Para los que llevan jugando a Ars Magica más de dos décadas, la Tetralogía de las Cuatro Estaciones no necesita presentación. Para quienes hayan descubierto Ars más recientemente, tal vez sea necesario comentar que se trata una serie de suplementos que para mí resultaron trascendentales en el devenir del juego. Estos cuatro tomos, publicados entre segunda y tercera edición (y más concretamente entre 1990 y 1993), presentaban cada uno una propuesta de saga para narrar el paso de una alianza de una estación a otra. Bautizados con sendos títulos de obras de teatro de William Shakespeare, teníamos The Tempest, donde se vivía el paso de Verano a Otoño; A Winter’s Tale, con el paso del Otoño a Invierno; A Midsummer Night’s Dream, ya en tercera edición, narrando el paso de Primavera a Verano; y por último, Twelfth Night, que narraba el hundimiento definitivo de una alianza en el Invierno, solo para resurgir con una nueva Primavera.
Cada entrega de la Tetralogía estaba estructurada en torno a una serie de «historias clave» que el Narrador debía insertar en el devenir de su saga, ajustándose al ritmo que más le conviniera, intercalándolas con otras historias sin relación directa con ellas. Cada una de esas historias hacía avanzar la trama principal hacia un desenlace por lo general inevitable. En otras palabras, eran como una especie de antecesoras de las campañas de puntos argumentales de Savage Worlds, para que os hagáis una idea. Además, como era habitual en los productos de Ars de esa época, cada suplemento giraba en torno a un tema específico que impregnaba buena parte de las historias. Hace ya un tiempo escribí una entrada al respecto, que podéis leer si os interesa el tema.
De los cuatro, solo uno de los libros apareció en castellano, El Sueño de una Noche de Verano, de la mano de La Factoría de Ideas. Era la forma diegéticamente correcta (que no necesariamente lógica) de empezar su publicación, con el viaje de una alianza de Primavera a Verano. Los otros tres nunca vieron la luz en nuestro idioma y lo más probable es que nunca lo hagan. Y es una pena. Más allá de los argumentos específicos de cada entrega, la Tetralogía es un excelente manual de campo para cualquier Narrador de Ars Magica, tanto veterano como novel. Suponen ejemplos prácticos de cómo manejar el ritmo de una saga, qué tipo de retos plantear a los jugadores en cada momento, cómo dar protagonismo a todos los personajes (y no solo a los magos) y, en general, cómo gestionar el crecimiento de una alianza. En un juego bastante exigente con sus usuarios novatos, algo así no tiene precio.
Por lo tanto, hace unas semanas decidí traducir al castellano, a nivel fan, las tres entregas de la Tetralogía que no han podido disfrutar los aficionados españoles. Empecé con The Tempest, escrito por un titán de la industria como fue el desaparecido Stewart Wieck. La tarea tenía su miga, porque el juego que conocemos hoy en día tiene muchas diferencias respecto a la segunda edición en cuya línea se publicó este libro. De hecho, muchas partes de esta saga serían directamente imposibles de narrar en quinta edición. Hay que recordar que en segunda edición no existía el concepto de Aegis de la Alianza, que la Penetración era radicalmente diferente, y que todo en general se calculaba de forma mucho más libre y creativa, lejos de los parámetros rígidos (magíficos, pero rígidos) que gobiernan la edición actual. Sin embargo, decidí no tocar nada del texto original. En el fondo la idea no es tanto que uséis esta saga en vuestras partidas, sino más bien que os leáis el libro como inspiración y guía para saber cómo se puede narrar una saga. No importa que los números no cuadren para nada con quinta edición, no importa que haya cosas que hoy en día son implanteables. De hecho, incluso el rigor histórico y la documentación quedan muy lejos de lo habitual en quinta edición. Pero lo que importa es que el tipo de consejos, historias y sugerencias que se incluyen aquí son oro puro.
