En los tiempos de sequía hermética que se han vivido al otro lado del charco en los últimos años, la revista Sub Rosa ha sido probablemente la única luz dentro del panorama editorial relacionado con Ars Magica. Aunque tiene una periodicidad casi comparable a la de Aegis, tenía dos números pendientes de revisar, ya con unos cuantos meses (si no años) a sus espaldas, así que he aprovechado el verano para leérmelos y reseñarlos. Ya se sabe, más vale (muy tarde) que nunca…
Empezamos con el número 21, que es nada menos que de abril de 2019. El número es un monográfico dedicado íntegramente al tema del Cielo y el Infierno, con la clara intención de ofrecer perspectivas un poco diferentes a las habituales e ideas que se puedan aplicar fácilmente a nuestras sagas. El número consta de 84 páginas, con la habitual maqueta de números anteriores y también el mismo estilo de ilustraciones en blanco y negro, aunque diría que hay al menos un par de ilustradores nuevos que no tenía controlados. El número empieza con un editorial seguido de un breve artículo en el que el por entonces recién llegado a Atlas Games, Justin Alexander, anunciaba sus planes para Ars. Pasaremos de puntillas por el artículo porque casi nada de lo que comenta se ha hecho realidad, e iremos directamente al meollo del contenido divino-infernal, que empieza con un artículo titulado «Divine Numbers» en el que Gerald Wylie hace una disquisición sobre la relevancia y el significado de diferentes números para las religiones monoteístas del juego (cristianismo, islam y judaísmo), sin olvidarnos también de los números relevantes para el reino infernal. También sugiere una aplicación práctica de esos números al juego, presentando un listado de bonificadores, como los de Forma y Material que ya conocemos, de los que se beneficiarían los objetos o creaciones que tengan incorporados esos números, preferiblemente de forma abstrusa o poco reconocible. La idea no me parece mal, aunque algunos de los bonificadores por incluir los números me parecen un poco exagerados, pero ahí ya cada uno debrá elegir cómo aplica el concepto.
Tras ello tenemos un artículo sobre un culto infernal en «Hidden Powers: Master of the Beast». Esos «Señores de la Bestia» a los que hace referencia el título son un pequeño grupo infernalista formado por comerciantes y personalidades de cierta relevancia que podría situarse en casi cualquier ciudad de un cierto tamaño (aunque aquí en concreto se los sitúa en Bremen), y que usan básicamente sus tratos con el Infierno para mejorar su posición social y ganar poder, riquezas o reconocimiento (como tantos otros grupos de este tipo, diría). Lo interesante del concepto es que no se trata precisamente de un culto diabolista convencional, pues lejos de tener acceso a los métodos y encantamientos habituales de otros, los Señores de la Bestia solo tienen acceso a una habilidad sobrenatural, Invocación, con lo cual podrían ser un culto mistérico normal… si no fuera porque invocan demonios, claro, y además están, sin saberlo, controlados por un poderoso duque del Infierno que básicamente les está manipulando (porque claro, he dicho que saben invocar, que no controlar demonios). El artículo incluye los guiones de iniciación de los diferentes rangos del culto, por si alguien quisiera tener algún personaje jugador que formara parte de él, así como varias ideas para relatos para introducirlos en nuestra saga, y varios personajes miembros del culto a modo de ejemplo.
Acto seguido encontramos uno de los pocos artículos del número que no está relacionado directamente con el tema principal, pero que resulta bastante interesante: «Running a Tribunal Gathering» nos da consejos sobre cómo narrar un Tribunal hermético. Como ya he dicho varias veces por aquí, este es un aspecto que no se trata más que de pasada en el manual básico, y creo que los Tribunales son eventos lo bastante relevantes como para que puedan aparecer con cierta frecuencia en una saga. Por eso, sin duda todo narrador apreciaría tener algo más de información sobre su estructura, ritmo y orden. En este caso, Christian R. Andersen nos da algunos consejos bastante útiles para afrontar una situación así y lograr que el grupo pueda disfrutar de la experiencia. No solo se presentan los posibles temas y el orden en que se podrían tratar en una reunión de magi herméticos, sino que también se incluyen consejos para incluir otros tipos de relatos en un entorno así, más allá de las inevitables interacciones sociales: ¿tal vez haya que investigar un repentino crimen cometido en el Tribunal? ¿Puede que alguien tenga planeado robar un objeto valioso del lugar en el que se celebra el evento, o secuestrar a alguien?
