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Propaganda hermética

22 Abr

Uno de los conceptos que más me fascinan de la ambientación de Ars Magica es la historia de la Orden de Hermes, y en concreto las verdades y mentiras que hay detrás de los eventos más importantes de su historia. La Orden tiene cinco siglos de historia, a lo largo de los cuales se ha visto seriamente sacudida por un evento por siglo, más o menos (más al principio, muchos menos desde la Guerra del Cisma, claro). Pese a la longevidad de los magos herméticos, hay muchos detalles sobre dichos eventos que en la fecha de inicio canónico de 1220 solo sobreviven en forma escrita de la mano de los Quaesitoris que registraron los eventos en cuestión. La Casa Guernicus, de todos es bien sabido, tiene como objetivo mantener la estabilidad dentro de la Orden, como también lo tienen otras Casas, como los Tremere. ¿Acaso no serían capaces de «reescribir» la historia para que se ajustara mejor a sus fines, ignorando posibles comportamientos reprobables por parte de «la ley», y demonizando a figuras que han pasado a la historia en brazos de la infamia, de forma tal vez injusta?

Nada en el canon indica que los eventos no ocurrieron tal y como se recuerdan en 1220. Sin embargo, si uno hace un pequeño ejercicio de creatividad, puede inventar posibles formas en que la propaganda hermética ha reescrito la realidad con manipulaciones informativas que podrían dar lugar a interesantísimas sagas centradas en la política hermética. Por hacer solo un repaso a los eventos más importantes de la historia de la Orden, revisitados de forma ficticia y con alguna que otra idea para generar aventuras o incluso sagas enteras:

La Guerra contra la Araña: A principios del siglo IX, con una Orden aún imberbe, todavía existían en Europa individuos o entidades que se oponían a formar parte de ella. Probablemente el más importante de todos ellos fuera Damhan-Allaidh, también conocido como Davnallaeous o simplemente la Araña, un poderoso mago britón (o escocés, según las fuentes) que plantó cara a la Orden de Hermes desde unas islas británicas que aún eran terreno virgen para los magos herméticos, al frente de una coalición de multiformes, magos rúnicos y gruagachan. Tras muchos problemas, las fuerzas de la Araña fueron derrotadas por Pralix, la filia de Tytalus, quien formó su propia coalición de magos no herméticos para enfrentarse a él, coalición que más tarde se convertiría (en otra historia con bastantes claroscuros) en la Casa Ex Miscellanea.

Pero… ¿por qué se enfrentó Damhan-Allaidh a la Orden en un primer momento? ¿Era un suicida con delirios de grandeza, o simplemente alguien que no quería ser mangoneado por magos del continente? Por lo que se sabe, él simplemente se negó a formar parte de la Orden, y puede que la reacción de esta justifique la famosa política de «Únete o muere» que durante un tiempo caracterizó a la Orden. Una Orden que, con su afán expansionista, no podía tolerar disidencias, que invadió las islas y, a continuación, convirtió a Damhan-Allaidh en “la Araña”, tachándolo de mago maligno o incluso diabolista, solo por manejar un tipo de magia diferente. Aún hoy en día existe en la Casa Ex Miscellanea un infame linaje al que se relaciona con Damhan-Allaidh, aunque en realidad desciende de otro miembro de su grupo, Damhadh-Duidas, quien paradójicamente luchó al lado de Pralix usando sus artes más bien turbias. ¿Pero y si apareciera un auténtico descendiente de la Araña que demostrara que la historia es falsa, en parte o en su totalidad? Es más, nadie sabe qué fue de la Araña… ¿y si reapareciera en 1220 y demostrara que su nombre ha sido injustamente difamado durante siglos?

La Ruptura: El siglo IX aún dejaría otro conflicto de grandes consecuencias para la Orden. En el año 848, cuando solo quedaba ya un Fundador vivo, Tremere, tuvo lugar lo que se conoce como la Ruptura, la providencial intervención de algunas de las mentes más privilegiadas de la Orden para frustrar las maquinaciones de un Tremere que estaba a punto de hacerse con el control absoluto de toda la Orden. En lo que se ha presentado como una legítima actuación que evitaría una guerra abierta entre magos herméticos, los (supuestos) salvadores de la Orden borraron todo recuerdo del evento de la mente de Tremere y de sus cómplices, para proteger a todos los involucrados en el turbio evento. Pero… ¿qué más borraron de la mente de Tremere? ¿Y por qué quisieron ocultar su identidad? ¿No sería tal vez porque Tremere sabía algo de ellos que no querían que se supiese? Las malas lenguas dicen que fueron los principales miembros del linaje de Trianoma quienes «neutralizaron» a Tremere. ¿Qué ocurre cuando los personajes encuentran el diario perdido de Polus, un Trianomae del siglo IX que habría puesto por escrito los auténticos eventos ocurridos en aquellos tumultuosos tiempos? Como mínimo, que unas cuantas miradas de la Casa Bonisagus de repente enarcarán una ceja…

