉

       
  4. reiizumi7

    7 septiembre, 2020 at 2:36 pm

    Esto me recuerda a un artículo de una traductora, en este claro de libros y no tanto de rol, donde comentaba lo pequeño que es el mundillo en nuestro idioma, y eso reducía mucho el presupuesto para hacer una traducción correcta.
    También comentaba que las editoriales inglesas no se planteaban traducir libros del castellano al inglés porque era prácticamente inviable tener beneficios de ellos, y que España bien que lo hacía, y aun así tenía beneficios …

    En mi caso, me gusta comprar los libros que me interesan y han sido traducidos, he visto traducciones «revisadas por la comunidad» donde no había ni una sola hoja que no te hiciera sangrar los «hogos», donde te planteabas qué habían usado, porque ni el traductor de Google podía cometer tantos errores, otras que eran incluso mejores que la original debido a añadir notas que no estaban en el original o arreglar errores del original, cosa que se agradece, y con la que te olvidas incluso del coste, porque a valido la pena pagar por ello.
    Y los Spanglish … estos requerirían un artículo solo para ellos.

    Como ya se ha dicho, es un problema difícil de solucionar, en muchas comunidades se ha pedido a las editoriales de hacer crowfundings (como en Ars Magica y el éxito que tuvo la variante francesa), ya que esto podría mitigar, quizás, ese problema, al poder obviar de origen el miedo de si tendrás beneficios o no, pero, en la mayoría de casos, esto no se lleva a cabo, y las traducciones tampoco, una lástima.

     
    • Teotimus

      7 septiembre, 2020 at 4:48 pm

      Pues sí, en un mercado tan pequeño, cuesta cambiar tendencias y, sobre todo, cuesta que todo el mundo vea la necesidad de que haya una mínima profesionalización. Y sé que es un problema que afecta en general a todo el gremio de letras, sí, pero creo que aquí es más grave.

      Las editoriales inglesas solo entran en traducciones cuando tienen claro que el producto va funcionar o, desde su perspectiva, cuando el producto entra por los ojos. De ahí que todo lo sueco les funcione, pero también hay casos como Aquelarre (o, abriendo fronteras, ese Lex Arcana que también se va a traducir a varios idiomas).

      Lo del mecenazgo es algo que no entiendo, me parece una solución muy obvia. Entiendo que debe de ser por las comisiones que se quedan las plataformas de mecenazgo, pero yo creo que para el pequeño y mediano editor, debería ser un seguro de vida…

       
  5. Mario Donaire

    11 septiembre, 2020 at 2:44 pm

    Muchas gracias por el artículo, Teotimus. Como dices, el mercado es el que es y, por desgracia, se tiene que adaptar a unos servicios pagados a la baja. Sin embargo, una «profesionalización» no siempre implica una mejor calidad, vamos, que a veces por pagar más tampoco tienes mejores acabados. De hecho, el pago de un servicio, aunque sea bajo o exiguo, no debería justificar ciertas cosas; el trabajo hay que hacerlo bien y eso debería ser independiente del dinero (al menos así me gusta pensarlo).

    Por la parte que me toca como traductor, pues tienes razón, y mira que he pensado muchas veces el cómo poder abordarlo de otra forma. Supongo que la única solución viable sería cambiar la fórmula de publicación y que nosotros, también como aficionados, empujemos en ese sentido y estemos dispuestos a pagar más por lo que queremos. Sin embargo, también creo que casi nadie estaría dispuesto a pagar el precio real de un producto planteado de esta forma (en el caso de que existiera una editorial tipo «comercio justo»).

     
    • Teotimus

      11 septiembre, 2020 at 6:03 pm

      Totalmente de acuerdo, Mario. Por supuesto que la cuestión es hacer bien el trabajo, pero se supone que un profesional siempre estará más preparado o tendrá más capacidad para hacerlo, aunque evidentemente siempre existe el riesgo de que te den gato por liebre.

      Y sí, como decía en la entrada, creo que el aficionado también tiene una parte de responsabilidad y de estar dispuesto a pagar lo que realmente cuestan las cosas. Ese concepto de «comercio justo» aplicado al rol sería muy bonito, sí, pero no parece cercano… 😉

       
  6. Blackonion

    27 septiembre, 2020 at 1:50 pm

    Yo cada vez estoy comprando más en inglés y menos en castellano. En las editoriales españolas se suele primar mucho más el aspecto (maquetación e ilustraciones, tapa dura, etc…) que la calidad del contenido y el producto final se resiente.

    Hay excepciones, claro está, y al final hay editoriales en las que confias más o menos.

     
    • Teotimus

      27 septiembre, 2020 at 2:06 pm

      Creo que acabas de mencionar una de las claves. Ante el mercado que tenemos, una de las pocas referencias fiables es la trayectoria y trabajo previos de una editorial. La confianza del consumidor hay que ganársela.

       

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