Volviendo al tema principal del número, el siguiente artículo, dentro de la sección de «set pieces» o escenarios genéricos, se centra, como no podía ser de otra forma, en un monasterio. Como ya hicieran otros números anteriores con otros lugares, Stephen Harris nos explica cómo integrar y dar protagonismo en una saga a un monasterio, un lugar que puede ser escenario para todo tipo de aventuras. Se ofrece una descripción genérica de estos lugares, su estructura, su día a día y, sobre todo, sus posibilidades para utilizarse como escenario para relatos. Incluso se nos incluye un perfil completo de monasterio, usando las reglas de Alianzas, salpimentadas con las mecánicas incluidas en The Church, manual básico para complementar esta información. No faltan dos o tres perfiles de monjes, desde un abad de monasterio hasta el inevitable novicio confundido por el demonio y que transita por sendas más oscuras de lo que debería. Huelga decir que me han entrado muchas ganas de jugar una adaptación hermética de El nombre de la rosa tras leer este artículo…
Otra sección fija de Sub Rosa es la dedicada a compañeros o magi, y en este número tenemos dos: la primera está protagonizada por el bueno de Steppo el Adamita, un curioso personaje que, tras una epifanía divina, se pasa la vida vagando de pueblo en pueblo como Dios le trajo al mundo, transmitiendo la palabra de… Dios, sí. Sin embargo, hay bastante más tras el personaje, que es un Compañero Mítico bastante interesante, con capacidad para pedir asistencia a los santos, averiguar Nombres Verdaderos de ángeles o incluso realizar algunas proezas de cosecha propia gracias a sus Métodos. Un personaje que puede dar mucho juego en casi cualquier saga, preferiblemente como PNJ.
Tras esto llegamos a la aventura de este número, «The Hill of Hell», y que es una especie de continuación de «Franciscan Doubts», aparecida en el número 20, aunque también se puede jugar de manera independiente. Si en aquella la orden de los franciscanos acudía a los personajes para que les ayudaran a dirimir si Federico II era el Anticristo, en este caso esa misma orden religiosa vuelve a necesitar de su ayuda para algo aún más misterioso e inquietante: ha habido extraños fenómenos en el entierro del mismísimo san Francisco en la basílica de Asís, y los monjes necesitan la ayuda de los magi herméticos para determinar si hay algo que huele azufre en todo esto. Como ocurriera con «Franciscan Doubts» nos encontramos con una aventura densa, con mucha investigación, y en la que hay varios bandos en conflicto con los que tendrán que lidiar los personajes para descubrir la verdad sobre el misterio.
Después de la aventura tenemos un segundo artículo sobre compañeros. Si unas páginas atrás teníamos a Steppo, un personaje con claras influencias divinas, ahora le toca el turno a Damián, un galeno con habilidades infernalistas, y con la particularidad de que el hombre vive en un engaño por el cual cree que usa sus habilidades para hacer el bien. Al igual que ocurría con Steppo, es un personaje interesante como PNJ en una saga, e incluso me atrevería a decir que este sí se podría llevar como personaje jugador si la troupe acepta la presencia de estos personajes en su seno, que siempre dan pie a bastantes conflictos internos.
El número se cierra con un artículo que describe el Purgatorio, el lugar al que van las almas a purgar sus pecados antes de viajar al cielo. Se describe el Purgatorio a nivel espiritual, pero también como un lugar real, como en ocasiones era creencia en la Edad Media. También se explica qué «purgas» podían experimentar las almas una vez allí (algunas de ellas bastante creativas y desagradables), cómo reducir la estancia en tan inquietante lugar desde el mundo de los vivos o, incluso, qué podría ocurrir si algún magus (o un mundano) decidiera visitarlo en persona (recordemos que, por ejemplo en el manual del Tribunal de Hibernia se describe un posible acceso físico al Purgatorio).
El número termina con una breve sección de «Mappa Mundi», donde se incluyen enlaces a páginas que permiten ampliar algunos de los temas tocados en este número, y un anuncio del número 22, cuyo tema serían los tesoros y las riquezas.
¿Y qué me ha parecido? Bueno, vaya por delante que el tema del monográfico ya tiende a ser denso de por sí, además de que está bastante tratado en manuales como Realms of Power: The Divine o The Church. En general me ha parecido un poco irregular, con contenidos interesantes y fácilmente aplicables a sagas (como los dos compañeros o incluso el pequeño grupo de diabolistas) y otros que me parecen menos interesantes, al menos de primeras. Artículos como el de los Tribunales o los monasterios son interesantes pero habría agradecido que se profundizara un poco más. En cuanto a la aventura, creo que solo interesará a grupos muy metidos en la interacción con las órdenes religiosas mundanas, en cuyo caso será sin duda una delicia. Debo decir que tampoco ayuda que a nivel de producción haya notado un pequeño bajón: los nuevos ilustradores no me vuelven loco precisamente, y creo que a muchos textos les faltaba un último repaso. Pero vamos, tampoco voy a ponerme muy exigente, creo que bastante hacen sacando todavía la revista.
Así que yo le doy un divino (o infernal)…
Una respuesta a “Reseña de Sub Rosa nº 21”