Así pues, The Tempest pertenece a un paradigma anterior de Ars, y a una edición (muy) anterior. Por eso es probable que en algunos lugares del texto os encontréis menciones a hechizos que no existen en quinta edición (sí, he tenido que desempolvar la edición de Kerykion), a habilidades que han cambiado o desaparecido, con nomenclaturas que resultan anticuadas… es normal. Pero no solo cambia eso. Incluso las descripciones de la Orden y de alguna de sus Casas (en especial los Flambeau, a los que pintan como unos pirómanos chiflados) son diametralmente diferentes a lo que se conoce hoy en día, aunque a muchos os resultarán familiares. Los detalles, en este caso, son lo menos importante. Consideradlo más como una mezcla de inspiración para sagas, combinado con un ejercicio de arqueología rolera, que como un contenido de uso inmediato en mesa.
Y luego está la historia que nos presenta el libro: una historia que nos mencionaba por primera vez conceptos tan asumidos hoy en día como la Guerra del Cisma, con su trascendental desenlace en la batalla que da nombre al suplemento, o la tradición mercuriana de la Orden de Hermes, y que obliga a los personajes a mirar a los ojos al lado más desagradable de la organización a la que pertenecen, una organización con una enorme capacidad para destruir y manipular a su antojo. «El fin justifica los medios» es una frase con un significado totalmente nuevo cuando eres un mago hermético. La rivalidad entre Herrick y Marlowe, dos vestigios de la historia hermética más turbia y menos reconocida, sirve como leitmotiv para que los personajes conozcan mejor la Orden de Hermes. A medida que ganen poder e influencia en su avance hacia el Otoño, algunos de los actos que presenciarán (o que llevarán a cabo) durante esta saga cambiarán para siempre el concepto que tenían de ella y les plantearán numerosos dilmeas morales. Ese tema, esa historia, es algo que sigue siendo válido en quinta edición. Que cada narrador coja lo que le interese de aquí y lo adapte a su saga actual. Creo que funcionará.
A nivel personal, debo decir que guardo un gratísimo recuerdo de cuando narré esta saga, hace también ya unos cuantos añitos. Si la ambientación de Ars me cautivó al leer The Order of Hermes, fue The Tempest el libro con el que por fin aprendí cómo se juega a este juego tan especial. Aunque el manual sugiere algunas «jugarretas sucias» que hoy en día cuesta un poco aceptar, creo que los meses que jugamos esta saga cambiaron nuestra forma de jugar a Ars, a rol, como grupo. Fue entonces cuando entendimos la importancia de la alianza, del esfuerzo colaborativo, de las decisiones éticas a las que deben hacer frente los personajes. La saga funcionó como un reloj tal y como estaba escrita, hasta alcanzar un desenlace épico que aún perdura en nuestra memoria. No es lo único. Como ya dije en su momento, 25 años después de narrarla, mis jugadores aún me fulminan con la mirada cuando sale a colación el nombre de Herrick.
Así pues, aquí (o haciendo clic en la imagen inicial de esta entrada) os dejo un PDF con todo el contenido original de The Tempest, tal y como se publicó en 1990, traducido al español. Como la maqueta original tenía sus cosillas (de hecho, básicamente no existía), he decidido usar como base la maqueta original que usaba Atlas Games para los manuales de quinta edición, lo cual también ha planteado sus dificultades. Además, estoy pendiente de recibir una copia del manual imprimida por Lulu, para ver qué tal queda (los materiales de origen van un poco justitos de calidad). Si veo que tiene un nivel aceptable, ya lo colgaré por aquí por si hay algún interesado. Y si alguien ve alguna cosa en el PDF que esté mal, tendré incluso tiempo para corregirlo en la versión impresa.
Actualización: La prueba de Lulu ya me ha llegado y es razonablemente satisfactoria. Por si alguien lo quiere en físico, puede pasarse por aquí a pedirlo.
