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Noviembre hermético (II): Johan y la vaca hechizada

02 Nov

  • Forma: Leche dorada
  • Peones y tipo de vis: 4, Animal
  • Estación de recogida: Verano

Desde niño, Johan siempre fue diferente. Nacido en el seno de una humilde familia de campesinos, había quienes decían que estaba tocado por la Hermosa Gente, quienes pensaban que le había bendecido un ángel o incluso quienes proclamaban que el demonio le había sorbido el cerebro. La cuestión es que el pequeño era de pocas entendederas. Cuando alcanzó la edad de ayudar en la economía doméstica, su familia le puso al cargo de la única vaca que les proporcionaba sustento. La vaca pertenecía a su señor feudal, pero la familia tenía derecho a vender una parte de la leche para subsistir, y llevarla a pastar parecía un trabajo sencillo incluso para alguien como él.

Un día, años después, el joven Johan llevó la vaca a pastar a un prado fuera de las tierras del señor. Era una zona apartada y tranquila, de la que se contaban extrañas historias, pero el muchacho no lo sabía o no le importaba. Tampoco le importaba que fuese el solsticio de verano. Sea como fuere, ese día Johan no regresó. Su familia, preocupada, le buscó por todas partes. No solo por él, sino porque sin la vaca no tenían esperanzas de sobrevivir. Pero no hubo suerte. Ni vaca ni pastor aparecieron por ningún lado.

Tres días después, Johan y la vaca reaparecieron. El chico estaba muy contento, decía que había “viajado al otro lado” y que había estado de celebración durante los tres días con “la Hermosa Gente”. Como regalo de despedida, la Hermosa Gente había otorgado una bendición a la vaca. Cada año, en el día del solsticio, y mientras vaca y pastor no se separaran, la vaca daría una leche “especial”. Ni sus padres ni sus hermanos creyeron a Johan, pero lo que es cierto es que desde entonces la vaca dio una leche inusualmente abundante (y totalmente mundana). La vaca sobrevivió sin problemas al invierno y, cuando llegó el siguiente solsticio, la familia vio atónita cómo el animal, por unas horas, daba… leche dorada.

Lo primero que pensaron los padres de Johan fue en tirar la leche y sacrificar la vaca, pero eso habría supuesto, de nuevo, muchas penurias para ellos. Entonces, para sorpresa de todos, Johan decidió probar la leche. El chico sufría un fuerte catarro, y la leche sanó milagrosamente su mal. Los padres, sin entender del todo qué ocurría, vieron de inmediato el beneficio que podían obtener de esa leche, así que guardaron toda la que pudieron y pronto la comenzaron a vender a los lugareños, intentando que sus señores (a los que les estaban escamoteando «su» leche) no se enteraran de nada. Así llevan haciéndolo durante varios años, y es que la vaca también está demostrando una longevidad insólita… ¿será otra consecuencia del contacto con las hadas?

Cada solsticio de verano, la vaca da cuatro litros de leche de color dorado, cada uno de los cuales contiene un peón de vis Animal. Además, si alguien ingiere simplemente la leche, tendrá derecho a hacer inmediatamente una tirada de Recuperación tanto de Heridas (ver Ars Magica, página 265 del manual en castellano) como de Enfermedades (ver Art & Academe), con una bonificación +2 acumulable con cualquier otro modificador pertinente. Este efecto secundario de la leche solo se mantiene durante una semana.

Semilla de aventura: Uno de los vasallos del señor local ha escuchado historias sobre una vaca cuya leche obra milagros. De inmediato ha decidido confiscar la vaca a la familia, reemplazándola por otra totalmente normal. El problema es que desde que la vaca está en la morada del vasallo, da leche que no solo no es milagrosa, sino que es agria. Al mismo tiempo, Johan parece haber enfermado desde que la vaca no está cerca de él, y si nadie lo remedia, pronto morirá. Ambas cosas son consecuencia de haber ofendido a la Hermosa Gente al separar vaca y pastor. Cuando la madre de Johan acude desesperada a la alianza buscando a algún sabio que pueda curar a su hijo, los magi podrían tener la oportunidad de acceder a una curiosa fuente de vis… además de salvar una vida humana. ¿Pero cómo conseguir hacerse con la vaca sin llevarse también a Johan? Lo que está claro es que sus padres no le harían ascos a que su extraño hijo se fuese a vivir con los magi. Hagan lo que hagan, deberán hacerlo deprisa: el vasallo está pensando en sacrificar la vaca. El solsticio ocurrirá en un par de semanas, pero no parece precisamente dispuesto a esperar hasta entonces…

 

 
4 comentarios

Publicado por en 2 noviembre, 2017 en Miscelánea

 

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4 Respuestas a “Noviembre hermético (II): Johan y la vaca hechizada

  1. El Guardián del Cofre

    3 noviembre, 2017 at 10:50 am

    Me encanta, porque encaja perfectamente con la simbología centroeuropea que llevó a los hermanos Grimm a recuperar todas esas historias y leyendas medievales en sus libros de cuentos y otros más serios. No todo ha de ser épica en grandes castillos. Las aldeuelas perdidas de la Selva Negra se merecen una aventura bucólico-mágica como esta.

     
    • Teotimus

      3 noviembre, 2017 at 10:53 am

      Es una de las características de Ars. Cualquier excusa es buen para sacar una buena idea para historia… ¡incluso una vaca lechera!

       
  2. Aaron Cotarelo

    9 noviembre, 2017 at 7:24 pm

    No me imaginaba que se pudiera sacar vis de una vaca lechera! jajaja!

     
    • Teotimus

      9 noviembre, 2017 at 7:35 pm

      Pues ya ves que se puede… ¡pero ese es el menor de los problemas! ¡El problema es conseguirla sin llevarse también al amigo Johan! 😉

       

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