Los pergaminos de Duresca: En el siglo X se descubrieron en el covenant de Duresca, en el Tribunal de Iberia, una serie de cartas que habrían intercambiado el mismísimo Guernicus y sus filii, y en las cuales se habría trazado el plan de acción para que la Casa Guernicus controlara primero la Orden de Hermes y más tarde el mundo, ahí es nada. Los pergaminos fueron declarados fraudulentos en el siguiente Tribunal de Iberia, pero las pruebas aportadas por el Quaesitor Principal no satisficieron demasiado a muchos de los asistentes. Tan turbio asunto quedó olvidado pronto por motivos más importantes, pero la duda sigue ahí, y sin duda hay algunas Casas que siguen sin confiar del todo hoy día en los Guernicus. Pero… ¿y si realmente existió un plan para que los Guernicus controlaran la Orden? Es más… ¿y si el plan se ha ido implementando a lo largo de los siglos, y siguiera implementándose ahora, y lo de Duresca hubiera sido una prueba eficazmente eliminada? ¿Y si algún personaje encontrara datos incriminatorios en Duresca, o en Magvillus, que replantearan la imagen que se tiene de la Casa más supuestamente imparcial de la Orden de Hermes? O aún mejor… ¿y si todo hubiese sido un engaño, y los Pergaminos de Duresca solo hubiesen sido concebidos por Guernicus y sus secuaces como un acicate para que la Orden espabilara y se mantuviera más alerta frente a los peligros a los que podría enfrentarse? Esta teoría cuadraría con lo que se sabe de la personalidad pesimista y precavida de Guernicus, en cuyo caso su plan también habría tenido bastante éxito…

La corrupción de la Casa Tytalus: Como decía, hubo un evento en el año 961 que desvió la atención de los turbios tejemanejes de los Guernicus en Duresca: la Corrupción de la Casa Tytalus o, como la llaman los propios Tytalus, la Traición de Kaliste. El asunto fue también de lo más feo: se presentaron pruebas de la asociación con demonios de la Prima de la Casa Tytalus de aquella época, Tasgilia, quien fue ejecutada por un archimago Guernicus. No fue la única en caer, otros magos Tytalus también fueron hallados culpables del mismo crimen. Lo curioso de todo es que las pruebas las presentó la propia filia de Tasgilia, Kaliste, quien fue nombrada Prima tras la muerte de su mater, convirtiéndose así en uno de las pocos líderes de los Tytalus que no alcanzó ese puesto por los méritos habituales (es decir, demostrando ser más dura que todos los demás). Como los Tytalus son como son, no le perdonaron a Kaliste el comportamiento, y su reputación se resintió sensiblemente, como también se resintió la reputación de la Casa dentro de la Orden, sembrando las primeras semillas de la desconfianza que acabaría desembocando en la Guerra del Cisma.

Aunque los propios Tytalus reconocen en la actualidad los errores de Tasgilia (aunque maldigan a Kaliste por no lavar los trapos sucios dentro de la Casa, como suelen hacer), el asunto no deja de oler mal. ¿Por qué Kaliste no actuó como es habitual entre los Tytalus? ¿Tal vez el título de Prima fue la recompensa que le ofrecieron los Guernicus y demás magos afines, que aprovecharon la situación para hacer «limpieza» adicional en una Casa que siempre ha resultado una pequeña molestia para la Orden, en un intento por evitar que adquiriera demasiado poder y llegara a dominar la institución? De nuevo, cualquier prueba incriminatoria podría hacer ver la historia de forma totalmente diferente. ¿Y si alguien invocara por error al espíritu de uno de estos magos Tytalus, o de la propia Tasgilia, y se descubriera la «otra» verdad?

La Guerra del Cisma y la Casa Diedne: Este es probablemente el punto más cuestionado de todos, y también el que más se ha tratado en diferentes puntos del canon. De hecho, hay todo un (muy recomendable) número de Sub Rosa dedicado a la Casa Diedne, que ofrece una serie de interesantísimas posibilidades sobre quiénes eran realmente los Diedne y qué fue lo que realmente ocurrió durante la Guerra del Cisma. En cualquier caso, uno no puede evitar sospechar ante la obsesión de los Quaesitoris, casi dos siglos después, por mantener el secreto absoluto sobre la Guerra y por vigilar de cerca a quienes hacen demasiadas preguntas sobre los Diedne. Unos Diedne que, recordemos, eran con diferencia no solo la Casa más numerosa de la Orden poco antes de la Guerra, sino también la que más claramente declaraba su independencia y libertad de pensamiento respecto al mainstream hermético.