¡Que lo disfrutéis! Próxima parada (cuando toque): A Winter’s Tale.
Néstor Solano Grima
4 septiembre, 2018 at 11:33 am
Eres muy grande Teotimus!!
Teotimus
4 septiembre, 2018 at 11:36 am
Jejeje, gracias… Hombre, ya que no le presto tanta atención a Ars como en tiempos en este blog, por lo menos que las aportaciones sean «delicatessen»… 😉
José Fernández Leralta
4 septiembre, 2018 at 3:09 pm
Menudo trabajo… muchísimas gracias.
Teotimus
4 septiembre, 2018 at 3:10 pm
Esto tenía que llegar, aunque fuese con tres décadas de retraso, a los fans españoles… ¡a disfrutarlo!
Carlos de la Cruz
4 septiembre, 2018 at 5:51 pm
Yo me apaño con el inglés, pero reconozco el esfuerzo de traer este manual a los que solo se defienden en la lengua de Cervantes, ¡bravo!
Y la portada ha quedado chulísima :D.
Teotimus
4 septiembre, 2018 at 6:26 pm
Es que tú eres de la vieja escuela hermética, Carlos… ¡Seguro que conociste a Herrick o a Marlowe! 😉
Sí, la portada ha quedado resultona, gracias. La tripa ya ha sido otro cantar, he tenido que meter las ilustraciones enormes por el formato a tres columnas de la maqueta de Atlas, pero bueno, yo creo que funciona…
Lord Shakalor
4 septiembre, 2018 at 6:45 pm
Saludos:
madre mía, este blog tiene tanto nivel que con sólo entrar a él ya te da un punto de informidad!
Gracias por este gran aporte
Teotimus
5 septiembre, 2018 at 9:42 am
Pues ojo que los puntos de Informidad (qué rara se me hace la palabra, toda la vida acostumbrado a «warping») los carga el diablo… ¡contra eso no hay ritual de longevidad que valga! Aunque decían que había algún magus que estaba investigando una nueva guía de base para eliminar esas molestas informidades… 😉
Nirkhuz
4 septiembre, 2018 at 9:34 pm
Tremendo. Muchísimas gracias, de verdad.
Teotimus
4 septiembre, 2018 at 9:49 pm
A disfrutarlo. Si lo usas de alguna forma en mesa, estaré encantado de saber cómo funciona hoy en día…
Jordi Morera
5 septiembre, 2018 at 11:56 am
¡Esto es un pasote! ¡Que grande sois, maestro Teotimus! La tetralogía me enamoró también desde el principio, gracias por el esfuerzo por hacerla disponible en cervantino.
Teotimus
5 septiembre, 2018 at 12:04 pm
Esfuerzo va a ser, sin duda. A Winter’s Tale tiene unas cuantas páginas más que The Tempest… Tiene casi tantas como demonios en sus páginas, que ya es decir… ¿pero quién dijo miedo?
¡Gracias por los ánimos, Maese Morera!
El Guardián del Cofre
27 junio, 2019 at 11:16 am
Muchísimas gracias por tu esfuerzo. Sin duda, Ars Magica es el mejor juego de ROL con mayúsculas que he jugado, y esas «roturas» de continuidad (sólo encontrar traducida la primera de las estaciones), es de las cosas que saben peor en un juego que te gusta. De nuevo, gracias por tu esfuerzo en hacer esa traducción «por la patilla». No podía haberla hecho nadie mejor, por tus conocimientos del mundo, como por tu reconocido perfeccionismo.
Gabriel
24 octubre, 2020 at 7:58 pm
En dos palabras Impre sionante. Vaya curro!
Teotimus
24 octubre, 2020 at 8:13 pm
Que lo disfrutes. Si te interesa, en la Biblioteca de descargas de arriba a la derecha tienes (entre otras cosas) las dos siguientes partes de la Tetralogía. 😉