De hecho, si uno lee entre líneas, las dudas se multiplican. La Guerra estalló tras una escalada de conflictos (sobre todo entre magos Tremere y Diedne) que nunca acabaron de estar documentados del todo, coronados por un supuesto insulto imperdonable contra el Primus de Tremere. Añadamos a eso la acusación de que los Diedne practicaban los sacrificios humanos y el diabolismo y… tenemos una guerra. ¿En serio bastó con eso? Una vez más, la imparcialidad de los Guernicus se vería cuestionada, permitiendo que Tremere y Flambeau emprendieran con estas excusas una guerra abierta contra los Diedne sin tener pruebas claras de nada. Los Flambeau ya son así, pero a los Tremere la ocasión les vino de perlas para lavar su imagen, aún manchada tras la Ruptura, y demostrar su compromiso absoluto con la Orden. Sí, muy adecuado… Aunque por desgracia, nadie conoce el punto de vista de la otra parte afectada, los Diedne. ¿Pero y si un mago visitara una de las ruinas Diedne que aún salpican la Europa Mítica y encontrara pruebas que demuestran que la Guerra del Cisma fue un injustificado sacrificio de vidas para mejorar la reputación de una (o más) de las Casas de la Orden? O peor aún, ¿y si se descubriera que Casas que supuestamente fueron neutrales, en realidad no lo fueron tanto? ¿Y si los Mercere hubieran jugado con su control de las comunicaciones, si los Verditius hubieran proporcionado objetos mágicos a las Casas latinas a cambio de una buena ración de los recursos Diedne? Ciertamente era una guerra y todo valía, pero hay cosas que pueden manchar mucho una reputación…

Y por ahora dejo aquí este sano ejercicio de conspiranoia. Ciertamente, algunas de las teorías resultan de lo más inverosímiles. Pero cualquier narrador puede convertir una teoría inverosímil en una buena partida…

 
3 comentarios

Publicado por en 22 abril, 2015 en Opinión

 

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3 Respuestas a “Propaganda hermética

  1. Alandeil

    25 abril, 2015 at 2:31 pm

    muy bueno!

     
  2. javi

    27 abril, 2015 at 5:34 pm

    Muy interesante y digno de reflexion. Lo de los Diedne es cierto que huele mal. Si bien es cierto que existieron sacrificios humanos entre los druidas (como el famoso hombre de mimbre), solo se hacía con criminales y enemigos capturados (esto en la vida real), aunque esto les valió como pretesto a los romanos para perseguir dicha fe en la Galia hasta casi borrarla.

    Quizas en la orden fuese algo parecido. Quizás si era cierto que los Diedne realizasen sacrificios siguiendo los rituales de sus antepasados druidas galos, pero, al igual que pasó con la persecución de roma, que se debió mas a razones políticas. Las tribus galas tenían muchas enemistades entre sí, por lo que dificilmente se unirían contra Roma, pero había algo que si lo unía, la religión. Los druidas eran la única autoridad capaz de unir a muchas tribus galas con el objetivo común de expulsar al invasor. Por esa razón eran considerados una amenaza. Así que los romanos, que hacía ya mucho que habían ilegalizado los sacrificios humanos, aprobecharon esta excusa para justificar una limpieza preventiva. Los Diedne debieron haber estudiado historia y reutilizaron un medio que ya había funcionado una vez.

    También se me ha ocurrido que detrás de la persecución Diedne podría haber habido razones religiosas. Si bien inicialmente se supone que había mas dispariedad religiosa, se supone que, en el siglo 12, la orden es mayoritariamente catolica. ¿Podrían los Guernicus haber permitido la masacre como una tentativa de unificar religiosamente la orden, mediante la eliminación de la casa mas eminentemente «pagana»?

     
    • Teotimus

      28 abril, 2015 at 9:28 am

      Interesantes teorías, sí señor. Personalmente yo tiendo a inclinarme más hacia la primera, la motivación política, ante una Casa que empezaba a ser demasiado inmanejable y peligrosa para las Casas Latinas, temerosas de perder el «control» de la Orden. (Lo que también pondría en tela de juicio la famosa «teoría del perdedor», según la cual los Diedne se habían retirado de la política de la Orden y se dedicaban a sus cosas… ¿por qué eliminarlos entonces?).

      Pero evidentemente, las diferencias religiosas también debieron de tener su peso, sí…

       

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